consecuencia,otro canon de la estrategia ortodoxa se rompía aquí,al seguirse el principio de máxima amplitud en la distribución de lafuerza,con el fin de tener a mano el mayor número posible deincursiones a la vez.Además,se añadía la fluidez a la velocidadmediante el uso de un distrito el lunes,otro el martes,un terceroel miércoles… lo cual reforzaba no poco la movilidad natural delejército árabe,dándole ventajas impagables,pues la fuerza se reno- vaba con hombres frescos en cada nueva región tribal,y así man-tenía su energía prístina.En un sentido real,el máximo desordenera su equilibrio.
Un ejército no disciplinado
Igualmente curiosa era la economía interna de las partidas decombate.La máxima irregularidad y articulación eran las metas.Ladiversidad echaba a la cuneta la inteligencia del enemigo.El ene-migo acumula información cuando los batallones y divisiones seorganizan de forma regular e idéntica,hasta que finalmente infierela presencia de un cuerpo por la disposición de las tres compañíasanteriores.Los árabes,de nuevo,estaban sirviendo a un idealcomún,sin emulación tribal,y por tanto no podía esperarse deellos ningún
esprit de corps
.Los soldados se hacen casta,bien a basede dinero,uniforme o beneficios políticos,o bien como ocurre enInglaterra,haciendo de ellos unos descastados,desarraigados de lamasa de sus conciudadanos.Ha habido muchos ejércitos alistados voluntariamente,pero ha habido pocos que hayan combatido encondiciones tan agotadoras y en una guerra tan larga como larevuelta árabe.Cualquiera de los árabes podía irse a casa cuando laconvicción le fallara.Su único contrato era el honor.
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GUERRILLA
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