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La tercera revolución industrial

Es evidente que los ciudadanos necesitan un nuevo relato econmico que les ayude a entender el mundo actual y las perspectivas de un futuro sostenible y equitativo. En este sentido, los lderes polticos todava no han explicado de modo convincente las relaciones entre la crisis econmico–financiera actual, la crisis energtica, el calentamiento climtico y la decadencia de la era del petrleo.
Una explicacin de estas relaciones a considerar –dejando aparte ahora mis discrepancias con el determinismo histrico, el fetichismo tecnolgico y la neutralidad poltica subyacentes a ella– puede encontrarse en el libro de Jeremy Rifkin, titulado “La Tercera Revolucin Industrial”, que plantea de manera clara que la economa mundial ha alcanzado la mxima capacidad de crecimiento dentro de un sistema de produccin dependiente del petrleo y de otros combustibles fsiles. Y ello es as porque se ha llegado hace ya tiempo al llamado “pico global del petrleo per cpita”; esto es, cada vez hay menos cantidad disponible de petrleo por persona, si ste estuviera –que no lo est, obviamente– igualmente distribuido entre todos los seres humanos del planeta.
Al mismo tiempo, existe una estrechsima interaccin entre el incremento de la produccin y el aumento de los precios del petrleo y, en consecuencia, las facturas de las importaciones de petrleo amenazan las potenciales recuperaciones de las economas. Hay una coincidencia histrica entre la burbuja del crdito, la crisis financiera, la orga compradora, el cnit de la era del automvil y del petrleo y el comienzo del fin de la segunda revolucin industrial.
Ahora bien, la segunda revolucin industrial, caracterizada por el consumo masivo de combustibles –carbn, petrleo y gas natural–, ha arrojado ingentes cantidades de dixido de carbono a la atmsfera que bloquean la salida del calor irradiado por el Sol a la Tierra y provoca una variacin drstica de la temperatura de la superficie del planeta, con consecuencias previsiblemente catastrficas segn los estudios del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climtico de las Naciones Unidas.
Por tanto, la economa del siglo XXI se basar en una combinacin de las nuevas tecnologas de la informacin y comunicacin (TIC) con las energas renovables, que se articular –segn Rifkin– en cinco pilares de infraestructuras, que debern construirse en los prximos decenios. El primer pilar consistir en la transicin del rgimen energtico actual hacia otro de energas renovables. A pesar de la influencia de la industria de las viejas energas sobre las polticas energticas de los gobiernos, las nuevas energas basadas en la luz solar, los recursos elicos, la hidroelectricidad, las reservas geotrmicas subterrneas, la biomasa, las olas, las mareas y las corrientes marinas, se estn abriendo paso y se consolidarn con fuerza en el futuro.
El segundo pilar derivar de la transformacin del parque de edificios en micro–centrales elctricas que recojan y reaprovechen in situ las energas renovables. Millones de edificios (viviendas, oficinas, centros comerciales y parques industriales) se reconvertirn para conservar y generar energa elctrica. El tercer pilar se basar en el despliegue de la tecnologa del hidrgeno y de otros sistemas de almacenaje energtico en todos los edificios y en las redes de infraestructuras para acumular energas como las renovables de flujo intermitente.
El cuarto pilar descansar en el uso de las TIC para transformar las redes energticas en redes inteligentes (“Smart Grids”), para poder ajustar continuamente los flujos elctricos y las temperaturas, distribuir la electricidad y vender los excedentes de acuerdo a la demanda de los consumidores. Las redes inteligentes sern el sistema nervioso de la nueva economa. En el sistema elctrico podra suceder lo que ha pasado con los grandes ordenadores centrales y los pequeos ordenadores personales: se pasara de las grandes centrales tradicionales a la necesidad creciente de pequeos generadores distribuidos a lo largo y ancho del territorio. El quinto pilar consistir en la transformacin de la actual flota de transporte en otra constituida por vehculos de motor hbridos y/o elctricos, la promocin de servicios de automvil compartido como los que ya estn apareciendo en algunas ciudades y la organizacin de nuevos modelos de movilidad urbana.
Estas transformaciones de las infraestructuras, que requerirn enormes inversiones productivas en los cinco pilares de esta nueva revolucin industrial, exigirn el apoyo decidido del conjunto de las administraciones pblicas, a todos los niveles, y la concrecin de formas de colaboracin con las empresas privadas.
La ciudad de Vigo puede y debe ponerse a la vanguardia de los cambios que vienen en materia de redes inteligentes. Es importante aprender de destacables iniciativas puestas en marcha en ciudades como Vitoria-Gasteiz, Mlaga, Bilbao y Portugalete o en la Comarca de Lea-Artibai, entre otras, para implementar estrategias relativas no slo a su sistema energtico, sino al propio funcionamiento del entorno productivo y econmico de la ciudad. Vigo debe vincularse al programa Energa Inteligente para Europa y a mecanismos como ELENA (“European Local ENergy Assistance”), cuyo objetivo es cubrir los costes asociados a la asistencia tcnica necesaria para preparar grandes programas de inversin en eficiencia energtica y energas renovables en el mbito de ciudades y regiones.
Este esfuerzo inversor es una exigencia de los nuevos tiempos. Los estudios realizados muestran que la puesta en marcha de las infraestructuras de la llamada tercera revolucin industrial hace posible el incremento de la eficiencia energtica, la mejora medioambiental, la generacin de innumerables oportunidades empresariales y la creacin de nuevos empleos.
* Catedrtico de la Universidad Autnoma de Madrid


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