Clase
magistral
Por Gapito (Foros del
Misterio)
Así
podríamos definir , sin temor a equivocarnos, la
conferencia que el periodista e investigador
Javier Sierra ofreció a las casi 200 personas que
el pasado día 13 de octubre se dieron cita en el
salón de actos ?José María Blanco White? de la
Facultad de Comunicación de la Universidad de
Sevilla. Una clase que bien podría establecerse
como obligatoria para los alumnos de periodismo,
ya no sólo por la categoría de la persona que la
ofreció, sino porque el contenido repasa la
historia de una forma de hacer periodismo única en
Europa, y, si apuramos, en el mundo.
Fernando
Márquez, Javier Sierra, Francisco Sierra, Rafael
Llamas y Carmen Llano
El acto lo abrió uno de los
organizadores de las jornadas, Fernando Márquez,
quien agradeció todo el apoyo que han recibido por
parte del decano de la Facultad desde que le
propusieron llevar a cabo esta experiencia, la
primera que la Universidad de Sevilla acoge en su
seno. Y no eran palabras vacías, sino que, con
toda razón, han necesitado todo ese sustento a
raíz de las trabas que desde los grupos escépticos
y universitarios de toda España han intentado
imponerse durante la preparación de las
jornadas.
Fernando
Márquez y Javier Sierra
Precisamente fue el propio
decano de la Facultad de Comunicación, Francisco
Sierra, quien confirmó haber recibido esas quejas
a lo largo de las últimas semanas. Quejas que, sin
embargo, no han sido tomadas en cuenta, a la vista
de que las jornadas han seguido adelante.
Precisamente, desde su posición de decano, sus
palabras tienen más peso si cabe, y por eso no
dudó en reivindicar que un ámbito como el que nos
ocupa, el del periodismo del misterio, puede ser
objeto de estudio en el ámbito universitario al
igual que otras especialidades de la profesión. En
este sentido, Francisco Sierra puso como ejemplo
el caso de Umberto Eco (que el próximo mes de
noviembre será nombrado Doctor Honoris Causa por
la Universidad de Sevilla con motivo del XX
Aniversario de la fundación de la Facultad de
Comunicación), que en los años 60 o 70 eran
considerado poco menos que un hereje por referir y
estudiar que los medios de comunicación estaban
transformando a la sociedad hacia una cultura de
masas. Hoy en día, como es bien sabido, esto ya es
una realidad.
Seguidamente tomó la palabra
Rafael Llamas, invitado de última hora a la mesa
de las conferencias. Odontólogo, profesor de la
Facultad de Odontología de la Universidad de
Sevilla, de la que fue decano algunos años, e
investigador del fenómeno OVNI desde los años 70,
Llamas sólo hizo una breve introducción a la
tradición investigadora de Sevilla. Explicó que él
fue el primer en organizar un acto de este tipo en
la ciudad hispalense, allá por el año 1973, y las
dificultades que tuvo que eludir para poder
llevarlo a cabo. Contó la anécdota de que desde
entonces siempre ha ido de chaqueta, con la
intención de que cuando la gente le viera en la
calle o en alguna actividad relacionada con el
misterio le tomaran en serio. ?Lo que yo pretendía
era que dijeran ?mira, pero si ese es el que
estudia los platillos volantes? pero está claro
que tiene que ser un hombre serio?, y lo conseguí
durante años?, narró el odontólogo.
El
decano Francisco Sierra, el odontólogo e
investigador Rafael Llamas, y una de las
organizadoras, Carmen Llano
Y tocó el turno de oír a
Javier Sierra. Muchas veces le hemos escuchado en
sus intervenciones en la televisión, en la radio,
o hemos leído sus reportajes o libros. Pero
escucharle en una sala de una Universidad contando
sus propias vivencias y exponiendo la historia del
periodismo del misterio en España es una
experiencia impagable, sobre todo, lógicamente,
para los que siguen estos temas con tanta pasión.
Lo que quedó claro desde el principio es que la
Historia, con mayúsculas, del periodismo que se
dedica al mundo del misterio es única en toda
Europa y, como decía al principio, por extensión
en el resto del mundo. No en vano, España es el
país en el que más medios de comunicación
especializados existen.
Sin embargo esa
historia no comenzó aquí. Ocurrió cuando en
Francia, con la publicación del libro ?El retorno
de los Brujos?. Su éxito fue tal que sus autores,
Louis Pauwels en colaboración con Jacques Bergier,
publicaron la primera revista de gran alcance
dedicada a estos temas: ?Planet?. Ésta tuvo al
poco tiempo una versión española llamada
?Horizonte?, que con una tirada de 10.000
ejemplares en el año 1968 se convertía en la
primera revista del misterio española, un hecho
sin precedentes en la España franquista. De esta
época es también, a raíz de ese éxito editorial
francés, la colección de libros ?Otros Mundos?, de
la editorial Plaza y Janés. Muchos los recordarán
porque fue en esta colección donde publicaron esos
años grandes investigadores de la época. Ahí
Javier contó cómo con sólo 10 años leyó su primer
libro de estos temas, uno que estaba dedicado al
astronauta de Palenque. ?Horizonte? dio paso a
otra revista, esta ya mítica dentro de este mundo.
?Karma 7?, cuyo primer número data de noviembre de
1972, fue referente durante los años 70 y 80. Por
cierto, el 7 se incluyó porque la revista tenía su
base en Barcelona y la palabra Karma, de origen
sánscrito, sonaba en catalán al nombre Carmen, por
lo que los editores decidieron añadirle ese
número. Nada más misterioso que eso?
¿Qué ocurrió entonces? Que los
temas mistéricos fueron ganando adeptos en nuestro
país. Y eso lo entendió la prensa generalista. De
ahí que, desde entonces, muchas portadas se
dedicaran a algún avistamiento de OVNIs en el país
o, por aquellas fechas, a las archiconocidas caras
de Bélmez. Incluso un hecho que hoy sería tomado
como algo usual, como fue la creación en el año 73
de la primera Sociedad Española de Parapsicología
(para lo cual tuvieron que pedir muchos permisos
al Gobierno y asegurar que no iban a reunirse para
hacer brujería) fue noticia importante en el
diario ?Pueblo? y hasta en el Telediario. Pero con
ello y la Transición llegó también la época en la
que las críticas ya podían realizarse sin temor. Y
junto a ellas, la ridiculización de muchas
investigaciones realizadas seriamente o, por lo
menos, con mucho esfuerzo.
Otro
acontecimiento importante en esos años fue la
decisión que tomó un periodista navarro, que
ocupaba por esa época la jefatura de la redacción
del rotativo bilbaíno La Gaceta del Norte. Se
refería Javier Sierra, lógicamente, a J.J.
Benítez, primer reportero especializado en España
en estos temas. Y decimos reportero con toda su
significación, porque fue el primer periodista
licenciado en dedicarse a escribir como tal sobre
ovnis. Después vendría otra historia, con su
salida de los medios de comunicación para
dedicarse expresamente a sus investigaciones y a
sus libros (recordó la anécdota de que su primer
?Caballo de Troya? no se convirtió en lo que ahora
es hasta que en la primera entrevista que se le
hizo al príncipe Felipe éste contestó a la
pregunta de qué estaba leyendo esos días? su
respuesta, lógicamente, fue el título del libro
del navarro). Pero el hecho es ese, que Benítez
creó una escuela que años después daría sus frutos
en la figura de otros muchos periodistas del
misterio.
Junto a Benítez empezó otro
fenómeno de los medios. Era el año 1976, y de
repente un día, mientras millones de espectadores
veían la televisión, apareció ?un psiquiatra con
cara rara, con cara de serio o tenebroso? que
empezó a hablar a todos esos millones de
experiencias paranormales, historia desconocida,
ovnis? ?Más Allá? (que años más tarde pasaría a
denominarse ?La Puerta del Misterio?) fue un hito
en la televisión española, que convirtió a
Fernando Jiménez del Oso en uno de los máximos
exponentes de la divulgación del misterio en
España. Ese puesto lo mantuvo hasta su muerte, ya
que durante años mantuvo viva la llama de la
divulgación con programas, documentales, revistas,
colaboraciones en radio, etc.
Jiménez del
Oso, por supuesto, tenía que estar involucrado en
la aparición de la primera revista con estructura
profesional de estos temas. Se refería Javier
Sierra a Más Allá. Las revistas aparecidas hasta
la fecha habían sido impulsadas por especialistas,
no por periodistas. No fue hasta marzo del año 89
cuando un profesional de la comunicación, José
Antonio Campoy, dirigió y supervisó a todo un
elenco de profesionales cuyo trabajo estaba
encaminado a informar sobre el misterio. Además,
fue la primera revista en tener en cuenta una
financiación que iba más allá de las propias
ventas, y para ello se realizó un número 0 (número
que no se publica para captar publicidad), y se
contrataron 5 spots de publicidad en
TVE.
Y ocurrió lo que tenía que
ocurrir. El primer número se agotó, a las 48 horas
de su puesta a la venta, con una tirada de 175.000
ejemplares, algo inaudito. Eso motivó que se
reimprimieran 50.000 ejemplares más, agotados
también a los dos o tres días. Pero lo que muchos
creyeron que iba a ser una moda pasajera o una
novedad efímera, se convirtió en una realidad
cuando el número 2 vendió nada más y nada menos
que 225.000 ejemplares en sólo 72 horas. El
reclamo: una cinta en la que la cara A contenía
psicofonías, y la cara B un mensaje de Enrique
Tierno Galván a través del médium valenciano
Hermano Pedro. El más allá al alcance de la mano y
para las masas por unas pocas pesetas.
Los
beneficios de la revista fueron de 500 millones de
pesetas de la época. Nadie, en ningún medio de
comunicación general, había obtenido esos
beneficios antes. Estaba claro, había que apostar
por estos asuntos, porque interesaban, y mucho. Un
ejemplo de ello fue la revista Tiempo. Javier
intercaló en sus proyecciones a partir de ahí
varias portadas de la revista como una broma,
porque era digno de ver cómo intentaban de vez en
cuando vender más de la cuenta dedicando portadas
a ?Toda la verdad sobre los OVNIS?, ?Contamos la
verdad sobre el Palacio de Linares? o ?Hablan los
pilotos españoles sobre sus experiencias con
OVNIS?. Esta última portada, por cierto, fue un
plagio a un reportaje que Javier escribió en Año
Cero (y es que Sierra, recién empezada la carrera
de Periodismo, formó parte de la fundación de Más
Allá y más tarde de Año Cero), para cuya
realización estuvo dos meses plantado en el
Aeropuerto de Barajas preguntando a cada piloto
que salía de la sala de pilotos si había visto
ovnis? algunos le miraban con cara rara, otros con
desprecio, pero muchos también con afecto y
confesando sus experiencias.
La
revista Tiempo quiso sacar tajada de los
misterios
En este punto habló Javier un
poco de su experiencia como periodista dedicado al
misterio. Su madre le había pedido que se olvidara
de los ovnis que tanto había perseguido de pequeño
durante sus años de estudio, que se concentrara en
estudiar para luego poder prepararse unas
oposiciones. Javier le dijo que no se preocupara,
que le haría caso. Pero llegó el primer día de
clase, un 9 de octubre de 1989, y el suceso saltó
a las portadas y cabeceras de todos los medios del
mundo. Un OVNI había aterrizado en la ciudad rusa
de Voronez. ?Es decir, que yo había decidido
olvidarme del tema OVNI, pero es que fueron los
OVNIS los que me llamaron de nuevo para que no los
olvidara?, nos contó el periodista. ?Así fue como
formé parte de esa redacción de Más Allá, y
después de Año Cero, que se publicó por primera
vez en el año 90, y a la que llegué porque me
llamó Enrique de Vicente, a quien unos años antes
había conocido en unas conferencias y vio en mi
tanto entusiasmo que me pidió que si quería ir a
su casa a ordenar todo su archivo? un archivo que
es como si alguien tuviera el Síndrome de Diógenes
pero con papeles relacionados con ovnis?? (risa
general del público asistente).
Finalmente,
Javier Sierra hizo mención a otras revistas que
han ido apareciendo a lo largo de los años, como
Espacio y Tiempo, que sólo duró 3 años, o Enigmas,
que desde el año 96 edita la misma editorial que
Año Cero para hacerse también con el control de su
propia competencia, una jugada que podrían haber
hecho antes otras empresas editoras, como la de
Más Allá, pero que nunca llevaron a cabo. Enigmas,
además, apostó desde el principio por gente recién
salida de la Facultad de Comunicación o muy joven,
lo que le dio un toque desenfadado que aún
mantiene.
Casi
200 personas se dieron cita para escuchar a Javier
Sierra
La televisión no sólo dio
alegrías a estos temas. La aparición de las
cadenas privadas ha sido, sin embargo, algo
negativo para su difusión. Muchos programas
dedicados a estos temas creados sólo para generar
audiencias han proliferado a lo largo de los años,
y esto ha significado que en la mayor parte de las
ocasiones se haya mezclado ?churras con merinas?,
con el único afán de ganar esa deseada audiencia
y, por consiguiente, un trozo más grande del
pastel publicitario, echando a perder muchos años
del trabajo de investigadores y divulgadores
serios. Ejemplo, un programa de ?La máquina
de la verdad?, donde se invitó a gente tan dispar
como un controlador de vuelo o al alucinado ?El
Penumbra??
Finalizó Javier su exposición
criticando la postura de algunos escépticos con
estos temas, que han venido criticando a estas
revistas sin haberlas abierto nunca. ?Y es que es
ahí, en estas revistas, donde la mayor parte de
las veces se han destapado los fraudes más
sonados, o no tanto, que es lo que esta gente
critica, y no en la prensa generalista, y eso hay
que reconocerlo. Pero para ello hay, por lo menos,
que hojearlas?.
Javier
Sierra no dudó en firmar libros a los asistentes
que acudieron con ellos bajo el brazo
Animó por último Javier Sierra
a los alumnos que habían acudido a la conferencia
(que no sumaba créditos, por otra parte) a apostar
por lo que de verdad quieren hacer con su
profesión. Si es su deseo dedicarse a estos temas,
les animó a ello, pero para ello, les advirtió, es
necesario conocer los acontecimientos pasados, los
presentes, y adelantarse al futuro, es decir,
hacer lo mismo que se haría en cualquier otra
especialización del
Periodismo.
Nota:
Esta es la crónica tal cual fueron los
acontecimientos. Como veréis, me sale la vena
periodística, como tal profesional que soy, pero
luego (que ahora voy a ver a Jesús Callejo) daré
mis impresiones personales y contaré algunas
cosillas que hablé con Fernando. Espero que os
guste. Por cierto, luego subiré un pequeño vídeo
de unos pocos segundos. Un saludo.
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