Fernando Calderón
También Fernando Calderón es hoy habitante de mis sueños.
Desde que lo enterramos en Cantabria vive - ¡y de qué forma! - en la memoria de muchos. Eso era lo que más le gustaba : las formas curvas de un abrazo y el círculo compartido de las ideas. Fernando, sin duda, fue un maestro en casi todo lo que emprendía. Poco importaba que fuera visible o invisible. De él aprendimos que lo único que cuenta en esta vida es la dosis de entusiasmo que precede a la obra propiamente dicha. El resultado le dejaba indiferente.
Fue “Miguel Angel” redivivo pero lo “suyo” eran los ovnis. Fue uno de los mejores pintores del siglo veinte pero lo “suyo” eran los ángeles. Fue un genio, pero lo suyo era siempre lo pequeño y, a ser posible, en desorden.
Algún día tendré que despabilar lo mucho que me dijo y que me escribió al respecto. Mientras tanto, querido “Buonarroti”, continúa habitando entre mis sueños.
1971. Apolo-15. Durante una de sus transmisiones -en directo-, millones de espectadores contemplaron estupefactos cómo dos seres de grandes cráneos se "asomaban" al objetivo de la cámara que había sido plantada en la superficie de la Luna. Uno de los testigos de excepción fue el gran pintor español Fernando Calderón. En la imagen, una reproducción de lo visto, pintado por el propio Calderón. (Foto: J.J. Benítez)
El Planeta de J. J. Benítez
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