Extracto
del Pan desnudo
"
Lloraba la muerte de mi tío junto con algunos chicos. Ya no lloraba sólo
cuando me pegaban, o cuando perdía algo. Ya había visto llorar también
a otros. Era la época del hambre en el Rif, la sequía y la guerra.
Una
tarde, no podía detener mis lágrimas de tanta hambre que tenía.
Chupaba y rechupaba mis dedos. Vomitaba sólo saliva. Mi madre me decía,
para calmarme:
-
Cállate, vamos a irnos a Tanger. Allí hay pan en abundancia. No llorarás
más por el pan cuando estemos allí. En Tánger la gente come hasta
saciarse ¿Ves a tu hermano? Él no llora.
Dejaba
de llorar cuando veía su cara pálida y sus ojos hundidos. Pero la
paciencia que me infundía el mirarle no duraba mucho... Vimos cadáveres
de animales mientras nos íbamos a pie de camino al exilio. Los rondaban
perros y pájaros negros. Hedían, tripas abierrtas, podredumbre.
Por
la noche se oía el aullido de los lobos cerca de la tienda que montábamos
allí donde el cansancio y el hambre podían más que nosotros. Incluso
algunos enterraban a los suyos donde caían muertos, víctimas del
hambre. (...).
En
Tánger no vi las montañas de pan que me había prometido mi madre.
También había hambre en este paraíso, pero era menos mortal que en el
Rif".