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LA PROSA MEDIEVAL. LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO. ALFONSO X EL SABIO Y DON JUAN MANUEL
INTRODUCCIÓN
Este tema guarda estrecha relación con todos aquellos que se
ocupan de la literatura medieval, así como con el tema dedicado a la
formación de la lengua
PROSA MEDIEVAL
Primeros textos
Las primeras manifestaciones de prosa castellana aparecen en
textos jurídicos latinos, y son las conocidas “glosas” silenses y
emilianenses (éstas últimas de mayor trabazón sintáctica), datadas en
torno al siglo X por Ramón Menéndez Pidal. Díez Borque señala como
primer documento en prosa redactado totalmente en romance castellano
(aunque con influencias de romance aragonés) la Infeudación del
castillo de Alcozar , texto jurídico de 1156 redactado en la diócesis de
Osma en la provincia de Soria.
Siglo XIII
El castellano no ha logrado en este siglo la importancia
lingüística y literaria del latín, que sigue siendo la lengua de
cultura y transmisión escrita, pero cada vez más obras, la mayoría de
carácter didáctico, pero algunas también históricas y “exempla”, son
redactadas en romance como mejor forma para llegar a la población;
asimismo se inician las traducciones al romance de textos bíblicos,
las cuales serán constantes a lo largo del siglo XIV.
La obra más destacada del siglo es La Fazienda de Ultramar, una
traducción de La Biblia , sobre un texto hebreo del siglo XII, que
también toma como fuentes textos como la Leyenda de Plácidas
(Posteriormente San Eustacio), cuya intención es servir de guía para
los Palmeros (Peregrinos a Tierra Santa) Se conserva en un texto del
siglo XIII, aunque, si su autor es el monje francés Aimeric, debió de
redactarse de forma epistolar, entre 1126 y 1142, en romance castellano,
para la lectura y ampliación por parte del obispo de Toledo y
Canciller de Castilla Raimundo de Sauvêtat, también de origen francés.
Es un texto lingüísticamente bastante afín al Liber Regum.
Entre los documentos “historiográficos” cabe señalar:
MONARCA REINADO OBRA
Alfonso VIII 1158-1214 Liber regum Relato cronológico de reyes
desde la Biblia hasta Ramiro Di el Monje, Rey de Aragón, escrito en
navarro-aragonés y fechado entre 1196 y 1209, aunque traducido al
castellano hacia 1220. Se trata de un texto muy influyente en su
época, pues supone la legitimación absoluta de la autoridad de la
monarquía aragonesa, de nueva formación. Anales toledanos primeros de
comienzos del siglo XIII Enrique I 1214-1217 Fuero general de Navarra,
de 1250 y escrito en romance navarro-aragonés, muestra un avance en la
técnica narrativa, e incluso incorpora relatos históricos anteriores
(de finales del siglo XII) Fernando III El Santo 1217-1252 Anales
toledanos segundos, de autor mudéjar, escrita entre 1244 y 1250 Fuero
de Brihuega , (circa 1240). Su riqueza léxica y sintáctica demuestran
una mayor madurez de la lengua con respecto a textos anteriores.
Semejança del mundo, es un tratado geográfico de 1222, que combina las
fuentes latinas de forma muy elaborada. Alfonso X El Sabio 1252-1284
Estoria de España (Crónica General) General Estoria Sancho IV El Bravo
1284-1295 Fuero de Zamora Fuero de Salamanca Algunas de las obras más
destacadas del siglo XIII pertenecen al género gnómico oriental o
didáctico, y no son más que traducciones, más o menos libres, y por
ello obras originales en romance,
de textos árabes en su mayoría, muchos de ellos
interrelacionados estrechamente, ya sea por influjo directo o por
coincidencia de fuentes; los casos más destacados son:
• Flor de filosofía Compendio abreviado del Libro de los cien
capítulos , que fue compuesto durante el reinado de Alfonso X el
Sabio.
• Libro de los cien capítulos, que a pesar del título sólo
tiene 50, en los que recopila sentencias de tono moral y político,
además de algún cuentecillo, bastante rudimentario, lo cual es
novedoso en el género gnómico.
• Disputa de un cristiano y un judío. Primer ejemplo
(Principios del siglo XIII), aunque tosco, de un debate religioso,
género que durante la Edad Media se extendería por toda Europa.
• Diez mandamientos. Manual para confesores (didáctica
eclesiástica) escrito en el primer tercio del siglo XIII por un fraile
navarro.
• Bonium o Bocados de oro . Conjunto de sentencias filosóficas
de autores griegos, latinos, hindúes y árabes, inspirado en el Libro
de las sentencias, de Abulwafá Mobaxir ben Fátic. Las sentencias están
engarzadas en el argumento de un relato, el de un rey persa que viaja
a la India para encontrar la sabiduría; este recurso será muy
frecuente a lo largo de toda la Edad Media tanto en los textos
didácticos como en los narrativos.
• Poridad de poridades (Secreto de secretos) Colección de
normas morales y proverbios árabes, en su mayoría para aconsejar a los
reyes en su gobierno, redactados a mediados del siglo XIII.
• Libro de los buenos proverbios Colección de máximas y
sentencias atribuidas a filósofos griegos, latinos y árabes. Datado en
la primera mitad del siglo XIII.
• Libro de los doce sabios o Tratado de la nobleza y lealtad.
Ejemplo de tratado para la educación de príncipes, que serán tan
comunes en siglos posteriores; a pesar de tomar sus fuentes de la
literatura árabe, está muy próximo al modelo europeo de este tipo de
obras (Speculum principis). Compuesto hacia 1240.
• Libro del consejo e de los consejeros , quizá de principios
del siglo XIV y atribuido a un tal Maestro Pedro, sin identificar. Su
fuente principal no es árabe sino el Liber consolationis et consilii
(1246) de Albertano de Brescia.
• Impunaçión de la seta mahometana de San Pedro Pascual, obispo
de Jaén, quien hacia 1290 la escribió estando cautivo, y de la cual
nos ha llegado una versión manuscrita del siglo XVI. Se trata de un
texto muy similar en intención a la Disputa de un cristiano y un
judío.
Los “Exempla” son un género existente ya en la tradición
literaria latina clásica, consistente en la recopilación de cuentos,
historias y fábulas, a menudo con carácter didáctico y sobre motivos
folclóricos, por lo que solían ser utilizadas por los predicadores en
sus sermones. El primer texto de este género en lengua romance
castellana es el Disciplina clericalis (siglo XII) del judío converso
Pedro Alfonso, el cual logró “fama internacional”, pero no fue el
único:
• Libro de Calila e Dimma Los diálogos entre un rey y un
filósofo sirven de trama en la que engarzar esta colección de fábulas,
con personajes tanto humanos como animales, de origen hindú
(procedentes en su mayoría del Panchatantra ) traducidas de forma
libre al castellano desde una versión árabe posiblemente por
indicación de Alfonso X el Sabio en 1251. El texto castellano omite y
añade materiales además de confesar su intención moral práctica de
mostrar el camino del bien y de la ciencia.
• Sendebar es una colección de 27 cuentos de fuerte carga
misógina, traducción árabe de un original hindú, la cual fue mandada
traducir con el título de Libro de los engaños e los asayamientos de
las mujeres en 1253 por el infante don Fadrique (hermano de Alfonso X
el Sabio); el texto árabe está actualmente perdido, por lo que la
traducción española es la versión más antigua que se conserva. El
carácter misógino de los cuentos lo relacionan estrechamente con los
fablaux franceses.
• Libro de la vida de Barlaam y del rey Josapha de India .
Versión cristiana de la leyenda de Buda, a través de versiones griegas
y latinas. El texto comparte rasgos con los exempla orientales y se
sitúa entre los siglos XIII y XIV.
• Historia de la donzella Teodor . Texto gnómico-didáctico de
la primera mitad del siglo XIII procedente por vía directa o a través
de una versión latina, de Las mil y una noches; consiste en una serie
de preguntas y respuestas con las que la esclava Teodora entretiene a
su dueño, a modo de Scherezade.
• Lucidario procedente en gran parte del Lucidarium de Honorio
de Augusto (1095), si bien tiene otras fuentes de la antigüedad así
como tratados de medicina y filosofía. Su método de transmisión de
conocimientos es el de la pregunta-respuesta entre maestro y
discípulo, acerca de asuntos teológicos y fenómenos naturales.
• Castigos y documentos para bien vivir, que don Sancho IV de
Castilla dio a su fijo. Obra doctrinal de gran importancia en el
reinado de Sancho IV, de la que se conservan cuatro manuscritos con
letra de los siglos XIV-XV. A pesar de su temática (formación moral y
política del futuro rey), resulta poco probable que fuera obra directa
del monarca, si bien la pudo inspirar y dirigir en torno a 1293,
según la datación de Diez Borque, pero existieron versiones ampliadas
sobre esta original con 50 capítulos, a los que se añadieron 40 más a lo
largo del siglo XIV y XV. Los exempla de origen oriental se mezclan,
en este texto, con otros procedentes de la patrística y de la
tradición medieval europea, además de presentar algunos rasgos que los
relacionan con la literatura gnómica oriental.
Siglo XIV
Durante el siglo XIV se siguen cultivando la misma prosa que en el siglo anterior, pero también aparecen cambios reseñables:
- Nacimiento de la burguesía provoca una mayor demanda en la
producción literaria y nuevos temas y enfoques (hace su aparición la
sátira y el realismo) v Difusión del uso del papel y de la
construcción de lentes correctoras, facilitan el acceso y lectura de
los textos además de alargar la “vida de lector” al permitir que
algunas patologías oculares sean corregidas.
- Comienzan a cobrar importancia los autores, en su mayoría
procedentes de la aristocracia cortesana, de elevado nivel cultural.
A lo largo del siglo XIV aparecen una serie de crónicas de los
reinados individuales, las cuales toman como punto de partida el final
de la Estoria de España , las cuales serán (En opinión de A.
Deyermond) el paso previa a las obras de “semblanza” de reyes y nobles
que aparecerán en el siglo XV. Podemos relacionarlas con el monarca
durante cuyo reinado se redactaron:
MONARCA REINADO OBRA
Fernando IV El Emplazado 1295-1312 Versión amplificada de la
Primera Crónica General , sobre el borrador alfonsí, de 1298, como
auténtica continuación de lo escrito durante el reinado de Alfonso X.
La Gran Conquista de Ultramar, compilación de 1100 capítulos
sobre la historia de las Cruzadas (hasta 1271), seguramente compuesta
pocos años después de la Fazienda de Ultramar , de la que se conservan
tres manuscritos que según R. Menéndez Pidal, Agapito Rey y Northup,
podrían datarse a finales del siglo XIII (Reinado de Sancho IV).
Debido a su extensión y a su falta de rigor histórico, puede
ser considerada una crónica novelada, cuya fuente principal es la
traducción de la Historia rerum in partibus transmarinis gestarum
(Historia de las cosas hechas en las partes de Ultramar), en la que se
narra la historia de las Cruzadas de Guillermo de Tiro a través de
una traducción francesa denominada Roman d’Eracle , fechada en 1295;
también le sirvieron de fuente los poemas Chanson d’Antioche y Conquête
de Jerusalem.
Además de la información histórica, más o menos veraz, se
intercalan las prosificaciones de cantares de gesta relacionados con
las Cruzadas, que conceden cierto interés novelesco a la obra; entre
otras destacan la leyenda del Mainete y la de Berta, primeros ejemplos
de literatura de ciclo carolingio en España, pero también la leyenda
del Caballero del Cisne , a quien su autor hace antepasado de
Godofredo de Bouillon, noble que tomó parte en la primera cruzada
junto con sus hermanos Eustaquio y Balduino, y que renunció al ser
proclamado rey de Jerusalem, pasando la corona a su hermano Balduino,
manteniendo únicamente el título de “Defensor del Santo Sepulcro”. La
literatura artúrica habla estos tres hermanos defensores del Santo
Grial, por lo que se trata de uno de los primeros ejemplos de este
ciclo literario en España.
Alfonso XI El Justiciero 1312-1350 Gran Crónica de Alfonso XI,
escrita en 1344, está estrechamente relacionada con el texto épico
Poema de Alfonso XI de 1348, puesto que ambos narran la vida de este
monarca desde su llegada al trono hasta la toma de Algeciras, decisiva
para la Reconquista. Se trata de una crónica con fragmentos de alto
valor literario, como el retrato del rey, y que abunda en detalles
concretos.
Segunda Crónica General (de 1344). Esta versión en castellano
de la Crónica General de España del conde don Pedro de Barcelos,
quien, en Portugal, quiso crear una escuela historiográfica a
semejanza de la castellana, narra el reinado de Alfonso XI hasta la
toma de Algeciras, pero esta vez toma como fuentes los poemas épicos
de Fernán González, El Cid y Los infantes de Lara además de parte de
la Crónica del Moro Rasis.
Crónica de los veinte reyes, refundición crítica de la Primera
Crónica de Alfonso X, (circa 1230), describe los reinados de
diferentes monarcas, desde Fruela II hasta Vermudo III.
Pedro I El Cruel 1350-1369 Crónica del rey don Pedro, del canciller Pedro López de Ayala.
Enrique II 1369-1379 Crónica de los Reyes de Castilla , (circa
1370). Crónica de Enrique II, del canciller Pero López de Ayala.
Libro de Cetrería, del canciller Pero López de Ayala Memorias,
de doña Leonor López de Córdoba, iniciadas en 1363 y acabadas en 1412
(entre los siglos XIV y XV), dignas de mención como obra de un
personaje de importancia política (del bando de Pedro I el Cruel),
pero también por su estilo directo, que mezcla diálogo y narración.
La Versión de la Historia de Troya de Beneyto de Sancta María,
hecha por mandato de Alfonso XI , podría también incluirse en este
apartado, según Diez Borque, puesto que pretende ser una crónica de la
guerra de Troya, escrita por Nicolás Gonçalez en 1350. Este tema gozó
de gran difusión a lo largo de la Edad Media en la literatura
castellana.
A parte de las obras ya citadas, en este apartado debe
considerarse la importancia del Canciller Pero López de Ayala,
humanista “avant la lettre” y precursor del Renacimiento castellano,
quien, además de las crónicas de cada uno de los cuatro reyes a los
que sirvió (Pedro I, Enrique II, Juan I y Enrique III) redactó,
tradujo o mandó traducir:
• Tres Décadas de Tito Livio
• Obras de Boecio, San Gregorio el Magno y Bocaccio
• Versión de Crónica Troyana
• Libro de cetrería o de las aves de caza que escribió en 1386
durante su cautiverio en Portugal. Se trata de una traducción, con
añadidos propios (puntualizaciones y 23 capítulos más) de un tratado
de cetrería de Pero Menino, halconero mayor del monarca portugués
Fernando I. Fue incluido en un compendio de Cetrería de Juan de Sahún,
halconero de Juan II.
Como cronista no se limita ensartar los hechos en orden
cronológico, sino que les confiere dignidad artística a través de un
estilo directo y vivo, casi como el de hechos novelados, en los que
intercala arengas militares, diálogos y descripciones físicas y
morales además de una interpretación personal (ya sea en clave
política, social o moral) sobre los hechos de los que fue testigo de
excepción, lo cual le permite justificar su carrera política y en
especial su toma de partido y cambio de bando en la guerra de los
Trastámara (Pedro I El Cruel- Enrique II). La mejor de sus crónicas
posiblemente sea la Crónica del rey don Pedro, aunque desde el punto
de vista literario sean superiores las posteriores, pero el personaje
central de ésta, sumado a la forma en que es descrito, le otorgan una
fuerza dramática de la que carecen las demás.
El interés decae en la siguiente Crónica de Enrique II debido a
la personalidad del propio rey y a las circunstancias de su reinado,
así como a la actitud de servilismo por parte del cronista, que había
tomado partido por él en la guerra entre hermanos, abandonando a don
Pedro; pero se recupera en la siguiente Crónica de Juan I, en la que
muestra un estilo sobrio e incorpora discursos políticos que son
posiblemente los primeros ejemplos de oratoria civil en romance
castellano. En esta tercera crónica se advierte la influencia
estilística de modelos latinos, principalmente Tito Livio.
La Crónica de Enrique III quedó inconclusa, pero antes de su
muerte Ayala pudo redactar capítulos destacados por su imparcialidad
en la descripción de las persecuciones y matanzas de la población
hebrea.
Entre las obras didácticas y doctrinales comienzan a cobrar
gran importancia las de carácter religioso, abandonándose la
influencia gnómica oriental en la temática sobre todo. Las obras más
destacadas de este tema son:
• Mostrador de Justicia
• Libro de las tres gracias, cuya finalidad es la conversión al cristianismo.
• Tratado contra las hadas , éste, como los dos anteriores, es
obra de Alfonso de Valladolid (1270-1349) y destaca por su interés
como reflejo de las costumbres y el habla coloquial de su época.
• Regimiento de príncipes de Fray Juan de Castrogeriz es un
texto de alrededor de 1354, al estilo de los Speculum prncipis
medievales, y en concreto siguiendo el modelo del tratado político de
Egidio Romano, De regimine principum.
• Libro de la montería de Alfonso XI, compuesto antes de 1350 y
muy relacionado, por su temática, con la literatura árabe, si bien,
recoge influencias castellanas y latinas.
• Libro de los exemplos por A.B.C. es una colección, por orden
alfabético de sus epígrafes (p.e. “Avaricia”, “Blasfemia”,
“Castidad”,etc.) de 438 relatos procedentes de obras anteriores, que
puede fecharse alrededor de 1400. Su autor es Clemente Sánchez.
• Viridario o Vergel de consolación del alma es una traducción
del texto ascético para el examen de conciencia, que además describe
las virtudes y los efectos del amor divino sobre las criaturas, del
fraile italiano Jacopo de Benevento.
• Libro de los gatos, compuesto entre el siglo XIV y el XV, es
una versión de las Fabulae o Narrationes del escritor anglo-latino
Odón de Cheriton (S.XIII) aunque con moraleja original castellana;
presenta exempla de animales, procedentes de bestiarios, cuentos
orientales y fábulas clásicas. El uso del término “gatos”, como
sinónimo de timadores y embusteros es seguramente de origen árabe y
podría ser una alusión crítica hacia las capas más poderosas de la
sociedad (Nobleza/ Iglesia)
• Libro de la justicia de la vida espiritual , de finales del
siglo XIV, es también una obra sobre el examen de conciencia y el
sacramento de la penitencia, así como también lo es el hoy perdido
manual para confesores de Martín Pérez, de la que tenemos noticia por
una traducción al portugués realizada en 1399.
• Libro de las consolaciones de la vida humana del “antipapa”
Pedro Luna (Benedicto XIII) escrito entre 1394 y 1423, confronta las
miserias y peligros de la vida con los consuelos cristianos.
• Leyenda de Santo Tomás, texto hagiográfico de la segunda
mitad del siglo XIV y posiblemente relacionado con la canonización del
santo en 1323, que compila información de varios libros y documentos
realizados entre otros por Pedro Martín.
• Qué significa el hábito de los frailes de Santiago, de Pedro
López de Baeza, puede clasificarse entre los manuales para la prédica,
que normalmente se escribían en latín, pero no queda muy claro si
realmente era una pieza para la difusión oral. Si bien los primeros
textos que podrían ser catalogados como “prosa de ficción” aparecen ya
en el siglo XIII y han sido incluidos dentro de la historiografía o
de los Exempla, no es hasta el siglo XIV cuando se desarrolla el
género de forma amplia, tomando tres grandes temas:
• Materia artúrica, forma un ciclo narrativo en torno al mundo
idealizado en el que los personajes viven aventuras y hechos
milagrosos y extraordinarios. Instaura una nueva mitología cuyo
elemento aglutinante es el rey Arturo, del cual nos llegan las
primeras referencias en España en el siglo XII, no a través de la
fuente primigenia sino a través de la traducción francesa o Roman du
Graal, que instaura el ciclo de la Post-Vulgata (1230-1240); este texto
de Robert de Borón aporta al ciclo la temática cristiana.
Se ha perdido la versión hispana de este texto francés, pero se
conservan textos y fragmentos procedentes de la misma, como el Libro
de Joseph de Abarimatía (texto que contiene la primitiva historia del
Santo Grial), la Estoria de Merlín ( traducción del francés Suite du
Merlín) , y el Lanzarote (versión hispana bastante temprana de la
demanda del Santo Grial), los tres de hacia 1313, y un fragmento de
Tristán castellano, del siglo XIV.
Esta materia fue de gran importancia, tanto es así que se
realizaron traducciones a la mayoría de las lenguas romances
peninsulares y se siguió practicando la temática a lo largo del siglo
XV y XVI, apareciendo también en géneros como al novela sentimental y
la novela de caballerías; de este último género podemos destacar, por
su relación con este tema:
-Amadís con gran difusión en el siglo XIV, antes de su ampliación por parte de Garci Rodríguez de Montalvo.
-El Caballero Cifar o Historia del Caballero de Dios que había
por nombre Cifar el qual por sus virtuosas obras et azañosas fue rey
de Mentón, que puede ser considerada la primera novela caballeresca
escrita en romance castellano, a pesar de su fuerte carga moralizante.
Se editó en Sevilla en 1512, aunque fue compuesta en los primeros
años del siglo XIV (entre 1300 y 1305 quizá) posiblememte por Ferrán
Martínez, clérigo de Toledo, quien dice que la tradujo del caldeo (que
aquí pueda entenderse como árabe) Se trata de un texto heterogéneo,
con una primera parte de carácter bizantino (aventuras y viajes para
recuperar a su familia y su posición) y didáctico la segunda (consejos
que Cifar da a sus hijos) mientras la siguientes tercera y cuarta son
de carácter caballeresco, según el modelo bretón (gran carga mágica y
fantástica), protagonizadas por el hijo de Cifar, Roboán.
Las fuentes son también muy variadas y numerosas, desde la
leyenda bizantina de san Eustacio o Plácidas a Esopo, pasando por la
Disciplina Clericalis, el Barlaam, el pseudo Séneca, el Bonium , el
Secretorum y sobre todo las Flores de filosofía . En el aspecto
científico y estilístico se nota la influencia árabe, y popular, sobre
todo en la elaboración del personajes del escudero Ribaldo, para
muchos un precedente de Sancho Panza.
• Materia troyana, basada en el asedio y destrucción de Troya y
los amores entre Paris y Helena fue un tema asiduamente tratado a lo
largo de la Edad Media, no a través de la versión latina del original
homérico (denominada Ilias Latina), sino a través de las Ephemerides
belli Troiani atribuida a Dictys de Creta y De excidio Troiae
historia, atribuida a Dares el Frigio, ambas, fuentes para el texto
europeo básico en torno a esta materia: Roman de Troie de Benoît de
Sainte-Marie (circa 1160), del que deriva el texto alfonsí ya citado
(Versión de la Historia de Troya de Beneyto de Sancta María, hecha por
mandato de Alfonso XI). En el siglo XIV todavía sigue vigente esta
materia como tema literario, así lo demuestra Leomarte en Suma de
Historia Troyana.
• Tema variado: En este apartado se incluyen textos muy variados, cuyo denominador común es la predominante acción exterior.
§ De procedencia épica francesa destacan el Cuento del
emperador Carlos Maynes (cuyo tema es la “ley de escocia”: una reina
acusada injustamente de infidelidad por dar a luz gemelos), y el
Cuento del emperador Otas (circa 1360-1370), basado directamente en un
poema francés, cuya fuente es una leyenda oriental.
§ De tema hagiográfico: La leyenda el Fermoso cuento de una
sancta emperatriz , recibe por parte de Gautier de Coincy el
tratamiento hagiográfico necesario para poder ser incluida en este
apartado y convertirse, con el tiempo, en un texto de aventuras. El
tema de la leyenda de San Eustacio o “Placidas”, que aparece en De un
cavallero Plácidas (1360-1370), en Chrónica del rey don Guillermo de
Inglaterra (procedente del poema francés Guillaume d’Angleterre
atribuido a Chrétien de Troyes), y en Estoria del rey Guillelme.
§ Sobre temas de la antigüedad clásica nace la Historia de
Apolonio , texto en prosa procedente de una colección de exempla
recogidos en Gesta romanorum , y no en la fuente del Libro de Apolonio
(texto en verso del siglo XII procedente de la Historia Apollonii
regis Tyri) como cabría esperar. También sobre temas clásicos se
conoce la Historia del noble Vespasiano emperador de Roma , novela de
tipo bizantino, muy al gusto de la época.
§ De literatura de ficción podría clasificarse la Historia de
la linda Melusina , que narra el castigo de una mujer a convertirse en
serpiente (en otras versiones, en sirena) de cintura para abajo una
vez por semana. Las metamorfosis hombre-animal son uno de los motivos
folklórico-literarios de mayor pervivencia.
§ Dentro de la literatura de viajes habría un apartado de guías
de peregrinos (intención religiosa) en el que se incluiría la
Fazienda de Ultramar, pero también los de pura aventura, muy cercanos a
la literatura de ficción, como el Libro del conoscimiento de todos
los reinos e tierras e señoríos que son por el mundo (escrito por un
franciscano español nacido en1305)
Siglo XV
A partir de este siglo, en cada reinado suelen redactarse dos o
más crónicas en prosa, cuyo interés sobrepasa lo meramente histórico y
estatal, además suelen redactar crónicas también las grandes casas
nobles.
Crónicas reales
MONARCA REINADO OBRAS
Juan I 1379-14 06 Tercera crónica general (circa 1390),
derivaría de la Primera Gran Crónica alfonsí. Crónica general de 1404 ,
se basa, al parecer, en la versión galaico-portuguesa de la Primera
Crónica General de Alfonso X el Sabio Crónica de Juan I (López de
Ayala) Enrique III El Doliente 1406- ¿? Crónica de Enrique III (López
de Ayala) [inacabada] Juan II ¿?- 1454 Crónica del serenísimo rey don
Juan II (1417) de Galíndez de Carvajal, si bien habría otros
redactores, como el converso Alvar García de Santa María. Está inspirada
en las crónicas de López de Ayala. Crónica del halconero de Juan II ,
de Pedro Carrillo de Huete, autor muy objetivo, que hace alusión a
personajes de la época como el marqués de Santillana y Fernán Pérez de
Guzmán. Fue refundida por el obispo Lope de Barrientos con el título
de Refundición de la crónica del halconero. Atalaya de las crónicas
(1443) de Alfonso Martínez de Toledo, Arcipreste de Talavera.
Mar de Historias, (circa 1450) crónica de reinados, obra de
Fernán Pérez de Guzmán, que imita el estilo de los clásicos. Crónica
de los reyes de Navarra (1454) de Carlos de Aragón, Príncipe de Viana
[Hermano por parte de padre de Fernando el Católico], que maneja
fuentes como la Biblia, San Isidoro o el Tudense, y se explaya en la
descripción del diluvio o de la dominación romana y goda, pero no
tanto en la Navarra contemporánea.
Enrique IV 1454-14 74 Crónica de Enrique IV , de Diego Enríquez
del Castillo, que consiste en un texto de alabanza a este rey, que le
concedió numerosos cargos. Crónica de Enrique IV , de Alfonso de
Palencia, más hostil al monarca, pues su autor tomó parte por el bando
del infante Alfonso y no por el de Isabel, la futura reina de
Castilla. El texto está escrito en latín y muestra clara influencia de
Tito Livio, aunque no es un texto excesivamente retórico, a
diferencia del de Diego Enríquez. Destaca el uso frecuente de la
narración en primera persona y el interés por justificar sus acciones.
Isabel I de Castilla 1474-1 504 Crónica de los señores reyes
católicos don Fernando y doña Isabel , de Hernando del Pulgar, es una
obra de gran rigor histórico y de tendencia humanística en la historia
castellana, que pretende ceñirse al modelo de historiografía marcado
por Tito Livio.
Es patente cierto grado de preocupación estilística en su
redacción. Crónica de los Reyes Católicos de Diego de Valera
Valeriana, de Diego de Valera Memorial de diversas fazañas, de Diego
de Valera Historia de los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel ,
de Andrés Bernáldez, cronista oficial y primero que realiza una
crónica completa de su reinado, con gran rigor histórico y estilo
natural y sobrio, y lengua a veces en estilo familiar.
Crónicas particulares
Estos textos pueden ser clasificados a su vez en crónicas o en
biografías colectivas; entre los primeros cabe destacar los siguientes
títulos: • Victorial o crónica de don Pero Niño, conde de Buelna ,
escrita por Gutierre Díez de Games entre 1435 y 1448, la cual es
considerada por A. Deyermond como un libro de viajes, ya que narra los
viajes de Pero Niño, mostrando su vida de caballero como modelo.
• Crónica de don Álvaro de Luna atribuida a Gonzalo Chacón y
escrita entre 1453 y 1460, que tiene como finalidad principal la de
reivindicar la figura de este “valido”.
• Relación de los hechos del condestable Miguel Lucas de Iranzo
, texto de autor no determinado, que abarca de 1458 a 1471, época de
la que ofrece numerosos datos de la vida cotidiana.
• Libro del Paso honroso de Suero de Quiñónes, del escribano
Pero Rodríguez de Lena, que asistió a los hechos históricos narrados
(sucedidos en 1434) como notario. Este texto mezcla lo caballeresco
con lo jacobeo.
Entre las biografías colectivas, cabe señalar dos textos, el
primero de ellos es Generaciones y semblanzas , final del Mar de
Historias de Fernán Pérez de Guzmán (circa 1450), primera colección de
retratos en lengua castellana, contiene 34 biografías breves de
personajes castellanos (reyes, nobles, clérigos) de los reinados de
Enrique III y Juan II. El estilo de esta obra es conciso.
Inspirada en ella escribió Hernando del Pulgar Claros varones
de Castilla , colección de 25 retratos de personajes ilustres
castellanos a los que compara con otros de la antigüedad clásica,
dedicada a la reina Isabel de Castilla. La obra está redactada con un
estilo bastante elaborado, léxico culto y abundantes recursos
retóricos.
Prosa histórica novelada
La Crónica Sarracina (circa 1430) de Pedro del Corral es, en
opinión de A. Deyermond, un texto de aventuras pseudohistóricas dentro
de una crónica, puesto parte de una base real (Proclamación de Don
Rodrigo primer rey de España) y narra hechos históricos (Conquista de
España). También Historia de la Doncella de Francia podría
considerarse como historia novelada. El texto trata de Juana de Arco y
su importancia y representatividad en la historia de Francia.
Prosa didáctico-moral y religiosa
El principal autor de este tipo de textos es Enrique de Villena
(1384-1434), hombre a caballo entre el humanismo y el oscurantismo
medieval. Este descendiente de las familias reinantes de Castilla y
Aragón, fracasó en política, a pesar de su gran ambición, por lo que
se dedicó a la vida cultural, manteniendo amistad con Juan de Mena y
Iñigo López de Mendoza (Marqués de Santillana) y levantando recelos
entre la nobleza y el clero por sus prácticas como brujo y nigromante,
que provocaron la quema de muchos de sus libros y tratados sobre
astrología y ciencias ocultas (por mandato del obispo Barrientos)
Hombre extremadamente erudito, hasta el punto de conocer
lenguas orientales y clásicas, además del italiano y el francés,
además de primer traductor de la Eneida al castellano (y por tanto
protohumanista) es autor de:
• Libro de los doce trabajos de Hércules, anterior a 1417,
primero escrito en Catalán, pero traducido poco después, por él mismo,
al Castellano. Se trata de uno de sus obras más divulgadas y más
compleja, en la que mezcla la mitología clásica con la ética medieval.
• Libro de aojamiento o fascinología , escrito entre 1422 y
1425 es el único de sus textos “mágicos” que se salvó de la quema. Es
una peculiar mezcla de tratado de medicina y supestición sobre el mal
de ojo y sus formas de curación, en el que cita autoridades como
Platón, Aristóteles y algunos sabios judíos y árabes. Del mismo tipo
es el Tratado de la lepra.
• El Tratado del arte de cortar del cuchillo o Arte Cisoria es
el primer manual sistemático de cocina y etiqueta cortesana en lengua
castellana, de muy poco interés literario, pero estilísticamente
ampuloso.
• Tratado de la consolación (1423) Textos del mismo tipo son:
• El manual para predicadores Espéculo de los legos, traducción
de 1447-1455 del Speculum laicorum del escritor inglés Rogerio de
Oveden (s. XIII).
• El texto de controversia entre el amor loco y el buen amor,
con importante carga misógina, Tractado como al ome es necesario amar,
de Alfonso de Madrigal, el Tostado, autor también de Confesional ,
Tratado sobre la Misa y Catorce questiones, este último, de carácter
filosófico.
• Libro de las claras y virtuosas mujeres , del valido don
Álvaro de Luna, presenta 25 biografías de mujeres desde el comienzo
del mundo hasta el cristianismo, todo ello en un tono familiar y muy
expresivo.
• Visión delectable de la philosophia e de otras sçencias, de
Alfonso de la Torre, es un compedio de saber enciclopédico medieval, a
través de alegorías, el cual muestra influencias de San Isidoro de
Sevilla (vertiente enciclopédica), Marciano Capella y Alain de Lille
(para la alegoría), además de la Guía de vacilantes de Maimónides (en
su vertiente científica). El texto es un buen ejemplo del retraso
cultural español, puesto que todavía se reeditaba en el Renacimiento
español, si bien es verdad que se leía también en Italia.
• Vencimiento del mundo , de Alonso Núñez de Toledo es un
sermón destinado a la lectura privada, que previene contra las
tentaciones del mundo, frente a las que recomienda el ascetismo.
• Defensa de las virtuosas mugeres de Mosén Diego de Valera,
quien también es autor de un texto para la formación del futuro
Fernando el Católico, del mismo tipo que el Speculum principis,
denominado Doctrinal de príncipes, y también de Breviloquio de
virtudes y de Tratado de providencia contra fortuna , ambas de tipo
espiritual.
• Compendio de la Fortuna , un intento por explicar la
existencia del mal en el mundo y la desigualdad social, y Jardín de
nobles doncellas , escrito por encargo de Isabel de Portugal, como
manual para la formación de la infanta Isabel, y de mayor interés
literario que el anterior, son obras de Martín Alfonso de Córdoba.
• Tratado de la perfección militar, es un texto alegórico y con
similitudes con los libros de viajes, obra de Alfonso de Palencia.
• Dialogo de vita beata (1463) de Juan de Lucena, muestra
influencias de Séneca y de Boecio. En la obra el Marqués de Santillana
y Juan de Mena dialogan, moderados por Alonso de Cartagena, sobre
tópicos medievales como las armas y las letras ola vida rústica y la
cortesana.
• Ysopete Ystoriado es un texto de finales del siglo XV, en el
que se combinan las fábulas de Esopo con otras fuentes com el
Disciplina clericalis de Pedro Alfonso o la obra latina del humanista
italiano Poggio Bracciolini, interesado por los manucritos clásicos y
viajero por toda Europa.
• Calila e Dinma en la versión integrada en el Exemplario
contra los engaños y peligros del mundo, preparado por Juan de Capua e
impreso en Zaragoza en 1531, puede considerarse también un texto de
finales del siglo XV.
Prosa satírica
En este apartado se incluyen los textos de Alfonso Martínez de
Toledo, arcipreste de Talavera y capellán del rey Juan II, entre los
que destaca el Corbacho o Reprobación del amor mundano , de 1438, como
la más representativa de la primera mitad del siglo XV, pero no la
única, puesto que también es autor de Atalaya de las crónicas, de
carácter histórico, y de dos obras hagiográficas, la Vida de San
Isidoro y la Vida de San Ildefonso . El Corbacho debería haber
recibido el título de “Arcipreste de Talavera”, tal y como lo deseaba su
autor, pero a partir de la edición de Sevilla de 1498 se le conoce
con el título actual de “Corbacho” y el subtítulo de “Reprobación del
amor mundano”, a pesar de que su fuente principal no es el Corbaccio
de Bocaccio, sino varias obras de misoginia medieval como el libro III
del Tractatus de Amore de Adreas Capellanus, textos de San Agustín,
el Libro de Buen Amor , el Pseudo-catón y Francesc Eiximenis, además
de la literatura gnómica, todo ello mezclado con técnicas de retórica
religiosa.
Esta obra, que nos ha llegado a través de un manuscrito
conservado en la biblioteca de El Escorial, y de varias ediciones del
siglo XVI, posiblemente basadas en otros manuscritos, trata de las
malas mujeres y de las naturalezas de los hombres, con la intención de
reprobar el amor mundano y alabar el amor de Dios, pero no tal como
lo hace el arcipreste de Hita, sino de forma más seria y moralmente
más rígida, con un estilo popular, que da impresión de realidad y
demuestra que su autor era consciente de estar dirigiéndose a un público
muy heterogéneo.
Prosa de ficción: novela sentimental
Características
Las influencias de este género son muy variadas, desde la
novela sentimental italiana, en la que destacan la Fiammetta de
Bocaccio (1343-1345), y la Historia duobus amantibus Eurialo y
Lucretia (escrita en latín en 1444) por Eneas Silvio Piccolomini,
traducidas ambas al castellano en el siglo XV y que aportan la
narración sentimental en primera persona (Fiammetta ) y el intercambio
epistolar entre enamorados (Historia duobus amantibus...); pasando por
elementos de literatura artúrica y caballeresca, la lírica de
cancionero basada en el amor cortés y la alegoría y recogiendo incluso
influencias folklóricas. El conflicto amoroso es el eje principal de
estos textos, que suelen organizarse mediante la yuxtaposición de
alegorías, episodios caballerescos, refinamientos cortesanos en una
estructura frecuentemente epistolar en el que tienen cabida los debates
feministas, los aspectos psicológicos y emotivos e incluso algunas
notas autobiográficas, pero en los que casi nunca hay acción externa,
de manera que suelen resultar obras lentas y minuciosas, con escaso
diálogo y protagonistas abstraídos de la realidad circundante, que en
algún caso encubren a personajes reales. La relación amorosa descrita
se ajusta a las normas del amor cortés, extremadamente idealizado y
abstraído del espacio y el tiempo. Este tipo de textos se cultivó
hasta bien entrado el siglo XVI, aunque con el paso del tiempo fueron
incorporando elementos de otro tipo de narrativa que la relacionará con
las novelas de bizantinas y las clásicas, al estilo de Heliodoro y
Aquiles Tacio.
Autores
Son tres los autores destacables en este género: Juan Rodríguez
del Padrón (o de la Cámara), Diego de San Pedro y Juan de Flores.
Juan Rodríguez del Padrón es el autor de Siervo libre de amor
(1340) en opinión de Mª Rosa Lida de Malkiel, primera novela
sentimental en castellano, que sorprendentemente tiene poco que ver
con la Fiammetta de Bocaccio y con la Historia de duobus amantibus de
Piccolomini, ya que presenta las desdichas amorosas de su autor, de
forma autobiográfica. El apartado más interesante de este texto de
Juan Rodríguez del Padrón es, sin duda, su tercera parte, titulada
Estoria de los dos amadores Ardanlier e Ilesa , que narra los hechos
caballerescos de su protagonista masculino en países extraños, para
servir a su dama, que le corresponde cruelmente. Aunque al final se
casan, el final es trágico.
El Triunfo de las Donas (texto anti-misógino que pretende
responder a un texto misógino del poeta catalán Mosén Pere Torrelles),
la Cadira de honor, y el Bursario (traducción de las Heroidas, de
Ovidio) y algunos poemas, son también obras de Juan Rodríguez del
Padrón.
El segundo autor destacado de este tipo de textos es Diego de
San Pedro, del que poco se sabe, a parte de que se muestra, a través
de sus textos, como un gran conocedor de la vida de la corte, y de que
pertenecía a una familia de conversos.
Escribió el Tractado de amores de Arnalte e Lucenda, publicado
en Burgos en 1491, y la Cárcel de amor , publicado al año siguiente,
que es la sublimación del género en lengua castellana, por lo que fue
una de las novelas más leídas tanto en su siglo como en siglos
posteriores, dentro y fuera de la península; ambos textos son tristes y
presentan un final desdichado.
En la Cárcel de amor, que fue condenada por la Inquisición a
causa de las frases irreverentes que aparecen en ella, a la
comparación del sentimiento amoroso que se compara con el misticismo
religioso y al suicidio del protagonista, el propio autor se presenta
como intermediario entre los amantes, facilitando su intercambio
epistolar.
Juan de Flores es el tercer autor citado, del que conocemos
Grimalte y Gradissa y Grisel y Mirabella, dos novelas sentimentales,
de estilo similar al de Diego de San Pedro, impresas hacia 1495.
En estas obras podemos comprobar la evolución del género,
puesto que aparecen ya elementos mágicos y fantásticos, que las
acercan al género de aventuras, además de que la relación amorosa se
consuma, sin que ello evite el final trágico, típico en el género
sentimental. La primera de las dos novelas citadas, Grimalte y
Gradissa , es hasta cierto punto autobiográfica, puesto que el autor
confiesa esconderse tras el protagonista masculino, además de presentar
la influencia de la novela sentimental italiana a modo de continuación
de la Fiammetta de Bocaccio.
Otros textos que pueden ser clasificados como novela sentimental son:
• Triste deleytación, de autor catalán anónimo, aunque escrita
en Castellano, y que muestra gran influencia de los libros de
caballerías y de la poesía de cancionero.
• Sátira de felice e infelice vida , que no es satírico y fue
escrita en Castellano por el condestable don Pedro de Portugal. Se
trata de un texto con pocos elementos novelescos, pero con rasgos
comunes con las novelas sentimentales (estilo enfático, erudición, uso
de la alegoría, infortunio amoroso del protagonista, autobiografía)
• Cuestión de amor, novela anónima impresa en Valencia en 1513,
que incorpora elementos históricos (personajes reales bajo seudónimo
en su primera parte, y sin ellos en la segunda; situación espacial:
Corte napolitana)
• Tratado notable de amor , de Juan Cardona y escrita antes de 1484, de la que se conoce muy poco.
• Repetición de amores, obra breve de Luis Ramírez de Lucena,
escrita antes de 1497 que comparte con el género sentimental la forma
autobiográfica y la técnica epistolar. La componen un cuento, dos
cartas, una disputa casuística amorosa sobre unos versos de Torroellas
y un discurso sobre las armas y las letras.
• Proceso de cartas de amores, de Juan Segura, es considerada
la primera novela totalmente epistolar aparecida en Europa; en ella se
inserta la breve historia sentimenal con aventuras al modo bizantino
Quexa y aviso de un caballero llamado Lucindaro contra Amor y una dama
.
Prosa filológica
Son también tres los autores dignos de mención en este
apartado. El marqués de Santillana es el primero de ellos, por su
interesante y breve historia de la poesía de su tiempo tanto española
como de otras lenguas romances, que realizó como prólogo a sus poesías
y que conocemos como Carta Proemio al Condestable Don Pedro de
Portugal . En este texto el marqués reniega de sus obras de juventud
(Canciones y Decires) y propone una poesía útil, que sea “fingimiento de
cosas útiles, cubiertas e veladas con muy fermosa cobertura” y la
clasifica en tres grados (sublime, propio de los clásicos griegos y
latinos; mediocre, para las lenguas romances que imitan a los
clásicos; ínfimo, propio de la poesía en lengua vulgar que no sigue
modelos clásicos, como pueden ser los romances) El marqués de
Santillana es también, aunque hay dudas sobre su autoría, autor de la
primera colección de refranes en lengua castellana, que aparecen
ordenados alfabéticamente bajo el título de Refranes que dicen las
viejas tras el fuego .
El segundo autor a destacar es Enrique de Villena, por su Arte
de trovar, que dedicó al marqués de Santillana, y que conocemos de
forma fragmentaria. Se trata de un manual de preceptiva poética en el
que se informa de la organización de juegos florales y de la
influencia de la poesía provenzal en la castellana, además de ofrecer
las primeras nociones de fonética de la lengua castellana.
El tercer autor es Elio Antonio de Nebrija o Lebrija
(1444-1522), que merece este reconocimiento por su Gramática sobre la
lengua castellana , publicada en Salamanca en 1492, uno de cuyos
méritos es ser la primera de las lenguas modernas que se realizó,
equiparando el romance castellano a las lenguas clásicas y dotándole
de unas normas fijas además de proponerlo como pilar básico para la
identidad nacional. El texto fue dedicado a la reina Isabel I la
Católica. A parte de la Gramática, Nebrija elaboró una Ortografía y un
Diccionario Hispano-latino en romance. Como precursor de Nebrija puede
citarse Alonso de Palencia, humanista de sólida formación,
responsable de Opus synonimorum o Universal vocabulario en
latín y romance , que fue impreso en 1490. En este mismo género hay
que incluir también el Arte de poesía castellana , una especie de
manual poético del siglo XV, que incluye cancionero y cuya finalidad
es enseñar a trovar y ofrecer un breve compendio de historia de la
poesía.
Literatura de viajes
Dos obras destacan en este género, la primera, de Pedro Tafur,
un viajero por afición, que recorrió toda Europa y el Mediterráneo
entre 1436 y 1453 y que tiempo después narró sus viajes en Andanzas e
viajes de Pero Tafur por diversas partes del mundo . Se trata de una
obra muy amena, en la que comenta los rasgos exóticos que encuentra en
cada una de las ciudades que visita, sus leyendas y costumbres
locales y las peculiaridades que le llaman la atención.
El Viaje a Tierra Santa , impreso en Zaragoza en 1498 e
ilustrado, también presta atención a los rasgos exóticos y las
particularidades lingüísticas de las zonas visitadas, pero se trata de
una traducción libre en la que se han incorporado las valoraciones
personales del traductor.
LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO
Frente a la pobreza y el atraso en que se hallan los reino
cristianos hispanos, destaca la notable maestría en las traducciones
de textos principalmente árabes pero también hebreos, que convierten a
la península, a partir del siglo XII, en un punto de intercambio y
encuentro de textos científicos y humanísticos árabes y hebreos,
hindús y persas (previamente traducidos al árabe) y clásicos (latinos y
griegos), que accederán a través del Castellano a Europa. El fenómeno
de las traducciones surgió como necesidad en el siglo X en el
monasterio de Santa María de Ripoll, uno de los centros culturales de
la península, junto con el de San Millán de la Cogolla, Santo Domingo de
Silos y Sahagún, pero no pasó de ser una práctica monástica hasta que
la reconquista de Toledo, en 1085 y su carácter de ciudad abierta y
heterogénea la llevó a necesitar un puente de conexión para trasladar
los textos científicos y humanísticos árabes y hebreos al latín (y
viceversa), puesto que los eruditos árabes y hebreos solían tener
dificultades en la comprensión de las lenguas clásicas: Así es como
surgió el borrador en romance castellano, el cual no supuso el
abandono de las versiones latinas, hasta que no se produjo una mayor
demanda de textos en lengua romance, al generalizarse el consumo de
textos y la lectura. El fundador y figura clave de esta escuela de
traductores fue el monje cisterciense francés Raimundo de Sauvetât,
que llegó a ser arzobispo de Toledo y Canciller de Castilla entre 1126
y 1152, el cual convirtió lo que hasta entonces había sido una
actividad esporádica en un trabajo de erudición realizado por
intelectuales, traductores y escribas, por lo que hasta la ciudad se
desplazaron y en ella se establecieron especialistas y hombres de
cultura hebreos, algunos huyendo de las persecuciones almohades,
además de eruditos llegados de todas partes del Mediterráneo, como
Miguel Escoto, traductor de Aristóteles y Averroes.
Dirigió la escuela de Traductores también Domingo Gundisalvo,
arcediano de Segovia, que fue el primer pensador occidental que
incorporó el influjo árabe al mundo latino, posiblemente por
influencia de su maestro y colaborador, el judío Juan Hispano o Juan
de Sevilla (El sevillano o Hispalense), filósofo de la escuela de
Avicena, cuyo pensamiento adaptó Domingo Gundisalvo al enfoque
cristiano.
Este organismo es también responsable de la entrada del
pensamiento griego en Occidente, a través de traducciones, en su
mayoría de textos árabes sobre fuentes persas, que a su vez
reproducían originales griegos.
El modelo de la escuela de traductores de Toledo procede de la
escuela de Chartres francesa, que reúne a los intelectuales y
traductores franceses de los siglos XI y XII; Se trata de una escuela
episcopal en la que se pretende conjugar el pensamiento intelectual y
la mística, por lo que difiere de aquellas, ya existentes en su época,
en las que el objetivo básico era la difusión cultural.
Toledo fue núcleo cultural, a través de su escuela de traductores hasta bien entrado el siglo XV.
ALFONSO X EL SABIO
Vida
Alfonso X, hijo de Fernando III El Santo, nació en Toledo en
1252 y heredó el trono de Castilla y León treinta años después. Como
monarca demuestra una sana ambición política y cultural que le
conducen a pretender grandes hazañas, que sí logrará en el ámbito
cultural, aunque no en el político.
Debido a problemas testamentarios, se desencadena una guerra
civil al final de su reinado, entre él y su hijo Sancho, que subirá al
trono como Sancho IV El Bravo. Alfonso X El Sabio morirá en Sevilla
en 1284, única ciudad que le mantuvo fidelidad total en la lucha
civil.
Presencia en la Escuela de traductores de Toledo
El monarca logra continuar la labor iniciada por el fundador de
la escuela, Raimundo de Sauvetât, reuniendo en la ciudad cristianos,
hebreos y árabes que colaboren directamente con él en su labor
enciclopédica y divulgadora. En Sevilla el rey formará un núcleo de
traductores semejante al de Toledo, de las cuales surgirán
traducciones importantes, decoradas además con hermosísimas
miniaturas; también en Murcia, a partir de 1269 se creará un nuevo
núcleo de traductores, esta vez dirigido por el intelectual musulmán
El Ricotí.
La labor alfonsí en las escuelas de traductores, y sobre todo
en la de Toledo, es la culminación de un largo período de crecimiento
cultural, que sin embargo, no encontrará continuación en su sucesor,
Sancho IV, quien se limitará a acabar alguna obra comenzada en el
reinado de su padre.
El monarca persigue, con su labor intelectual, una finalidad
enciclopédica, puesto que desea recopilar todo el saber científico de
la época, pero también demuestra cierta intención divulgadora, de la
que se deriva que el Castellano sea una lengua de cultura, lo cual
depende directamente del método de trabajo en la escuela de
traductores.
El rey escogía el contenido de las obras a realizar y orientaba
a sus colaboradores, además de financiar la empresa y dar unidad a
los textos, corrigiendo el estilo y la lengua, pero, salvo contadas
excepciones, no redactaba las obras directamente. Los colaboradores
seguían el modelo de trabajo implantado por el fundador, Raimundo de
Sauvetât: Los textos que se traducían desde alguna lengua oriental
eran trabajados por un equipo intelectuales y traductores hebreos
(trasladadores) que creaban una versión oral en romance, que era
trasladada al latín por un equipo de intelectuales y traductores
cristianos, el paso intermedio solía ser recogido por algún escriba,
puesto que, como ya señalamos, estas versiones romances no tuvieron
interés alguno hasta que no se generalizó la lectura, siglos más
tarde.
El propio monarca supervisaba estas traducciones y, de no ser
de su agrado, podía pedir que el texto fuera trabajado por otro
equipo. Una vez la traducción estaba realizada, el rey, con la
colaboración de los compiladores, realizaba una labor de depuración de
estilo y compaginación.
El material sobre el que se trabajaba, que podía estar escrito
en hebreo, árabe, latín o romance, procedía del acumulado por el
propio monarca en Toledo y Sevilla, si bien, también se pedían códices
a los monasterios.
Creación de la prosa castellana
Pronto fue el monarca consciente del valor del romance
castellano como puente de unión y relación entre cristianos, hebreos y
árabes, en todos los estamentos sociales, de ahí que pronto mostrara
su preferencia por el texto en romance, por delante del resultado
traducido al latín (consultaba la versión de los trasladadores en
romance), de manera que sin pensarlo comenzó a conceder categoría de
lengua culta al incipiente Castellano.
Ya hemos señalado que el propio rey se encargaba, ayudado de
los compiladores, de dotar de unidad estilística a los textos, para
ello se servía de la norma toledana, castellanizada, sin caer
totalmente en los rasgos del habla de Burgos, en cuanto a la grafía,
la consolidó de tal manera, que hasta el siglo XVI no se produjo una
nueva reforma; también el vocabulario y la sintaxis fueron sus
caballos de batalla, puesto que superó la arcaica sintaxis heredada
del latín vulgar y amplió enormemente el léxico, a partir de
derivaciones y sustituciones de palabras latinas por otras romances
que designen realidades similares del momento.
Toda esta labor no impidió que los textos presentaran
fluctuaciones, arcaísmos, e influencias de lenguas romances próximas
como el provenzal o el catalán. Por otra parte hay que recordar que el
propio Alfonso X prefirió el gallego como lengua para sus
composiciones poéticas, las Cantigas.
Obras
El propio monarca es autor destacado de textos jurídicos,
historiográficos, científicos, de entretenimiento e incluso líricos.
Obras jurídicas son:
Fuero real Primer texto redactado por el monarca y único, de
carácter jurídico, que llegó a promulgarse durante su reinado. Su
principal característica es que fue un intento de legislación
aplicable a todo el reino, superando a los fueros que regulaban cada
ciudad. Setenario Obra miscelánea en la que se mezclan contenidos
jurídicos, científicos (enciclopedia) y didáctico-religiosos. Espéculo
Texto de menor importancia, que nunca fue promulgado. Es posible que
se trate de un borrador de Las siete partidas.
Las siete partidas Código jurídico más importante de toda la
Edad Media, no en vano fueron el vehículo de entrada del derecho
romano en Galicia y Cataluña, y el más amplio en cuanto a recopilación
legislativa. Fue compuesto entre 1256 y 1265 pero se aplicó a partir
del Ordenamiento de Alcalá (1348) y estuvo vigente durante varios
siglos.
En esta obra se regulan todos los aspectos de la vida, desde
los puntos de vista individual y social. El texto pretendía recopilar y
reformar el ámbito jurídico, según el deseo manifestado ya por el
monarca anterior, Fernando III, dejar para la posteridad un
ordenamiento legal sólido y dar a los súbditos principios para conocer
el derecho y la razón, para ello requirió colaboradores como Juan
Alfonso (Notario de León), Jacobo Ruiz (Jurista italiano, ayo de
Alfonso X), Fernando Martínez (Obispo de Oviedo), o el maestro Roldán,
por lo que no es extraño que se trate de un texto redactado en varios
estilos (determinativo, justificativo y raciocinativo)
Además de diversos redactores, también bebió de múltiples fuentes, entre las que pueden destacarse:
• Del derecho romano: Digesti, el código justiniano con las glosas posteriores de los juristas italianos.
• Legislación eclesiástica: Decretum de Graciano y las Decretales (colección de leyes canónicas)
• Opiniones de San Isidoro de Sevilla, Séneca y Aristóteles sobre los más variados temas.
• Doctrina de los romanistas de la Escuela de Bolonia, de
carácter innovador, a la que perteneció Jacobo Ruiz, ayo del monarca y
colaborador en la redacción de este texto. La inclusión de estas
doctrinas supone el abandono de la legislación de tradición
visigótica.
• Textos literarios como los exempla del Disciplina Clericalis y las sententiæ de la literatura gnómica oriental.
• Textos jurídicos del momento. El número siete no es gratuito
en esta obra, pues cada partida comienza con una de las letras del
nombre del monarca (ALFONSO), que son siete, a parte de que se emplea
de forma simbólica en numerosas ocasiones dentro del texto. Cada
partida trata de:
- Primera partida: Código canónico. Resulta literariamente
interesante puesto que informa de la existencia de teatro tanto sacro
(En torno a los momentos fuertes de la liturgia) como profano, al
prohibir la representación de éste último en las iglesias.
- Segunda partida: Código legal para el monarca y los grandes
nobles. Habla de la guerra y las relaciones entre el pueblo y el
monarca.
- Tercera partida: Sobre la administración de la justicia.
- Cuarta partida: Sobre el matrimonio y el parentesco.
- Quinta partida: Sobre transacciones económicas y pleitos entre las personas.
- Sexta partida: Sobre testamentos y herencias.
- Séptima partida: Sobre delitos y penas.
A parte de por su importancia jurídica, el texto destaca por su
tolerancia con respecto a los judíos y los musulmanes, y por la gran
cantidad de terminología novedosa que aporta.
Obras históricas son:
Estoria de España o Crónica General se trata de un proyecto
(inacabado) de texto histórico sobre el territorio peninsular 300 años
posterior al primer intento de historia de España, obra de Al Raˉzí,
titulado Historia de los Reyes de Al-Andalus.
No se conserva el texto íntegro sino que se conoce por crónicas
posteriores que lo han transmitido parcialmente, ni tampoco se conoce
con exactitud la fecha de su redacción, que pudo haberse iniciado en
torno a 1270 (Según Menéndez Pidal, que se basa para ello en la
petición del monarca al prior de Santa María de Nájera y al cabildo de
Ávila algunos textos necesarios para comenzar su labor de redacción),
y que todavía estaba en proceso en 1289, bajo el reinado de Sancho
IV.
Sobre el Manuscrito de El Escorial, en dos tomos, realizó R.
Menéndez Pidal una edición en 1906 bajo el título de Primera Crónica
General, Estoria de España, que mandó componer Alfonso X El Sabio y se
continuaba bajo Sancho IV en 1289 , la cual refleja con gran
fidelidad la parte más antigua del texto, basada en el manuscrito que
historia desde los primeros pobladores hasta la invasión árabe, y
alejándose bastante de su intención de mostrar el texto con fidelidad
en la parte siguiente, para la que se sirvió de un manuscrito del siglo
XIV, en el que se narra desde el inicio de la Reconquista hasta
Fernando III (reinado del padre de Alfonso X), que surgió del trabajo
de ensamblado de los códices y cuadernos de trabajo del taller
alfonsí, que quedaron abandonados con la subida al trono de Sancho IV,
quien paralizó el proyecto de redacción.
El rasgo de originalidad historiográfica es el inusitado y
truncado interés por lo hispánico (podríamos decir que por lo “local”)
frente al enfoque de las crónicas historiográficas medievales; este
afán no pudo aplicarse en la totalidad de la obra, y quizá este fuese
el motivo de abandono de la obra inacabada (Según Francisco Rico) Lo
que sabemos que se redactó, fue estructurado de forma muy desigual,
tomando como criterio a cada uno de los dominadores de la península,
así arranca de la historia sagrada (Moisés es uno de los primeros
personajes históricos que se reconocen), continúa con la historia de
España antes del Imperio Romano, continúa, tras el imperio, con las
invasiones germanas y árabe, y finaliza con el reinado de Fernando
III.
Entre sus fuentes se hallan:
-La Biblia
-Obras de historiografía y literatura latina como los Césares
de Suetonio, las Historias de Paulo Osorio, el Speculum historiale de
V.Beauvais (El Bellovacense), las Crónicas de Eusebio y San Isidoro,
las Heroidas de Ovidio y la Farsalia de Lucano; pero también de
historiadores árabes, que se dejan entrever en el enfoque
socio-económico de la narración y en la nueva perspectiva a la hora de
plantear los hechos.
-Libros de viajes y geografía de la antigüedad, como los textos de Ptolomeo
-Textos medievales como las crónicas de El Toledano y El Tudense
-Textos épicos, lo cual es novedoso en este género y en su
época. Esta aportación dota a la narración histórica de estilo
artístico. De no ser por esta costumbre, bastante extendida en la
historiografía medieval, pero nunca tan ampliamente practicada como en
esta obra de Alfonso X, no habría llegado hasta nosotros noticia de
casi la totalidad de los textos épicos en lengua castellana.
-Tradición oral, aunque de forma poco abundante. Desde el punto
de vista literario el texto muestra a las claras el espíritu
renovador del rey, a través de la agudeza crítica y el interés por el
detalle, hasta entonces nunca visto, y también el interés por mostrar
los hechos no sólo en orden cronológico sino también
interrelacionados, lo cual sólo es fruto de una profunda labor de
coordinación de fuentes y de cierta conciencia de estilo narrativo, que
la aleja de las áridas historias latinas anteriores, gracias al manejo
de recursos como la amplificatio. La lengua empleada en la redacción
de la obra es sencilla pero eficaz y todavía mantiene algunas de las
formas de captatio y otros recursos propios del lenguaje oral. La
labor historiográfica de Alfonso X El Sabio creó escuela, a raíz de la
creación de la Primera Crónica se fueron redactando (en siglos
posteriores) textos con similares características e intención en todos
los reinos peninsulares, tanto como simples traducciones al gallego,
portugués, aragonés o catalán como en textos con mayor nivel de
originalidad, entre los que deben señalarse:
- Recensión del texto, realizada por Don Juan Manuel, con la intención de hacerla asequible al público menos especializado.
- Refundición de 1344 redactada por don Pedro, conde de
Barcelos, que fue traducida al Castellano poco después. A esta crónica
se añaden los hechos históricos posteriores al Sancho IV y se
desecha, por anticuada, la materia épica primitiva, sustituyéndola por
nuevas versiones, aportadas por los juglares contemporáneos a Alfonso
XI)
- Crónica de 1404, refundida también e inspirada esta vez en los romances contemporáneos.
Cada uno de los textos originados por la Crónica alfonsí creó, a su vez, escuela y tuvieron continuadores e imitadores.
General Estoria , Estoria General o General e Grant Estoria,
pues con todos estos títulos la designaba su autor, pues no parecía
decidirse por ninguno de los tres. Nos ha llegado a través de la
historia y crítica literaria con el primero de ellos. Del texto, que
parece haberse comenzado a redactar antes de 1274 (Según Francisco
Rico), sólo conocemos aproximadamente 30 manuscritos que nos permiten
sólo reconstruir el relato parcialmente. Se trata de la historia
universal más antigua de este tipo, escrita en romance, que se ha
conservado, y pretende historiar, de forma rigurosa, los
acontecimientos desde la creación del mundo hasta el reinado de su
autor, sin embargo queda interrumpida al llegar a San Joaquín y Santa
Ana (padres de la Virgen María), quedando la obra inconclusa, a pesar
de lo cual se trata de un texto valiosísimo por su enfoque “general”
que le lleva a “contarlo todo” como dice Mª Rosa Lida de Malkiel.
Las fuentes de este texto son más variadas y más numerosas que
las de la Estoria de España y eran clasificadas por los colaboradores
(cuyos nombres no han pasado a la historia) en:
Biblia, comentarios bíblicos e historia cristiana
Antiguo Testamento, fuente básica en la que se insertan los demás materiales a modo de amplificatio.
Comentarios bíblicos.
Historia scholastica de Pedro Coméstor (S. XII)
Canones de Eusebio de Cesarea.
Textos medievales de Godofredo de Monmouth, Gautier de
Châtillon, Pedro de Riga, Lucas de Tuy (El Tudense) y Rodrigo Jiménez
de Rada (El Toledano) La Estoria de España.
Autores de otras religiones Antigüedades judaicas de Flavio Josefo.
Versiones hispanas de leyendas clásicas como la del sitio de Troya o la vida de Alejandro Magno.
Metamorfosis de Ovidio. Sobre este texto se aplica la fórmula
de Euhemero, que explica que la tradición y el paso del tiempo
convirtieron en dioses a personas de la antigüedad que habían sido
dignas de reconocimiento por sus méritos.
Autores clásicos.
La intervención del propio Alfonso X no se limita a marcar el
plan de trabajo y corregir el estilo de redacción, sino también a
aportar sus propios pensamientos en ocasiones, por lo que no se trata
de una “historia universal” tal y como se entendería en la actualidad,
al plantear una concepción del tiempo basada en la figura de Cristo,
el cual avanza (y con él los hechos) hacia el mayor conocimiento de
Dios y la civilización (concepto antropológico de la historia) La
lengua en que se redacta la obra es objetiva y clara, sin desdeñar las
metáforas y el tono apocalíptico. El vocabulario es inmenso.
Las Obras científicas son en su mayoría tratados de astronomía o
astrología, traducidos del árabe, que en ocasiones habían tenido como
fuente algún texto griego y que es general se basaban en el antiguo
sistema de Ptolomeo. Nos interesan sobre todo los prólogos de algunas
de estas obras, ya que muestran la forma de trabajo del monarca y sus
colaboradores. Libros del saber de astronomía Colección de tratados
astronómicos a los que el monarca debe su fama de sabio. Fueron
comenzados en 1255, algunos son simples traducciones y otros fueron
elaborados de forma directa por los colaboradores del rey. Su principal
dificultad reside en el vocabulario manejado, ya que resultó
complicado trasladar la terminología existente en latín, griego o
árabe al romance.
Dentro de esta obra se halla el Libro de las figuras de las
estrellas fijas que son en el ochavo cielo (ochava esfera) , formada
sobre originales árabes y hebreos, el Astrolabio llano y El Cuadrante ,
que se mantuvieron vigentes como manuales de uso de dichas
herramientas de navegación hasta el siglo XVI.
Tablas alfonsíes Manual sobre el movimiento de los planetas, la
medida del tiempo y los eclipses, se trata de un texto original sobre
las comprobaciones realizadas en el observatorio del monarca en el
castillo de San Servando en Toledo (en torno a 1262 y 1272) sobre un
manual de astronomía del hispano-árabe (cordobés) del siglo XI
Al-Zarqˉali cuyas teorías se basaban en las de Ptolomeo.
Muy difundidas a lo largo de la Edad Media, las teorías
expuestas por esta obra alfonsí fueron revisadas por un astrónomo
francés en el siglo XIV y se divulgaron por toda Europa a lo largo del
Renacimiento.
Libro de las cruzes Obra astrológica, precedente de los libros de horóscopos actuales.
Libro complido de los judizios de las estrellas Obra
astrológica. Picatrix Manual de magia y astrología traducido en 1256
de un original árabe del siglo XI.
Libro de las formas Solo conservamos un índice de su contenido. Se trataba de una compilación de tratados.
Lapidario Texto alfonsí, comenzado a redactar antes de su
llegada al trono y finalizado en 1279, con toda certeza obra de su
médico personal Yhuda Mosca, que parece ser su traductor del original
árabe obra del sabio Abulays, quien dice haberla traducido de un
original caldeo.
Se trata de una compilación de manuales muy breves sobre las
propiedades de la piedras preciosas, atendiendo al signo astrológico
bajo el que son descubiertas, lo más destacado del texto son la 50
ilustraciones que contiene sobre animales y representaciones
zodiacales. No nos engañemos creyéndolo un texto científico pues es
fiel a su época, por lo que contiene grandes dosis de superstición.
Obra recreativa es el Libro de Axedrez, dados et tablas que consiste en una traducción del árabe.
Las jugadas aparecen ilustradas con miniaturas y comentadas. Se
trata del mejor manual de este tipo en lengua romance medieval.
Obra lírica son las Cantigas de Nuestra Señora, más de
cuatrocientas (aunque sólo 10 son obra directa del monarca y el resto
fueron encargadas al poeta Arias Nuñes, que coordinó la redacción del
texto) recogidas en varios códices diferentes y que aparecen
acompañadas de música e ilustradas con miniaturas. Según la moda
lírica del momento, fueron compuestas en galaico-portugués y expresan
la devoción del monarca por la Virgen.
La obra se conserva en cuatro manuscritos (Toledo 1257 y El
Escorial, posteriores a 1279) Los temas, muchos de ellos refundidos en
la literatura posterior, fueron tomados de textos como el Speculum
historiale de V. Beauvais (El Bellovacense), Les Miracles de la Sainte
Vierge de Gautier de Châtillon, Gesta Romanorum y Mariale Mágnum que
fueron regalados a Alfonso X por el rey San Luis de Francia; es
probable que conociera también la obra de Berceo y otros textos orales
transmitidos por los juglares.
DON JUAN MANUEL
Vida
Escalona 1282-1348. Siguiendo su testamento, fue enterrado en
el convento dominico de Peñafiel, que había fundado y en el que había
depositado su obra. Sobrino de Alfonso X.
Estilo
Primer autor español con conciencia de escritor y de la
propiedad intelectual de sus textos, por lo que se preocupó por la
forma en que éstos eran transmitidos, hasta tal punto que pedía a sus
lectores que si encontraban errores en los textos, acudan a los
manuscritos originales para comprobar si se trata de errores de
copista o del autor. En este mismo sentido son frecuentes las
justificaciones sobre su estilo, que se caracteriza por la selección y
preocupación por el lenguaje y por el deseo de claridad y concisión.
Amplia enormemente el léxico castellano y destaca por la modernización
y agilización de la sintaxis de la lengua, por lo que se le considera
el creador de la prosa artística castellana.
Gracias a su profunda preocupación por la conservación y
transmisión fiel de sus obras podemos conocer toda su producción, que
él mismo catalogó en dos ocasiones (Prólogo general, al frente de toda
su producción y anterior a éste el prologuillo del Conde Lucanor) Se
trata de obras de género religiosodidáctico medieval, si bien, se
aleja de la mayoría de los moralistas de su época en que no sólo
concede importancia a la salvación espiritual sino también al equilibro
en los intereses materiales (honor, hacienda, situación social) Su
producción literaria se puede situar entre 1325 y 1335, si bien los
textos más antiguos que conservamos de sus obras datan del siglo XV,
en el intervalo se han perdido algunas obras y otras ha quedado mal
copiadas, mutiladas o incompletas.
Obras
Una característica de todas sus obras es el hecho de que el
autor aparece en todas, bien como personaje, bien a través de
referencias personales. Libro de las armas. Texto de carácter
autobiográfico, para la exaltación de su persona y su linaje, en el
que se explica el escudo de armas de la familia Manuel.
Libro de los castigos y consejos a su hijo o Libro infinido.
Recopilación de consejos dirigidos a su hijo Fernando, la obra,
que fue redactada en estilo ágil y claro, está repleta de referencias
personales. Libro de la caza. Tratado de cetrería que sigue la
tradición alfonsí, también contiene múltiples referencias personales.
Crónica abreviada. Resumen, capítulo por capítulo, de la Crónica General alfonsí.
Libro de los estados o Libro del infante. Texto dividido en dos
partes, la primera más breve y novelesca, está fuertemente
relacionada con Barlaam y Josafat mientras la segunda es de tipo
didáctico y nos interesa por el enfoque social que nos ofrece de la
aceptación del estado o categoría social como forma de lograr la
salvación.
Libro del caballero et del escudero. Texto
enciclopédico-instructivo para la formación de caballeros, que se basa
en el método de la pregunta-respuesta de un joven a un anciano
caballero. Don Juan Manuel señala que se trata de un texto a imitación
de otro libro, del que no da referencias, pero que probablemente fuera
el Llibre de l’ordre de la cavaylería de Ramón Llull, al que es afín,
pero no podemos despreciar otras fuentes como los textos de su tío
Alfonso X y los tratados latinos sobre esta materia.
Tratado de la Asunción de la Virgen. Posiblemente su última
obra, pues no aparece en su catalogación. Se trata de un texto
religioso-doctrinal para la proclamación de la autenticidad de la
Asunción de María en cuerpo y alma.
El Conde Lucanor. Obra más popular de Don Juan Manuel, acabada,
como él mismo indica, en 1335 y que cita con varios títulos: Libro de
los exsiemplos del Conde Lucanor et de Patronio , Libro del Conde ,
Libro de Patronio , Libro de los enxiemplos .
La primera edición del texto data de 1575, de manos de Argote
de Molina, bajo el título de El Conde Lucanor , titulo que desde
entonces ha adoptado. Se compone de cinco partes y dos prólogos,
siendo el leit motiv la presencia de Patronio y del Conde Lucanor como
personajes en todas ellas.
- Primera parte: Serie de exiemplos (algunos manuscritos
conservan 49, otros 50 y alguno incluso 51) en los que Patronio
alecciona al Conde. Todos ellos tienen estructura fija (Planteamiento
del problema mediante un diálogo inicial, exempla que cuenta Patronio
al Conde, aplicación de la enseñanza del exempla por parte del Conde,
reflexión del propio Don Juan Manuel sobre el consejo dado, versos
sentenciosos, a modo de moraleja) Los textos tienen una estructura
lineal y cuentan con fuentes muy diversas entre las que pueden
señalarse las fábulas clásicas, los cuentos orientales, las crónicas y
la tradición eclesiástica, si bien ello no es obstáculo para que el
autor desarrolle su creatividad y originalidad actualizando el tema y
dándole unidad estilística. Las descripciones y el movimiento
psicológico de los personajes representan un gran progreso en la prosa
de ficción castellana.
En opinión de Macpherson el texto es un intento de justificar
el modo de vida de la nobleza castellana, es pues un texto de “consumo
interno”, de un noble, para los nobles de su época.
- Segunda, Tercera y Cuarta partes: Serie de sentencias breves
con un estilo más oscuro y difícil que en la parte anterior (en parte
siguiendo el consejo de su amigo Jaime Xérida, que consideraba su
prosa excesivamente sencilla).
- Quinta parte: Ocupada en la salvación del alma, y muy diferente al resto de la obra.