Uno de los primeros casos conocidos de
"abducción" en el mundo poseía ciertas implicancias que, para la época en
que se publicaron los informes, distaban de ser fácilmente digeridas por
los ufólogos. De a poco se había aceptado que tal vez hubiese naves
extraterrestres dando vueltas por todos los rincones de la Tierra, y
aunque con tibieza en los comienzos, también se aceptó que humanoides
descendían frecuentemente de estas "naves", dando así un dato elocuente
del origen del misterioso fenómeno al cual los ufólogos se esforzaban por
otorgar un marco de seriedad que permitiese el reconocimiento de la
ciencia académica como problema número uno para el
conocimiento.
Es
por eso que un caso en el que no solamente se hablaba de nave espacial y
humanoides descendiendo, sino además de un secuestro del testigo y, por si
fuera poco, un contacto sexual con una tripulante, era demasiado como para
aceptarlo. Si a duras penas la ciencia oficial se ocupaba de un tema tan
subjetivo y resbaloso como el de los OVNIs, un caso de cópula con
extraterrestres parecía realmente
impresentable.
Sin embargo, con el tiempo, las abducciones pasaron a formar
parte de la categoría habitual de informes OVNI, y con la gran explosión
publicitaria del tema –sobre todo en los EE.UU.- en la década de los 80 y
90, se vino a descubrir una gran cantidad de casos en los que se alegaban
secuestros seguidos de contactos sexuales con extraterrestres, y más tarde
bajo hipnosis, comenzaron a surgir historias de extraños embarazos, partos
y fetos que mezclaban los genes humanos con los extraterrestres, dando
paso a las teorías acerca de los "móviles genéticos" que impulsaban a los
visitantes espaciales.
En
efecto, tan temprano como entre el 5 y el 15 de octubre de 1957 (a sólo
diez años de la creación del vocablo 'plato volador' y siendo conocidos
nada más que encuentros del primero, segundo y algunos pocos del tercer
tipo), cerca de la población de San Francisco de Sales, en el estado de
Minas Gerais, Brasil, un campesino de 23 años de edad, de nombre Antonio
Villas Boas, vino a ser protagonista involuntario de un
suceso de procreación entre "razas
planetarias". La noche del 5 de octubre de 1957 –según el relato que dio a
conocer el periodista Joao Martins- Villas Boas observó desde la ventana
de su casa una luz muy blanca y brillante que parecía provenir desde
arriba, aunque allí no se veía nada. El día 14, mientras araba el campo
con su tractor, y hacia la medianoche, apareció otra luz, de color rojo,
"tan brillante que hería la vista". Se mantuvo un tiempo estacionaria,
hasta que desapareció.
El
día 15 se produce el hecho definitivo, cuando Antonio se encontraba en el
mismo lugar, arando el campo. En esa ocasión, un objeto ovoide y luminoso
de color rojo descendió vertiginosamente y se posó a 10 ó 15 metros del
tractor. Un tiempo después el motor del tractor se detuvo y sus luces se
apagaron. Antonio echó a correr, pero unos cuatro seres de baja estatura
lo atraparon y lo llevaron hacia la máquina. Una vez conducido a su
interior a través de una "escalerilla", Antonio se vio dentro de una
habitación cuadrada de paredes brillantes. Luego lo llevaron a otra donde
pudo escuchar el extraño sonido que emitían los seres al hablar y que se
asemejaban a "gruñidos de perros". Pronto volvieron a sujetarlo y lo
desvistieron. Uno de los seres desparramó un líquido con una esponja por
su cuerpo y lo condujo a otro sitio.
Tras una secuencia de larga
espera, con náuseas y vómitos de por medio, finalmente se abrió una puerta
y entró una mujer totalmente desnuda. Según la descripción de Villas Boas
dada a conocer por el médico Olavo Fontes, ésta "era hermosa...aunque sus
pómulos muy altos, haciendo la cara muy ancha, a la vez que se afinaba
hacia abajo bruscamente, terminando en un mentón muy fino". Comenzó a
acariciarlo y terminaron manteniendo un par de relaciones sexuales. Luego
un ser llamó a la mujer desde el umbral y ella salió, previamente
señalando su vientre, al propio Antonio y al cielo, indicando claramente
que un "hijo" de ambos nacería en el espacio
exterior.
Posteriormente los seres bajitos conducirán a nuestro
protagonista al exterior y la nave se elevará. Villas Boas padeció tras
el episodio toda una semana con náuseas y episodios de sopor profundo
(1). Más adelante le escribió a Joao Martins, por una serie de
artículos sobre platillos voladores que éste publicaba en la revista "O
Cruzeiro". Una vez en Río de Janeiro, se puso en contacto también con el
Dr. Fontes, cirujano y ufólogo, quien lo revisó y determinó su estado
normal y saludable. En los EE.UU., sin embargo Fontes confió a los
miembros del APRO su escepticismo frente al asunto. Era, de hecho, "una
historia demasiado fantástica para ser cierta"
(2).
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NOTAS
(1) Destaco estas consecuencias en tanto se asemejan a las
producidas por la ingestión de ciertos enteógenos (mal llamados
alucinógenos) que aparte de inducir un estado de trance visionario,
simbólico e introspectivo –como muchas abducciones- también producen
fuertes vómitos y estados de sopor.
(2) Durante los años siguientes, en los que esta abducción
se convirtió en uno de los clásicos más célebres de la ufología, poco se
supo de Villas Boas. En 1978 reapareció en un programa televisivo
brasileño. Se había convertido en un respetable abogado con estudio propio
en una pequeña ciudad cercana a Brasilia, casado y con cuatro hijos.
Repitió su testimonio en forma idéntica agregando que durante el segundo
coito la mujer había tomado muestras de su esperma. El primer artículo
escrito de la historia apareció en 1962 en un boletín ufológico brasileño. Las
primeras versiones en inglés, responsables de que el incidente diera la
vuelta al mundo corresponden a 1965 en la inglesa "Flying Saucer Review" y
más tarde aparecerá en dos libros : "Flying Saucer Occupants" (1967) de
Jim y Coral Lorenzen y "The Humanoids" (1969) de Charles Bowen. Un ignoto
grupo ufológico-musical francés llamado "Visitors" le dedicaría un tema en
su disco de 1976: "Villas Boas".
Diego Viegas forma parte de la Fundación Mesa
Verde/Proyecto Aleph. Es abogado y profesor universitario, además de
estudiar Antropología en Rosario. Formó parte del CIFO (Círculo de
Investigadores del Fenómeno OVNI de Rosario) y fue uno de los editores de
"Ufología Racional".
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