Un gran abrazo!!!!!!!!
Adriana
AMAR A UN SER HUMANO
Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de
conocerlo verdaderamente y disfrutar de la aventura de explorar y
descubrir lo que guarda más allá de sus máscaras y sus defensas;
contemplar con ternura sus más profundos sentimientos, sus temores, sus
carencias, sus esperanzas y alegrías, su dolor y sus anhelos; es
comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra un corazón
sensible y solitario, hambriento de una mano amiga, sediento de una
sonrisa sincera en la que pueda sentirse en casa; es
reconocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos en los
que a veces vive son el producto de su ignorancia y su inconciencia, y
darte cuenta de que si genera desdichas es porque aún no ha aprendido a
sembrar alegrías, y en ocasiones se siente tan vacío y carente de sentido,
que no puede confiar ni siquiera en sí mismo; es descubrir y honrar, por
encima de cualquier apariencia, su verdadera identidad, y apreciar
honestamente su infinita grandeza como una expresión única e irrepetible
de la vida.
Amar a un ser humano es brindarle la oportunidad de ser
escuchado con profunda atención, interés y respeto; aceptar su experiencia
sin pretender modificarla sino comprenderla; ofrecerle un espacio en el
que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que sienta la
confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera
privado; es reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir
su propio camino, aunque éste no coincida con el tuyo; es permitirle
descubrir su verdad interior por sí mismo, a su manera: apreciarlo sin
condiciones, sin juzgarlo ni reprobarlo, sin pedirle que se amolde a tus
ideales, sin exigirle que actúe de acuerdo con tus expectativas; es
valorarlo por ser quien es, no por como tú desearías que fuera; es confiar
en su capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas
más fuerte y más maduro, y comunicarle tu fe y confianza en su poder como
ser humano.
Amar a un ser humano es atreverte a mostrarte
indefenso, sin poses ni caretas, revelando tu Verdad desnuda, honesta y
transparente; es descubrir frente al otro tus propios sentimientos, tus
áreas vulnerables; permitirle que conozca al ser que verdaderamente eres,
sin adoptar actitudes prefabricadas para causar una impresión favorable;
es exponer tus deseos y necesidades, sin esperar que se haga responsable
de saciarlas; es expresar tus ideas sin pretender convencerlo de que son
correctas; es disfrutar del privilegio de ser tú mismo frente al otro, sin
pedirle reconocimiento alguno, y en esta forma, irte encontrando a tí
mismo en facetas siempre nuevas y distintas; es ser veraz, y sin miedo ni
vergüenza, decirle con la mirada cristalina, "este soy, en este momento de
mi vida, y esto que soy con gusto y libremente, contigo lo comparto... si
tú quieres recibirlo".
Amar a un ser humano es disfrutar de la
fortuna de poder comprometerte voluntariamente y responder en forma activa
a su necesidad de desarrollo personal; es creer en él cuando duda de sí
mismo, contagiarle tu vitalidad y tu entusiasmo cuando está por darse por
vencido, apoyarlo cuando flaquea, animarlo cuando titubea, tomarlo de las
manos con firmeza cuando se siente débil, confiar en él cuando algo lo
agobia y acariciarlo con dulzura cuando algo lo entristece, sin dejarte
arrastrar por su desdicha; es compartir en el presente por el simple gusto
de estar juntos, sin ataduras ni obligaciones impuestas, por la espontánea
decisión de responderle libremente.
Amar a un ser humano es ser suficientemente humilde como
para recibir su ternura y su cariño sin representar el papel del que nada
necesita; es aceptar con gusto lo que te brinda sin exigir que te dé lo
que no puede o no desea; es agradecerle a la vida el prodigio de su
existencia y sentir en su presencia una auténtica bendición en tu sendero;
es disfrutar de la experiencia sabiendo que cada día es una aventura
incierta y el mañana, una incógnita perenne; es vivir cada instante como
si fuese el último que puedes compartir con el otro, de tal manera que
cada reencuentro sea tan intenso y tan profundo como si fuese la primera
vez que lo tomas de la mano, haciendo que lo cotidiano sea siempre una
creación distinta y milagrosa.
Amar a un ser humano es atreverte a
expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de tus gestos y
sonrisas; de la caricia firme y delicada, de tu abrazo vigoroso, de tus
besos, con palabras francas y sencillas; es hacerle saber y sentir cuánto
lo valoras por ser quien es, cuánto aprecias sus riquezas interiores, aún
aquellas que él mismo desconoce; es ver su potencial latente y colaborar
para que florezca la semilla que se encuentra dormida en su interior; es
hacerle sentir que su desarrollo personal te importa honestamente, que
cuenta contigo; es permitirle descubrir sus capacidades creativas y
alentar su posibilidad de dar todo el fruto que podría; es develar ante
sus ojos el tesoro que lleva dentro y cooperar de mutuo acuerdo para hacer
de esta vida una experiencia más rica y más llena de
sentido.
Amar a un ser humano es también atreverte a establecer tus
propios limites y mantenerlos firmemente; es respetarte a tí mismo y no
permitir que el otro transgreda aquellos que consideras tus derechos
personales; es tener tanta confianza en tí mismo y en el otro, que sin
temor a que la relación se perjudique, te sientas en libertad de expresar
tu enojo sin ofender al ser querido, y puedas manifestar lo que te molesta
e incomoda sin intentar herirlo o lastimarlo. Es reconocer y respetar sus
limitaciones y verlo con aprecio sin idealizarlo; es compartir y disfrutar
de los acuerdos y aceptar los desacuerdos, y si llegase un día en el que
evidentemente los caminos divergieran sin remedio, amar es ser capaz de
despedirte en paz y en armonía, de tal manera que ambos se recuerden con
gratitud por los tesoros compartidos.
Amar a un ser humano es ir
más allá de su individualidad como persona; es percibirlo y valorarlo como
una muestra de la humanidad entera, como una expresión del hombre, como
una manifestación palpable de esa esencia trascendente e intangible
llamada "ser humano", de la cual tú formas parte; es reconocer, a través
de él, el milagro indescriptible de la naturaleza humana, que es tu propia
naturaleza, con toda su grandeza y sus limitaciones; apreciar tanto las
facetas luminosas y radiantes de la humanidad, como sus lados
oscuros y sombríos; amar a un ser humano, en realidad, es amar al ser
humano en su totalidad; es amar la auténtica naturaleza humana, tal como
es, y por tanto, es amarte a tí mismo y sentirte orgulloso de ser una
nota en la sinfonía de este
mundo.