La sicografía o escritura automática ha
sido una antigua práctica mediúmnica. El médium o persona en estado de trance,
apoya su mano sobre un papel, premunido de un lápiz que sujeta suavemente. Al
sentir la incorporación de la entidad que cree aceptar, ésta escribe sus
mensajes a través de la mano de su comensal físico. La escritura siempre es
diferente a la del médium y en muchos casos es igual a la de la persona que dice
representar. Los mensajes varían de la intrascendencia a lo sorprendente y
obviamente dan mucho que hablar.
Dos corrientes tratan de competir en la
explicación del fenómeno. Una que niega toda acción de terceros y atribuye todo
al inconsciente del sensitivo y la otra que acepta el fenómeno como un hecho
real de comunicación del más allá.
Ni tanto que te quemes, ni tanto que te
hieles. Siempre es difícil, por no decir imposible, una clasificación absoluta.
Es posible que -al igual que todo fenómeno ligado al mediumismo- la gran mayoría
de los fenómenos sean del más acá. Frutos ellos de la exaltación inconsciente
del siquismo del médium o del siquismo colectivo de los participantes. Pero esto
no descalifica la minoría, quizás si ínfima, de casos en los cuales nos queda un
amplio margen de duda, escapándose totalmente de la explicación
anterior.
Estos fenómenos no pueden verse desde un prisma cuantitativo. Se
deberá analizar el fenómeno particular, no por ello menos fantástico.
Uno
de estos casos es el que estamos presentando en este espacio. Se trata del
médium italiano Demófilo Didani, que ofrece una particularidad desconcertante.
El sensitivo se sienta en una sala en semipenumbra donde encontramos una mesa
con papel y bolígrafos. La variable sicográfica de Demófilo es que al entrar en
trance no toca los lápices, éstos escriben solos, como guiados por una mano
invisible.
Estando de paso por Roma, Lina Brady de Boni, hija de un famoso
médico, investigador de fenómenos paranormales, el verónes Dr. Gastote de Boni,
quiso probar las habilidades de Demófilo. La mujer había vivido a la vera de la
parasicología tema que había apasionado a su padre durante sesenta años,
completando cien publicaciones. Colaboró durante cuatro años con la famosa
revista "Luce e Ombra", falleciendo a los 78 años en 1986. Obviamente la gran
pregunta de la hija era si su padre había realmente fallecido o sólo había sido
su cuerpo. Esta pregunta merecía una respuesta y Demófilo se comprometió a
entregarle antecedentes para que ella misma
juzgara.
.
Emocionante protocolo
.
Las
sesiones claves se llevaron afecto bajo estricto control de una docena de
testigos se instalaron cintas magnetofónicas y los respectivos lápices
bolígrafos frente a hojas de papel. Durante dos sesiones los lápices se
movieron, pero la letra era indescifrable, si bien merecía el hecho que éstos
escribían solos. Durante la tercera sesión Lina Brady observó espantada, cómo la
letra era clara y precisa, idéntica a la de su padre. Aparecía un nítido
escrito: "Para ti, mi querida hija, y para todos Uds... de vuestro padre, padre
que siempre quiso comprobar esto. Gastote".
A partir de esa sesión -hubo
cuatro- Demófilo comenzó a hablar en estado de trance con una voz igualmente
idéntica a la del fallecido padre. Los registros de voz quedaron grabados en las
respectivas casetes.
A pesar de su conmoción, Lina Brady mantuvo la calma
y llevó los escritos a un instituto grafológico en Urbino. La conclusión de los
expertos que compararon éstos con cartas escritas de puño y letra por Gastone
fue de que ambas letras provenían de una misma persona: eran idénticas. Lo mismo
pudo comprobarse con el estudio de las casetes grabadas en las sesiones tercera
y cuarta, y cintas con la voz del padre que poseía Lina.
Conjuntamente
con las conmocionantes constataciones, los testigos pudieron comprobar una serie
de fenómenos colaterales coexistentes con los ya analizados: luces blancas u
azul pálido se formaban en torno al médium sombras de aspecto humanoide
deambulaban a cierta distancia de los espectadores a pesar de permanecer
totalmente cerradas puertas y ventanas, una brisa suave y refrescante envolvía a
las personas. Diversas materializaciones acompañaban las sesiones, ya que tanto
Lina Brady como sus compañeros de aventura sentían invisibles manos que
suavemente palpaban sus cuerpos.
Finalmente estaba la presencia de diversos
raps (tipología), es decir, claramente se escuchaban golpes en los muebles y
paredes mientras un olor aromático impregnaba el ambiente.
El propio
Demófilo se sometía a toda clase de investigaciones, exigía personas con
linternas que recorrieran los rincones durante las sesiones, sólo solicitaba no
le iluminasen la cara. Al igual que el gran avatar Sri Sathia Sai Baba en la
India (1) Demófilo, Didani materializaba un polvo tipo ceniza en sus manos
(Vibhuti). Todo esto mientras los investigadores iluminaban las manos del
médium. En más de una oportunidad las materializaciones fueron hojas verdes o
monedas antiguas. El mediumismo del romano abría una puerta dimensional hacia un
mundo desconocido y desconcertante para todos.
De todas maneras, a pesar
de lo espectacular de esta fenomenología colateral, los testimonios de la
escritura sicográfica como la de las casetes que se pudieron comprobar con la
letra y la voz en vida del Dr. Gastote de Boni, resultan largamente lo más
increíble y esperanzador para el estudio de la vida más allá de la muerte. Tanto
más cuanto que, cada sesión se protocolizó seria y responsablemente entre gente
de solvencia moral intachable. Lina Brady satisfizo gratamente su duda
existencial
martes 13 de mayo de 2008
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