MISTICISMO Y
FÍSICA MODERNA (III) Big Bang y Big Crunch
por César
Rubio Aracil
(España)
Fecha: 11 février 2005
MISTICISMO Y FÍSICA MODERNA (III)
Big Bang y Big Crunch
En 1971 el astrónomo de Cambridge, Stephen Hawking,
dio forma coherente a la idea del científico belga Georges Lemaître,
que en 1927 denominó “teoría del átomo primigenio” en respuesta a la
creencia por entonces imperante de la “creación continua”.
La teoría del Big Bang fue por fin ratificada en 1992
por el astrofísico George Smoot en base al estudio de las
fluctuaciones de densidad apreciadas por el satélite Cobe, de la
NASA, interpretadas por la comunidad científica como “ecos” de la
primera gran explosión universal.
Esta teoría, que George Gamow acuñó en 1929 con el
nombre de Big Bang, la sostenían los místicos desde siglos antes de
que los científicos comenzasen a teorizar con ella. Era algo
parecido a lo que expresa la idea hindú de la respiración de
Brahma : aspiración y expiración, lo que simbólicamente
significa expansión y contracción o principio y fin de los infinitos
ciclos creativo/destructivos conformados en la eternidad. Por lo
tanto Big Bang (explosión inicial) y Big Crunch (colapso universal)
son expresiones coincidentes de una misma idea, sea científica o
místico/religiosa Mas veamos, grosso modo y de manera asequible a
todo entendimiento, en qué consisten ambos conceptos.
Al parecer el universo se halla en estos momentos en
proceso de expansión, desde que hace unos cuantos miles de millones
de años estalló. Por lo tanto, si admitimos como válido este
supuesto, no queda otro remedio que deducir que tan monumental
explosión fue propiciada por la materia, siendo en este punto donde
comienza a tener sentido el oponente del Bin Bag llamado Big Crunch,
popularizado a partir de 1948 por el acreditado astrónomo británico
Fred Hoyle, en tono jocoso y sarcástico, para desprestigiar a los
defensores de dicha teoría.
Los físicos y los astrofísicos están rompiéndose la
cabeza con la finalidad de desentrañar el enigma al que nos estamos
refiriendo. Los místicos, de un modo intuitivo, o tal vez apoyándose
en sus propias creencias religiosas, parecen tenerlo claro :
“La creación nace de La Nada”. Pero ¿es factible que de La Nada
pueda brotar una flor ? Veamos :
Todos sabemos que los agujeros negros pueden tragarse
galaxias enteras “sin hacer caca”. Sin embargo, no basta con esta
afirmación para entender el significado de La Nada Necesitamos más
datos, que voy a atreverme a darlos a mi aire, siendo consciente de
que si me leyese un físico podría dedicarme una sonrisa un tanto
burlona, cosa que yo interpretaría como un gesto indulgente por mi
osadía.
Imaginemos una simple piedra del tamaño de una
naranja. Este mineral contiene miles de millones, o quizá trillones,
de átomos. Cada uno de estos átomos guarda con sus hermanos más
próximos una distancia equivalente -en proporción- a la distancia
que separa al Sol de su estrella más cercana, Alfa Centauro, alejada
de nosotros unos cuatro años luz. Considerando, pues, el tamaño de
la fruta presentada aquí como ejemplo dimensional de la citada
piedra y estimando la casi infinita pequeñez del átomo, fácilmente
podemos colegir que la materia contenida en nuestro pedrusco cabría,
y le sobraría mucho espacio, en la punta de un alfiler.
Ahora imaginemos la materia del universo entero
apretándose por causa de la acción centrípeta. Tal imponente masa,
constreñida al máximo por la fuerza de la gravedad (Bin Crunch),
podría alcanzar una dimensión aproximada al cero. Ya tenemos La
Nada.
¿Qué podría suceder después de miles de millones de
años de estar la materia tan junta, hasta quedar convertida en
“nada” ? (Decimos “miles de millones de años”, sin tener en
cuenta que en este supuesto no existiría el tiempo puesto que no
habría espacio ; pero lo expresamos de este modo para
entendernos.) Se llegaría al punto crítico en que la materia del
universo estallaría (nuevo Big Bang). Y ahora, puestos a seguir
especulando, humanicemos esta parida literaria con una nota jocosa
que nos permita una nueva reflexión.
¿Y los besos que he dado a lo largo de, por ahora, mi
dilatada existencia ? Y los tuyos, mi querida y desconocida
amiga que me estás leyendo. ¿Dónde encontrarlos como una forma de
energía que, según la correspondiente ley física, ni se crea ni se
destruye ? ¡Están ahí : primero en el Big Crunch,
apretaditos, y luego en expansión (Big Bang), esperando nuevos
labios receptores ! Pero serán nuestros besos, no quieras tú,
hermosa mujer, conjeturar hasta el extremo de creerte eterna como
persona. Tú y yo somos eternos, sí, como energía ; sólo como
energía que se transforma de manera cíclica para engrandecer el amor
universal.
Nacido en Alicante (España) el 31 de mayo de 1935
Amante de la Literatura. Durante veinte años ha estado dedicado al
sindicalismo, habiendo sido el impulsor de la U.S.O. en Alicante y
posteriormente dirigente de CC.OO. Sus aficiones : Literatura,
música y teatro. En la actualidad dirige la tertulia literaria del
Casino de Alicante y, en colaboración con Raimundo Escribano y Pedro
Fuentes-Guío está poniendo en marcha el Círculo de Bellas Artes de
Alicante. Publicó, en el año 1992 Crepúsculos y alboradas. En 1997,
uno de sus más tiernos relatos fue incluido en la antología Nueva
Narrativa Alicantina, de Ediciones Tucumán. Además de colaborar en
dicersas revistas y periódicos, César Rubio tiene tambien editados
dos libros de poesías : Soy un círculo eterno y Sombras de mi
soledad, ambos en 1991, y otro de breves ensayos La sombra del
resplandor, publicado en el año 2000. Ganador de varios premios
literarios, este incansable escritor -que cultiva con igual maestría
la narrativa, la poesía y el ensayo- tiene a punto de concluir una
novela El vuelo de la Gaviota, e inéditos dos poemarios y un ensayo
(Karma, reencarnación y panteismo), como asimismo un libro de
relatos y otro de (...)