LA ABDUCCION DE ANTONIO VILLAS BOAS
El caso que se inicia con estas líneas fue
considerado durante mucho tiempo como el suceso ovni más representativo de
Brasil, y a punto estuve de meterlo en la sección Ovnis del Mundo, pero en
la actualidad el relato de Antonio Villas Boas es profusamente
cuestionado, incluso por los
mismos investigadores del fenómeno ovni, ya que está basado sólo en las
apreciaciones subjetivas del abducido, sin ningún tipo de prueba más. Para muchos, que repitiera su experiencia bajo hipnosis no
tiene validez, pues consideran que este tipo de declaración expresa lo que
el sujeto hipnotizado “cree” que le ocurrió, haya sido verdad o no. Sí es significativo que lo relatado por el testigo se haya ido repitiendo en otros casos de secuestros por extraterrestres. LOS HECHOS
El rapto de Antonio Villas Boas, campesino de 23 años de
edad, ocurre el 15 de octubre de 1957 en la localidad de San Francisco de
Sales, estado de Minas Gerais (Brasil). Con fecha anterior a los sucesos que le acontecieron, el 5
de octubre sobre las 23:00 horas, cuando iba a acostarse, vio desde la
ventana de su dormitorio una luz blanca y brillante que parecía provenir
de arriba, aunque no se veía nada. La luz empezó a acercarse hacia donde
él estaba y, junto con su hermano, pudo contemplar cómo la luz se dirigía
la techo de su habitación, sobrevolando la casa, para luego
desaparecer. El 14 de octubre acontece un segundo suceso en el que
nuevamente son testigos los dos hermanos. Sobre las 22:00 horas están
arando el campo y una luz de color rojo que brillaba intensamente,
aparece, permanece estática unos minutos y desaparece súbitamente. Y llega la noche del día 15. Sobre la 1:00 horas de la noche
Antonio se encontraba arando, como de costumbre. Una luz roja, en el
cielo, empieza a cercarse a él hasta poder distinguir un objeto de forma
ovoide con tres aguijones de metal en la punta. Aterrizó a unos 10 ó 15
metros del tractor sustentándose sobre tres patas metálicas.
Antonio intentó huir pero el motor de su tractor no
funcionaba y no había forma de hacerlo arrancar. Saltó del vehículo y
salió corriendo campo a través. Dos seres pequeños salieron tras sus pasos
y fue capturado pero, ante la resistencia que ofrece, otros dos seres se
presentaron en ayuda de los primeros. Vestidos con monos verdes y casco
del que salían unos tubos que iban hasta la espalda, introducen al
asustado prisionero dentro de la nave a través de una escalerilla.
La nave estaba repleta de gran luminosidad.
Antonio se vio dentro de una habitación de paredes brillantes de metal
pulido. Luego lo llevaron a otra donde pudo escuchar el extraño sonido que
emitían los seres al hablar y que se asemejaban a "gruñidos de perros".
Pronto volvieron a sujetarlo y lo desvistieron. Uno de los
seres desparramó un líquido espeso y transparente con una esponja por su
cuerpo. Posteriormente le extrajeron sangre de la barbilla con una especie
de tubos que le dejaron un fuerte picor.
Antonio fue conducido a
otros sitio y dejado solo en la nueva habitación, que comenzó a ser
invadida por un gas que entraba por unos orificios que había en la pared y
que le hizo sentir nauseas llegando a vomitar dentro de la nave. A continuación se desarrollan los hechos más llamativos de
esta historia. Según relata Antonio: "Apareció una mujer
cuyo cuerpo era el más hermoso que había visto en mi vida. Era esbelta y
sus pechos se mantenían erguidos y bien separados. Su cintura era
estrecha, el vientre plano, las caderas bien desarrolladas, los muslos
robustos, tenía las manos largas y delgadas, y su tamaño era bajo llegando
solo a la altura de mis hombros, su olor corporal era femenino y su piel
blanca como la de las mujeres rubias de aquí y cubierta de pecas en los
brazos, si bien, la extraña era lampiña tenía cabello rubio y pelo púbico
rojo... sus pómulos eran
muy altos, haciendo la cara muy ancha, a la vez que se afinaba hacia abajo
bruscamente, terminando en un mentón muy fino, unos ojos achinados y una
boca en la que casi no se veían sus labios La mujer extraterrestre se acercó entonces, abrazando al
campesino y frotando su cara y cuerpo contra él, Villas Boas excitado
cumplió con su papel de macho copulando con la extraterrestre en dos
oportunidades. Luego, ésta perdió interés en Antonio, quien se sintió
utilizado y molesto. Antonio se percató entonces de que lo que realmente querían
estos seres era, según sus propias palabras, "un
buen semental para mejorar su raza". Una vez finalizada la cópula apareció otro ser en busca de
la extraterrestre, entonces la mujer se toca el vientre y luego señala en
dirección del cielo. Villas Boas en tanto, fue invitado a vestirse, si bien, en
un momento, quiso robar algo parecido a un reloj para dar fe de su
testimonio pero los tripulantes de la nave no se lo permitieron. Fue conducido nuevamente al exterior, donde le enseñaron detalles de la nave. Acabada la visita, ya desde tierra, observó como la nave empezó a girar y a subir lentamente, luego, se perdió en la oscuridad del cielo a gran velocidad, quedando Antonio abandonado en el campo.
Villas Boas padeció tras el episodio algo más de una semana
con erupciones cutáneas, náuseas, falta de apetito, molestias oculares,
insomnio y episodios de sopor profundo. Veintiún años después, Antonio Villas Boas, convertido en un
respetable abogado y padre de familia, aseguraría que la mujer, durante la
segunda cohabitación, le extrajo una muestra de esperma para uso
posterior. |