Alice A. Bailey nació en Manchester en 1880 y murió en 1949. En su autobiografía Inconclusa menciona como le impresionó el primer encuentro que tuvo con el meastro Koot Humi cuando tenía 15 años de edad. De mayor, mediante transmisiones telepáticas, otro maestro (Djwal Khul) le dictaría un conjunto de libros de contenido espiritual.
Con la ayuda de este maestro, Bailey, también escribió diversos libros como por ejemplo: “Del intelecto a la intuición”.
Su maestro, también conocido como “el maestro Tibetano”,Djwal Khul, permaneció siempre en la sombra. La enseñanza y sabiduría de estos escritos permanece destinada al presente y al futuro inmediato. Su obra va desde indicaciones claras y precisas respecto al camino espiritual:”Tratado de Magia Blanca”, a una psicología esotérica fundamentada en el conocimiento de los siete rayos (5 tomos), a divesas indicaciones sobre el discipulado (2 tomos)”El Discipulado de la Nueva Era”, y otras con visión futurista: “La reaparición de Cristo” y “El Destino de las Naciones” .
Su obra es tan basta que requiere de largo tiempo de estudio y se hace imposible de resumir en pocas palabras. La Escuela Arcana, fundada por Alice Bailey proporciona entrenamiento esotérico y ayuda a seguir el hilo argumental del trabajo de Djwal Khul.
Adjuntamos las reflexiones sobre la inofensividad:
“Si la inofensividad es la nota clave en sus vidas, podrán producir más condiciones armónicas en la personalidad, que cualquier disciplina en otras lineas. La depuración drástica obtenida al alcanzar la inofensividad ayudará mucho a eliminar estados erróneos de conciencia.
La inofensividad es la fuerza más poderosa que existe en la actualidad. No me refiero a la no resistencia, sino a esa actitud metal positiva del que no piensa mal.El que no tiene malos pensamientos ni hace mal a nadie es un ciudadano del mundo de Dios.
La inofensividad prepara el camino para que fluya la vida; elimina las obstrucciones que impiden la libre afluencia del amor y es la llave que libera la naturaleza inferior de las garras de la ilusión mundial y el poder de la existencia fenoménica.
La inofensividad produce, en la vida, cautela en el juicio,reticencia al hablar, habilidad para abstenerse de toda acción impulsiva y demuestra un espíritu exento de crítica. De esta manera, las fuerzas del verdadero amor y también esas energías espirituales que parecen vitalizar la personalidad pasarán libremente y, en consecuencia, conducirán a la acción correcta.
Estudien su conducta diaria, sus palabras y sus pensamientos, hasta lograr se completamente inofensivos. Oblíguense a pensar sobre esas ideas, respecto a ustedes y a los demás, para que sean constructivas y positivas y, por tanto, de efectos inofensivos. Examinen el efecto emocional que ustedes producen sobre otros, de manera que ningún estado de ánimo, de depresión o de reacción emocional pueda dañar al semejante. Recuerden, en conexión con esto, que la aspiración espiritual violenta y el entusiasmo mal aplicado o mal orientado pueden fácilmente herir a un semejante; por lo tanto, cuiden sus tendencias erróneas y no sólo sus virtudes.
La inofensividad a que me refiero, concierne a ustedes, no es la actividad negativa, dulce o bondadosa, como muchos creen. Es un estado mental que, de ninguna manera, niega la acción firme y drástica. Concierne al móvil e involucra la determinación de que el móvil detrás de toda actividad debe ser la buena voluntad. Este móvil puede conducir a hechos y a palabras positivas, a veces desagradables, pero como la inofensividad y la buena voluntad condicionan el acercamiento mental, no puede surgir otra cosa que el bien.
Quien trate de practicar la inofensividad positiva, que se manifiesta en el correcto pensar (por estar basado en el amor inteligente), en el correcto hablar (por estar regido por el autocontrol), en la correcta acción (por estar fundada en la comprensión de la ley), descubrirá que tal tentativa exigirá todos los recursos de su ser y tomará mucho tiempo realizarlo. No es la inofensividad que proviene de la debilidad y de una disposición sentimental afectiva, que rehúye las molestias, porque trastorna la armonía establecida de la vida. No es la inofensividad del hombre o mujer negativos, impotentes y poco evolucionados., que no tienen el poder de perjudicar, por estar mal equipados para hacer daño.
Al contrario, la inofensividad brota de la verdadera comprensión y control de la personalidad por el alma, la que lleva inevitablemente a la expresión espiritual de la vida diaria. Emana de la capacidad de penetrar en la conciencia y en la comprensión de nuestro prójimo y, cuando se ha logrado, todos se perdona y se pierde de vista en el anhelo de ayudar y auxiliar.
Por lo tanto, habrán visto por qué he señalado tan enfáticamente la necesidad de la inofensividad, pues es el método científico por excelencia, hablando esotéricamente, de limpiar la casa y purificar los centros y permitir la entrada de energías superiores.
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2 Responses to “ALICE A. BAILEY, EL MAESTRO TIBETANO Y LA INOFENSIVIDAD”
By mery on Dec 8, 2009
Los felicito por su web, esta buenisima, este articlo tambien me encanto! Gracias
By Néstor Eidler on May 10, 2011
Hola, te/os escribo con mucha emoción, pues cada día recibo de ti/vosotros, alimento, recuerdo y alegría en este camino al conocimiento. Esto es digno de Maestros. ¡Adelante, Adelante en el camino del Amor!
Néstor Eidler
Me gustaría mucho saber quienes sois o quien eres, y conoceros personalmente.