"LO IMAGINARIO EN EL CONTACTO OVNI"
todo auténtico buscador de la verdad, debe comenzar por
erradicar
para siempre la creencia de su mente y de su
corazón...
Bajo este atrayente título fue traducido al Castellano en 1990, por la editorial española Heptada, la colección de 13 ensayos, escritos por reconocidos estudiosos, que enfocan aspectos psicológicos muy interesantes en relación con el fenómeno OVNI (1)
El lector debe saber que, a pesar de la desinformación y el desconocimiento imperantes sobre este tema por demás polémico, existen grupos de reconocida seriedad, internacionalmente dedicados a estudiarlo desde un punto de vista multidisciplinario.
En el mundo de las editoriales ocurre con frecuencia que la traducción de un título no refleja la intención de los diseñadores originales; en este caso, tal vez tratando de evitar la complejidad aparente de la versión en Inglés ("Ciberbilogical Studies of the Imaginal component in the UFO Contact Experience"), la editorial refiere indirectamente el enfoque de la problemática al reino de lo imaginario, cuando en realidad estamos en presencia de trabajos discímiles, que sólo podrían tener como denominador común la prevalencia de características psicológicas, como veremos muy especiales, en lo que respecta al fenómeno conocido como abducción, es decir, el presunto secuestro de seres humanos por entidades alienígenas.
Una traducción aceptable habría podido, al menos sub-titular la obra, por ejemplo, "Estudios del componente imaginal (2) en la experiencia del contacto OVNI, desde el punto de vista de la Biología Cibernética", pero pareciera que existen actitudes tendenciosas en lo que respecta a la versión española de los títulos dentro de cierta clase de literatura, como ocurrió con "El Retorno de los Brujos", importante obra de Luis Powels y Jaque Bergier que no tiene nada que ver con brujos, nombrada en francés "El Amanecer de los Magos", alusión al resurgimiento, en los tiempos modernos, de una visión científica de lo mágico y lo espiritual, seguramente inconveniente para determinados sectores reaccionarios,
El compilador de estos ensayos, Dennis Stillings, comienza explicando que la Ciberbiología, o Biología Cibernética, es un término creado por el ingeniero electrónico Earl Bakken, para denominar los procesos de autoregulación y la interacción del consciente con otros sistemas. Se hace cada vez más evidente -afirma Stillings- que los efectos de autoregulación dirigidos por la mente, ya sea que el agente sea el consciente o el inconsciente, no están circunscritos a una sola esfera, sino que pueden exteriorizarse hacia otros sistemas. Tampoco es necesario que estos efectos surjan de una mente única, ya que se contempla la probabilidad de que sean producto de una "psiquis de grupo".
Este enfoque particular -continua Stillings- constituye el tema central de la mayoría de los trabajos que presenta el volumen... en el suyo, Carl Raschke denomina los OVNIs "agentes ultraterrestres de desconstrucción cultural" (una especie de reingenieria, ahora que el término está de moda) al hacer referencia a la visión incisiva de Jacques Vallee, en la cual el OVNI representa un "servomecanismo para el desarrollo de la inteligencia humana". Según Vallee, los OVNIs son parte del sistema de control de la evolución humana, como podrían serlo los cambios a largo plazo en el clima terrestre, pero sus efectos, en lugar de ser sólo físicos, también repercuten en nuestro sistema de creencias. Influyen en lo que llamamos nuestra vida espiritual. Afectan nuestras instituciones políticas, nuestra historia y nuestra cultura. Raschke diferencia entre "desconstrucción" y "destrucción", señalando que la desconstrucción, en lugar de destruir procede a sustituir gradualmente cada elemento de la estructura que representa la construcción misma, en este caso la cultura humana.
Esta noción particular nos parece extraordinariamente acertada, porque enfoca una de las implicaciones más impactantes de la percepción atenta del fenómeno: la concienciación de la posibilidad de que seamos una especie intervenida; su autor, sin embargo, anunciado como miembro facultativo del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Denver, le hace honor al dogmatismo que suele caracterizar estas posiciones, sugiriendo que la "desconstrucción" a que él se refiere podría actuar en la dirección de un sabotaje contra esa gran "necesidad humana que es la fe", de lo cual parece desprenderse que el verdadero título del trabajo debería haber sido algo así como "Agentes Diabólicos de Desconstrucción Cultural".
Hay algo que no queda lo suficientemente claro a lo largo de los trece ensayos que componen la obra, referidos practicamente todos a la creencia como factor determinante del fenómeno OVNI, dando la impresión de que el recopilador estuviese definitivamente inclinado a situarlo en el reino de la subjetividad. Dicho de otra manera, a pesar de que Stilling separa, aparentemente con fines metodológicos, el fenómeno OVNI en sí mismo de la creencia y de los mitos que el fenómeno ha generado a través de la historia, propone de hecho que nos concentremos en la realidad psíquica contenida en la experiencia con los OVNI’s, de manera que sea algo tan inmediato como el comportamiento humano lo que nos facilite la aproximación, eludiendo así lo que él mismo denomina "problemas imposibles de resolver", como sería -por ejemplo- el de su existencia o no-existencia, razón seguramente por la cual escogió la Biología Cibernética como elemento común de las diferentes proposiciones.
Conviene, entonces, analizar un poco la palabra creencia, sin duda muy cara a la humanidad, que desde los orígenes ha jugado un papel junto a sus tradiciones, mitos y búsqueda espiritual. El vocablo está fuertemente cargado de afectividad y controversia, por haberse identificado históricamente, unas veces con la fe y otras con una posición contraria al saber. Lo cierto es que eso que solemos llamar la verdad no debería depender de lo que alguien crea o deje de creer, sino de lo estrictamente verificable (evidencias, hechos, experimentos, investigaciones, etc.), pero no ocurre así: la creencia, generalmente, marca pauta y tiende a imponerse sobre las verdades científicas.
Por su parte los creyentes, que proliferan tanto como los escépticos, representan un problema que Vallee califica como "el fenómeno social" y el sólo hecho de que existan, nos referimos a los creyentes, justificaría por sí mismo cualquier esfuerzo por comprender la verdadera situación. Se ha dicho que si el fenómeno OVNI careciese totalmente de realidad física, lo cual parece estar negado, las implicaciones psicosociales de este supuesto ameritarían, no ya una investigación global y profunda, sino cualquier nivel de preocupación por la salud mental de la humanidad, dada la enorme cantidad de avistamentos y -sobre todo- de contactos, algunos traducidos ya en verdaderos cultos. Pensamos que la ingenuidad que caracteriza a esta categoría de seguidores, no tanto de los "objetos" voladores como de sus presuntos ocupantes, no hace sino complicar aún más el universo del problema.
Esperamos que la referencia ubique al lector con respecto a este tratamiento, no tan nuevo pero muy original, de un fenómeno que según autores como el ex-jesuita Salvador Freixedo, tal vez marque toda la evolución humana, influyendo especialmente a través de las religiones. Ante el carácter multiforme y aparentemente ilógico de los OVNIs y sus implicaciónes a través de los denominados CONTACTOS, es viable la elaboración de una hipótesis de trabajo sumamente amplia, que permita, por análisis, ir descartando factores y explicaciones, hasta poder dar algunas respuestas satisfactorias a los innumerables interrogantes que se plantean los investigadores de vanguardia. De hecho el contenido de esta obra, representa sólo una cara de la moneda.
De todos los trabajos presentados nos llama particularmente la atención el titulado: "Señal de trascendencia: la ecuación seres humanos-OVNIs", escrito por Peter M. Rojcewicz, quien insiste de entrada en que no existe un sistema de conocimiento capaz de comprender totalmente el fenómeno en lo que respecta al rapto, debido a que la experiencia incluye factores mentales sujetos a la influencia personal y cultural. Transcribiremos literalmente algunos párrafos: "Se requiere un enfoque -afirma- con una metodología que comprenda los hallazgos de las ciencias conductistas, físicas y sociales para entender la naturaleza paradójica de la experiencia con un OVNI, que de paso no es totalmente objetiva ni totalmente subjetiva. Estos raptos (llamados también abducciones), exhiben una naturaleza múltiple que quizás pueda examinarse mejor en el contexto del conocimiento y de lo cognoscible".
Seguidamente Rojcewicz, quien es Profesor de Humanidades en el Juilliard School de la ciudad de Nueva York, inicia una crítica sumamente interesante de nuestra noción de realidad. "Existe la idea generalizada -expresa- de que todo conocimiento comienza por los sentidos. Es posible que el conocimiento comience en los sentidos, pero no deriva de ellos: es necesario realizar una clasificación de los datos sensoriales. Heredamos mapas de cultura que nos proveen de imágenes de lo que es real en el mundo. Por lo general comprendemos la realidad a través de un mapa sensorial, lo cual significa que consideramos real sólo lo que percibimos a través de los sentidos. La manera como percibimos al mundo es fruto de una colaboración creativa entre nosotros y él".
Ilustraremos sus palabras con un ejemplo: si tenemos en cuenta que, estrictamente hablando, un fenómeno es -por definición- la puesta en acción de nuestro aparato perceptor por cualquier estímulo externo, digamos un relámpago acompañado del respectivo trueno, podemos preguntar qué ocurriría sin la presencia humana, sin alguien que defina esos estímulos y confirme simplemente que se trata de un relámpago, etc. Pongamos en el sitio tres seres vivientes, un ratón, un hombre de ciencia y alguien que ignora completamente la verdadera naturaleza de lo que está pasando. Tendremos tres reacciones diferentes, dependiendo de la interpretación de cada uno de los tres seres, según su grado de percepción y conocimiento. Antes de la física moderna existía, por supuesto, la radiación electromagnética, pero para nosotros no se trataba de una "realidad", sencillamente porque no percibíamos ningún efecto. Esta es la noción que Archibal Wheeler denominó "Universo Participatorio": para que exista un fenómeno, debe existir también un sujeto perceptor, y su percepción estar irremediablemente condicionada por los medios de que se sirva para percibir, en nuestro caso los sentidos, lo cual es válido para cualquier entidad viviente.
"La idea sobre raptos humanos por seres de otros mundos no se originó en la época moderna con los `platillos volantes'. Todas las culturas poseen leyendas y creencias al respecto... (pero) así como las creencias tradicionales pueden influir sobre las descripciones y las interpretaciones de las experiencias, también los encuentros anormales recurrentes pueden modificar estas mismas creencias. La gente cree en los raptos extraterrestres porque en realidad está sucediendo algo misterioso y no simplemente porque hay un sistema de creencias tradicional que lo permite y estimula" (subrayado nuestro).
"Durante los años 60, los investigadores se dieron cuenta de que las experiencias con los OVNIs, en particular los casos de Encuentros Cercanos, a menudo llevaban mplícito un aspecto aparentemente paranormal. Algunos testigos informaron de avistamentos espués de haber recibido instrucciones extrasensoriales que les indicaban dónde encontrarlos; otros afirmaron haber experimentado curas milagrosas para sus enfermedades. Ante el aumento de este tipo de casos, se comenzó a pensar que la hipótesis que postula que los OVNIs son objetos concretos era insuficiente y se preguntaron si el fenómeno podría estar asociado con lo psíiquico".
Igualmente, tal vez durante los 70, los investigadores empezaron a considerar variables explicativas distintas a la denominada Hipótesis Extraterrestre, proponiéndose, como término sustitutivo el de ULTRATERRESTRES, que da cabida a la posibilidad de "realidades alternas" y a la existencia de otros universos dimensionales. Algunos físicos de vanguardia, como lo afirma Carl Raschke, proponen que nuestro marco referencial de tiempo y espacio, compuesto basicamente por intercambio de materia y energía, no abarca el universo en su totalidad. De hecho existen numerosos "mundos" que se pueden considerar simplemente como diferentes modelos de fluctuación de lo que Wheeler denomina "espuma cuántica"; en algunos "sitios" o en ocasiones especiales que los físicos llaman "rarezas", estos conceptos, que por lo general van separados, se compenetran o se "comunican" entre sí...
Estamos, pues, ante la presencia de un fenómeno que posee historicidad, que conlleva efectos de orden físico, psíquico y social, con implicaciones culturales innegables. Paradójicamente cierto porcentaje, importante por su profundidad, de la información
existente sobre esta fenomenología, proviene de las inteligencias que, aparentemente, están detrás de los contactos, con el agravante de que, si prescindimos de ella, estaremos de hecho descartando preciosos datos que amplían el sentido de las piezas del rompecabezas que hemos podido armar hasta ahora.. Se trata, además, de algo que, no solamente se niega a sí mismo, sino que presenta una doble desinformación: la implicita, dada su elusividad característica, y aquella que -según algunos autores- es interpuesta por ciertas agencias oficiales que compiten con la investigación civil... ¿ cómo se puede hablar, entonces, de componentes imaginarios?
Si hemos mencionado, a manera de hipótesis, la posible existencia de una inteligencia, o tal vez grupos de ellas, actuando detrás de los contactos, responsable, aparentemente, de la elusividad que permite atribuirle al fenómeno un primer orden de auto-negación, no debemos olvidar que los perceptores son seres humanos, por lo cual:
1. Existe la suceptibilidad de una manipulación del medio psíquico, dadas las limitaciones de nuestro aparato perceptor.
2. La psicología humana contiene espacios que posibilitan el fraude por intereses egoicos, sin contar las psicopatías, el condicionamiento cultural (creencias, mitos, ideologias), etc.
Lo anteriormente expuesto permite la consideración de variables a nivel consciente, subconsciente e infraconsciente, dentro de las cuales podrían justificarse hipótesis que contemplen la creencia y lo imaginario a manera de factores explicativos, no en todos
los casos -por supuesto-, de los raptos o abducciones. Lo peligroso sería quedarse sólo en esta clase de explicaciones, pretendiendo generalizarlas, lo cual parece ser la tendencia abierta de dos de los trabajos presentados: "La ovnilogía como un sistema desarrollado de la paranoia" y "Una teoría comprobable para los informes sobre raptos efectuados por OVNIs: la hipótesis de los recuerdos perinatales".
Nunca se repetirá demasiado que la ciencia es tan sólo una gran hipótesis de trabajo. Por su parte cualquier hipótesis podría considerarse como una explicación propuesta de fenómenos dados, mientras la ciencia, dentro de este orden de ideas, vendría a ser una explicación ya confirmada, previa aplicación del método experimental, de esos mismos fenómenos. Dicho de otra manera, si una hipótesis funciona como explicación para cierto fenómeno, deja de ser hipótesis para convertirse en una verdad científica.
Ahora bien, el que tal explicación funcione, es decir, que explique satisfactoriamente los hechos en cuestión, no significa necesariamente que estamos ante una verdad absoluta, en primer lugar porque no existen verdades absolutas y en segundo porque hay ejemplos históricos de verdades científicas revaluadas por nuevas hipótesis que -sin llegar a descalificarlas- les han otorgado una funcionalidad más amplia, como es el caso de la Ley de la Gravitación de Newton, en relación con ciertos postulados de la Relatividad General formulados por Einstein.
La ciencia por sí misma no puede ser dogmática, es decir, que progresa ciñéndose a un método, que debe ser dialéctico en el sentido de renunciar a cualquier toma de posición previa en lo que respecta a sus conclusiones... pero igualmente tampoco puede ser objetva, porque la objetividad es o debe ser una cualidad del científico, del hombre que hace ciencia. La misma no es, pues, algo terminado: se construye cada dia y sus logros van haciendo que coincidan las partes de ese gran rompecabezas que es la verdad.
"Yo no creo en los OVNIs" es una frase esgrimida corrientemente por toda clase de personajes para zanjar discusiones que podrían ser muy productivas; el "yo creo", por su parte, es igualmente noscivo y denota una gran pereza mental y carencia de pensamiento crítico. En este sentido podemos afirmar que todo auténtico buscador de la verdad, debe comenzar por erradicar para siempre la creencia de su mente y de su corazón.
No podemos dejar de mencionar los negadores a ultranza, peores aún que los creyentes y los no-creyentes, pues se trata de actitudes sistemáticamente acríticas, que por lo general defienden intereses de sectores determinados, especie de modernos obscurantistas.
"Independientemente de que existan o no Objetos Voladores No Identificados, dice Stillings, nuestra época asiste al surgimiento de una mitología cuasi religiosa en torno a estas apariciones. Mucha de la literatura sensacionalista que alimenta este mito, insiste en la obsesiva idea de estar bajo la vigilancia o el control directo de mentes no terrestres, generando un estado de ansiedad y de paranoia colectiva. Los mensajes de los que se llaman a sí mismos CONTACTADOS, no sólo repiten viejas intuiciones apocalípticas -legítimas como toda intuición, sino que sus perceptores asumen el roll de mediadores entre los hombres y unas entidades semi-divinas que vigilan y juzgan nuestro comportamiento"... lo que estas afirmaciones puedan tener de verdad, no puede desligarse, empero, de la misma actitud un tanto despectiva que la ciencia instituída muestra ante el fenómeno, a pesar de su extensión y complejidad; no debemos olvidar que para la gente de la calle esta "ciencia instituida" tiene un prestigio análogo al de una jerarquía religiosa para los feligreses convencidos, de manera que el hecho de "ignorar" algo equivale a negarle realidad en el ámbito de la mentalidad colectiva, que no dispondrá, en el momento necesario, de las herramientas mínimas de análisis.
Los ensayos que este libro presenta podrían verse, en fin, como una respuesta de la psicología profunda ante la proliferación de ciertas implicaciones de la fenomenología en cuestión que, por otra parte -y es saludable subrayarlo- no esta lejos de lo que, al menos a nivel de discurso, nos proponen insistentemente la gran mayoria de las religiones y sectas proselitistas que abundan en la sociedad actual.
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1. Es conveniente precisar en alguna medida el significado que el término "fenómeno" ha adquirido dentro del discurso relacionado con los OVNI’s: la palabra designa, en rigor, la captación de cualquier estímulo por parte de nuestro aparato perceptor, es decir, que presupone una causa externa generadora de esos mismos estímulos sensoriales. Popularmente, sin embargo, se ha dado en llamar fenómeno a estímulos cuya causa generadora no está determinada, al punto de que la palabra se ha convertido en sinónimo de "cosa extraña" y hasta de monstruosidad. De esta manera la expresión "fenómeno OVNI" puede interpretarse como algo que es percibido pero cuya naturaleza no está detertminada en el contexto de lo conocido.
2. "Imaginary" puede traducirse como imaginario, fantástico, pero el significado de "imaginal" parece estar más cerca de factores de subjetividad, siendo, además, aceptable en Castellano.-
* Analista de lo paranormal. Participó como observador en el Congreso "Nuevas Fronteras de la Ciencia", celebrado en San José, Costa Rica (1985), donde trece reconocidos investigadores estudiaron, durante cinco dias, el fenómeno en cuanto realidad física y sus implicaciones psicológicas y sociales.- Ha dictado conferencias sobre el tema en universidades del Estado Zulia. Dirección: Apartado Postal 35, Ciudad Ojeda 4019A; mpazb53@hotmail.com