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LA PROSA MEDIEVAL. LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO. ALFONSO X EL SABIO Y DON JUAN MANUEL

 

INTRODUCCIÓN

Este tema guarda estrecha relación con todos aquellos que se ocupan de la literatura medieval, así como con el tema dedicado a la formación de la lengua


PROSA MEDIEVAL

Primeros textos

Las primeras manifestaciones de prosa castellana aparecen en textos jurídicos latinos, y son las conocidas “glosas” silenses y emilianenses (éstas últimas de mayor trabazón sintáctica), datadas en torno al siglo X por Ramón Menéndez Pidal. Díez Borque señala como primer documento en prosa redactado totalmente en romance castellano (aunque con influencias de romance aragonés) la Infeudación del castillo de Alcozar , texto jurídico de 1156 redactado en la diócesis de Osma en la provincia de Soria.

Siglo XIII

El castellano no ha logrado en este siglo la importancia lingüística y literaria del latín, que sigue siendo la lengua de cultura y transmisión escrita, pero cada vez más obras, la mayoría de carácter didáctico, pero algunas también históricas y “exempla”, son redactadas en romance como mejor forma para llegar a la población; asimismo se inician las traducciones al romance de textos bíblicos, las cuales serán constantes a lo largo del siglo XIV.

La obra más destacada del siglo es La Fazienda de Ultramar, una traducción de La Biblia , sobre un texto hebreo del siglo XII, que también toma como fuentes textos como la Leyenda de Plácidas (Posteriormente San Eustacio), cuya intención es servir de guía para los Palmeros (Peregrinos a Tierra Santa) Se conserva en un texto del siglo XIII, aunque, si su autor es el monje francés Aimeric, debió de redactarse de forma epistolar, entre 1126 y 1142, en romance castellano, para la lectura y ampliación por parte del obispo de Toledo y Canciller de Castilla Raimundo de Sauvêtat, también de origen francés.

Es un texto lingüísticamente bastante afín al Liber Regum.

Entre los documentos “historiográficos” cabe señalar:

MONARCA REINADO OBRA

Alfonso VIII 1158-1214 Liber regum Relato cronológico de reyes desde la Biblia hasta Ramiro Di el Monje, Rey de Aragón, escrito en navarro-aragonés y fechado entre 1196 y 1209, aunque traducido al castellano hacia 1220. Se trata de un texto muy influyente en su época, pues supone la legitimación absoluta de la autoridad de la monarquía aragonesa, de nueva formación. Anales toledanos primeros de comienzos del siglo XIII Enrique I 1214-1217 Fuero general de Navarra, de 1250 y escrito en romance navarro-aragonés, muestra un avance en la técnica narrativa, e incluso incorpora relatos históricos anteriores (de finales del siglo XII) Fernando III El Santo 1217-1252 Anales toledanos segundos, de autor mudéjar, escrita entre 1244 y 1250 Fuero de Brihuega , (circa 1240). Su riqueza léxica y sintáctica demuestran una mayor madurez de la lengua con respecto a textos anteriores. Semejança del mundo, es un tratado geográfico de 1222, que combina las fuentes latinas de forma muy elaborada. Alfonso X El Sabio 1252-1284 Estoria de España (Crónica General) General Estoria Sancho IV El Bravo 1284-1295 Fuero de Zamora Fuero de Salamanca Algunas de las obras más destacadas del siglo XIII pertenecen al género gnómico oriental o didáctico, y no son más que traducciones, más o menos libres, y por ello obras originales en romance,

de textos árabes en su mayoría, muchos de ellos interrelacionados estrechamente, ya sea por influjo directo o por coincidencia de fuentes; los casos más destacados son:

• Flor de filosofía Compendio abreviado del Libro de los cien capítulos , que fue compuesto durante el reinado de Alfonso X el Sabio.

• Libro de los cien capítulos, que a pesar del título sólo tiene 50, en los que recopila sentencias de tono moral y político, además de algún cuentecillo, bastante rudimentario, lo cual es novedoso en el género gnómico.

• Disputa de un cristiano y un judío. Primer ejemplo (Principios del siglo XIII), aunque tosco, de un debate religioso, género que durante la Edad Media se extendería por toda Europa.

• Diez mandamientos. Manual para confesores (didáctica eclesiástica) escrito en el primer tercio del siglo XIII por un fraile navarro.

• Bonium o Bocados de oro . Conjunto de sentencias filosóficas de autores griegos, latinos, hindúes y árabes, inspirado en el Libro de las sentencias, de Abulwafá Mobaxir ben Fátic. Las sentencias están engarzadas en el argumento de un relato, el de un rey persa que viaja a la India para encontrar la sabiduría; este recurso será muy frecuente a lo largo de toda la Edad Media tanto en los textos didácticos como en los narrativos.

• Poridad de poridades (Secreto de secretos) Colección de normas morales y proverbios árabes, en su mayoría para aconsejar a los reyes en su gobierno, redactados a mediados del siglo XIII.

• Libro de los buenos proverbios Colección de máximas y sentencias atribuidas a filósofos griegos, latinos y árabes. Datado en la primera mitad del siglo XIII.

• Libro de los doce sabios o Tratado de la nobleza y lealtad. Ejemplo de tratado para la educación de príncipes, que serán tan comunes en siglos posteriores; a pesar de tomar sus fuentes de la literatura árabe, está muy próximo al modelo europeo de este tipo de obras (Speculum principis). Compuesto hacia 1240.

• Libro del consejo e de los consejeros , quizá de principios del siglo XIV y atribuido a un tal Maestro Pedro, sin identificar. Su fuente principal no es árabe sino el Liber consolationis et consilii (1246) de Albertano de Brescia.

• Impunaçión de la seta mahometana de San Pedro Pascual, obispo de Jaén, quien hacia 1290 la escribió estando cautivo, y de la cual nos ha llegado una versión manuscrita del siglo XVI. Se trata de un texto muy similar en intención a la Disputa de un cristiano y un judío.

Los “Exempla” son un género existente ya en la tradición literaria latina clásica, consistente en la recopilación de cuentos, historias y fábulas, a menudo con carácter didáctico y sobre motivos folclóricos, por lo que solían ser utilizadas por los predicadores en sus sermones. El primer texto de este género en lengua romance castellana es el Disciplina clericalis (siglo XII) del judío converso Pedro Alfonso, el cual logró “fama internacional”, pero no fue el único:

• Libro de Calila e Dimma Los diálogos entre un rey y un filósofo sirven de trama en la que engarzar esta colección de fábulas, con personajes tanto humanos como animales, de origen hindú (procedentes en su mayoría del Panchatantra ) traducidas de forma libre al castellano desde una versión árabe posiblemente por indicación de Alfonso X el Sabio en 1251. El texto castellano omite y añade materiales además de confesar su intención moral práctica de mostrar el camino del bien y de la ciencia.

• Sendebar es una colección de 27 cuentos de fuerte carga misógina, traducción árabe de un original hindú, la cual fue mandada traducir con el título de Libro de los engaños e los asayamientos de las mujeres en 1253 por el infante don Fadrique (hermano de Alfonso X el Sabio); el texto árabe está actualmente perdido, por lo que la traducción española es la versión más antigua que se conserva. El carácter misógino de los cuentos lo relacionan estrechamente con los fablaux franceses.

• Libro de la vida de Barlaam y del rey Josapha de India . Versión cristiana de la leyenda de Buda, a través de versiones griegas y latinas. El texto comparte rasgos con los exempla orientales y se sitúa entre los siglos XIII y XIV.

• Historia de la donzella Teodor . Texto gnómico-didáctico de la primera mitad del siglo XIII procedente por vía directa o a través de una versión latina, de Las mil y una noches; consiste en una serie de preguntas y respuestas con las que la esclava Teodora entretiene a su dueño, a modo de Scherezade.

• Lucidario procedente en gran parte del Lucidarium de Honorio de Augusto (1095), si bien tiene otras fuentes de la antigüedad así como tratados de medicina y filosofía. Su método de transmisión de conocimientos es el de la pregunta-respuesta entre maestro y discípulo, acerca de asuntos teológicos y fenómenos naturales.

• Castigos y documentos para bien vivir, que don Sancho IV de Castilla dio a su fijo. Obra doctrinal de gran importancia en el reinado de Sancho IV, de la que se conservan cuatro manuscritos con letra de los siglos XIV-XV. A pesar de su temática (formación moral y política del futuro rey), resulta poco probable que fuera obra directa del monarca, si bien la pudo inspirar y dirigir en torno a 1293, según la datación de Diez Borque, pero existieron versiones ampliadas sobre esta original con 50 capítulos, a los que se añadieron 40 más a lo largo del siglo XIV y XV. Los exempla de origen oriental se mezclan, en este texto, con otros procedentes de la patrística y de la tradición medieval europea, además de presentar algunos rasgos que los relacionan con la literatura gnómica oriental.

Siglo XIV

Durante el siglo XIV se siguen cultivando la misma prosa que en el siglo anterior, pero también aparecen cambios reseñables:

- Nacimiento de la burguesía provoca una mayor demanda en la producción literaria y nuevos temas y enfoques (hace su aparición la sátira y el realismo) v Difusión del uso del papel y de la construcción de lentes correctoras, facilitan el acceso y lectura de los textos además de alargar la “vida de lector” al permitir que algunas patologías oculares sean corregidas.

- Comienzan a cobrar importancia los autores, en su mayoría procedentes de la aristocracia cortesana, de elevado nivel cultural.

A lo largo del siglo XIV aparecen una serie de crónicas de los reinados individuales, las cuales toman como punto de partida el final de la Estoria de España , las cuales serán (En opinión de A. Deyermond) el paso previa a las obras de “semblanza” de reyes y nobles que aparecerán en el siglo XV. Podemos relacionarlas con el monarca durante cuyo reinado se redactaron:

MONARCA REINADO OBRA

Fernando IV El Emplazado 1295-1312 Versión amplificada de la Primera Crónica General , sobre el borrador alfonsí, de 1298, como auténtica continuación de lo escrito durante el reinado de Alfonso X.

La Gran Conquista de Ultramar, compilación de 1100 capítulos sobre la historia de las Cruzadas (hasta 1271), seguramente compuesta pocos años después de la Fazienda de Ultramar , de la que se conservan tres manuscritos que según R. Menéndez Pidal, Agapito Rey y Northup, podrían datarse a finales del siglo XIII (Reinado de Sancho IV).

Debido a su extensión y a su falta de rigor histórico, puede ser considerada una crónica novelada, cuya fuente principal es la traducción de la Historia rerum in partibus transmarinis gestarum (Historia de las cosas hechas en las partes de Ultramar), en la que se narra la historia de las Cruzadas de Guillermo de Tiro a través de una traducción francesa denominada Roman d’Eracle , fechada en 1295; también le sirvieron de fuente los poemas Chanson d’Antioche y Conquête de Jerusalem.

Además de la información histórica, más o menos veraz, se intercalan las prosificaciones de cantares de gesta relacionados con las Cruzadas, que conceden cierto interés novelesco a la obra; entre otras destacan la leyenda del Mainete y la de Berta, primeros ejemplos de literatura de ciclo carolingio en España, pero también la leyenda del Caballero del Cisne , a quien su autor hace antepasado de Godofredo de Bouillon, noble que tomó parte en la primera cruzada junto con sus hermanos Eustaquio y Balduino, y que renunció al ser proclamado rey de Jerusalem, pasando la corona a su hermano Balduino, manteniendo únicamente el título de “Defensor del Santo Sepulcro”. La literatura artúrica habla estos tres hermanos defensores del Santo Grial, por lo que se trata de uno de los primeros ejemplos de este ciclo literario en España.

Alfonso XI El Justiciero 1312-1350 Gran Crónica de Alfonso XI, escrita en 1344, está estrechamente relacionada con el texto épico Poema de Alfonso XI de 1348, puesto que ambos narran la vida de este monarca desde su llegada al trono hasta la toma de Algeciras, decisiva para la Reconquista. Se trata de una crónica con fragmentos de alto valor literario, como el retrato del rey, y que abunda en detalles concretos.

Segunda Crónica General (de 1344). Esta versión en castellano de la Crónica General de España del conde don Pedro de Barcelos, quien, en Portugal, quiso crear una escuela historiográfica a semejanza de la castellana, narra el reinado de Alfonso XI hasta la toma de Algeciras, pero esta vez toma como fuentes los poemas épicos de Fernán González, El Cid y Los infantes de Lara además de parte de la Crónica del Moro Rasis.

Crónica de los veinte reyes, refundición crítica de la Primera Crónica de Alfonso X, (circa 1230), describe los reinados de diferentes monarcas, desde Fruela II hasta Vermudo III.

Pedro I El Cruel 1350-1369 Crónica del rey don Pedro, del canciller Pedro López de Ayala.

Enrique II 1369-1379 Crónica de los Reyes de Castilla , (circa 1370). Crónica de Enrique II, del canciller Pero López de Ayala.

Libro de Cetrería, del canciller Pero López de Ayala Memorias, de doña Leonor López de Córdoba, iniciadas en 1363 y acabadas en 1412 (entre los siglos XIV y XV), dignas de mención como obra de un personaje de importancia política (del bando de Pedro I el Cruel), pero también por su estilo directo, que mezcla diálogo y narración.

La Versión de la Historia de Troya de Beneyto de Sancta María, hecha por mandato de Alfonso XI , podría también incluirse en este apartado, según Diez Borque, puesto que pretende ser una crónica de la guerra de Troya, escrita por Nicolás Gonçalez en 1350. Este tema gozó de gran difusión a lo largo de la Edad Media en la literatura castellana.

A parte de las obras ya citadas, en este apartado debe considerarse la importancia del Canciller Pero López de Ayala, humanista “avant la lettre” y precursor del Renacimiento castellano, quien, además de las crónicas de cada uno de los cuatro reyes a los que sirvió (Pedro I, Enrique II, Juan I y Enrique III) redactó, tradujo o mandó traducir:

• Tres Décadas de Tito Livio

• Obras de Boecio, San Gregorio el Magno y Bocaccio

• Versión de Crónica Troyana

• Libro de cetrería o de las aves de caza que escribió en 1386 durante su cautiverio en Portugal. Se trata de una traducción, con añadidos propios (puntualizaciones y 23 capítulos más) de un tratado de cetrería de Pero Menino, halconero mayor del monarca portugués Fernando I. Fue incluido en un compendio de Cetrería de Juan de Sahún, halconero de Juan II.

Como cronista no se limita ensartar los hechos en orden cronológico, sino que les confiere dignidad artística a través de un estilo directo y vivo, casi como el de hechos novelados, en los que intercala arengas militares, diálogos y descripciones físicas y morales además de una interpretación personal (ya sea en clave política, social o moral) sobre los hechos de los que fue testigo de excepción, lo cual le permite justificar su carrera política y en especial su toma de partido y cambio de bando en la guerra de los Trastámara (Pedro I El Cruel- Enrique II). La mejor de sus crónicas posiblemente sea la Crónica del rey don Pedro, aunque desde el punto de vista literario sean superiores las posteriores, pero el personaje central de ésta, sumado a la forma en que es descrito, le otorgan una fuerza dramática de la que carecen las demás.

El interés decae en la siguiente Crónica de Enrique II debido a la personalidad del propio rey y a las circunstancias de su reinado, así como a la actitud de servilismo por parte del cronista, que había tomado partido por él en la guerra entre hermanos, abandonando a don Pedro; pero se recupera en la siguiente Crónica de Juan I, en la que muestra un estilo sobrio e incorpora discursos políticos que son posiblemente los primeros ejemplos de oratoria civil en romance castellano. En esta tercera crónica se advierte la influencia estilística de modelos latinos, principalmente Tito Livio.

La Crónica de Enrique III quedó inconclusa, pero antes de su muerte Ayala pudo redactar capítulos destacados por su imparcialidad en la descripción de las persecuciones y matanzas de la población hebrea.

Entre las obras didácticas y doctrinales comienzan a cobrar gran importancia las de carácter religioso, abandonándose la influencia gnómica oriental en la temática sobre todo. Las obras más destacadas de este tema son:

• Mostrador de Justicia

• Libro de las tres gracias, cuya finalidad es la conversión al cristianismo.

• Tratado contra las hadas , éste, como los dos anteriores, es obra de Alfonso de Valladolid (1270-1349) y destaca por su interés como reflejo de las costumbres y el habla coloquial de su época.

• Regimiento de príncipes de Fray Juan de Castrogeriz es un texto de alrededor de 1354, al estilo de los Speculum prncipis medievales, y en concreto siguiendo el modelo del tratado político de Egidio Romano, De regimine principum.

• Libro de la montería de Alfonso XI, compuesto antes de 1350 y muy relacionado, por su temática, con la literatura árabe, si bien, recoge influencias castellanas y latinas.

• Libro de los exemplos por A.B.C. es una colección, por orden alfabético de sus epígrafes (p.e. “Avaricia”, “Blasfemia”, “Castidad”,etc.) de 438 relatos procedentes de obras anteriores, que puede fecharse alrededor de 1400. Su autor es Clemente Sánchez.

• Viridario o Vergel de consolación del alma es una traducción del texto ascético para el examen de conciencia, que además describe las virtudes y los efectos del amor divino sobre las criaturas, del fraile italiano Jacopo de Benevento.

• Libro de los gatos, compuesto entre el siglo XIV y el XV, es una versión de las Fabulae o Narrationes del escritor anglo-latino Odón de Cheriton (S.XIII) aunque con moraleja original castellana; presenta exempla de animales, procedentes de bestiarios, cuentos orientales y fábulas clásicas. El uso del término “gatos”, como sinónimo de timadores y embusteros es seguramente de origen árabe y podría ser una alusión crítica hacia las capas más poderosas de la sociedad (Nobleza/ Iglesia)

• Libro de la justicia de la vida espiritual , de finales del siglo XIV, es también una obra sobre el examen de conciencia y el sacramento de la penitencia, así como también lo es el hoy perdido manual para confesores de Martín Pérez, de la que tenemos noticia por una traducción al portugués realizada en 1399.

• Libro de las consolaciones de la vida humana del “antipapa” Pedro Luna (Benedicto XIII) escrito entre 1394 y 1423, confronta las miserias y peligros de la vida con los consuelos cristianos.

• Leyenda de Santo Tomás, texto hagiográfico de la segunda mitad del siglo XIV y posiblemente relacionado con la canonización del santo en 1323, que compila información de varios libros y documentos realizados entre otros por Pedro Martín.

• Qué significa el hábito de los frailes de Santiago, de Pedro López de Baeza, puede clasificarse entre los manuales para la prédica, que normalmente se escribían en latín, pero no queda muy claro si realmente era una pieza para la difusión oral. Si bien los primeros textos que podrían ser catalogados como “prosa de ficción” aparecen ya en el siglo XIII y han sido incluidos dentro de la historiografía o de los Exempla, no es hasta el siglo XIV cuando se desarrolla el género de forma amplia, tomando tres grandes temas:

• Materia artúrica, forma un ciclo narrativo en torno al mundo idealizado en el que los personajes viven aventuras y hechos milagrosos y extraordinarios. Instaura una nueva mitología cuyo elemento aglutinante es el rey Arturo, del cual nos llegan las primeras referencias en España en el siglo XII, no a través de la fuente primigenia sino a través de la traducción francesa o Roman du Graal, que instaura el ciclo de la Post-Vulgata (1230-1240); este texto de Robert de Borón aporta al ciclo la temática cristiana.

Se ha perdido la versión hispana de este texto francés, pero se conservan textos y fragmentos procedentes de la misma, como el Libro de Joseph de Abarimatía (texto que contiene la primitiva historia del Santo Grial), la Estoria de Merlín ( traducción del francés Suite du Merlín) , y el Lanzarote (versión hispana bastante temprana de la demanda del Santo Grial), los tres de hacia 1313, y un fragmento de Tristán castellano, del siglo XIV.

Esta materia fue de gran importancia, tanto es así que se realizaron traducciones a la mayoría de las lenguas romances peninsulares y se siguió practicando la temática a lo largo del siglo XV y XVI, apareciendo también en géneros como al novela sentimental y la novela de caballerías; de este último género podemos destacar, por su relación con este tema:

-Amadís con gran difusión en el siglo XIV, antes de su ampliación por parte de Garci Rodríguez de Montalvo.

-El Caballero Cifar o Historia del Caballero de Dios que había por nombre Cifar el qual por sus virtuosas obras et azañosas fue rey de Mentón, que puede ser considerada la primera novela caballeresca escrita en romance castellano, a pesar de su fuerte carga moralizante. Se editó en Sevilla en 1512, aunque fue compuesta en los primeros años del siglo XIV (entre 1300 y 1305 quizá) posiblememte por Ferrán Martínez, clérigo de Toledo, quien dice que la tradujo del caldeo (que aquí pueda entenderse como árabe) Se trata de un texto heterogéneo, con una primera parte de carácter bizantino (aventuras y viajes para recuperar a su familia y su posición) y didáctico la segunda (consejos que Cifar da a sus hijos) mientras la siguientes tercera y cuarta son de carácter caballeresco, según el modelo bretón (gran carga mágica y fantástica), protagonizadas por el hijo de Cifar, Roboán.

Las fuentes son también muy variadas y numerosas, desde la leyenda bizantina de san Eustacio o Plácidas a Esopo, pasando por la Disciplina Clericalis, el Barlaam, el pseudo Séneca, el Bonium , el Secretorum y sobre todo las Flores de filosofía . En el aspecto científico y estilístico se nota la influencia árabe, y popular, sobre todo en la elaboración del personajes del escudero Ribaldo, para muchos un precedente de Sancho Panza.

• Materia troyana, basada en el asedio y destrucción de Troya y los amores entre Paris y Helena fue un tema asiduamente tratado a lo largo de la Edad Media, no a través de la versión latina del original homérico (denominada Ilias Latina), sino a través de las Ephemerides belli Troiani atribuida a Dictys de Creta y De excidio Troiae historia, atribuida a Dares el Frigio, ambas, fuentes para el texto europeo básico en torno a esta materia: Roman de Troie de Benoît de Sainte-Marie (circa 1160), del que deriva el texto alfonsí ya citado (Versión de la Historia de Troya de Beneyto de Sancta María, hecha por mandato de Alfonso XI). En el siglo XIV todavía sigue vigente esta materia como tema literario, así lo demuestra Leomarte en Suma de Historia Troyana.

• Tema variado: En este apartado se incluyen textos muy variados, cuyo denominador común es la predominante acción exterior.

§ De procedencia épica francesa destacan el Cuento del emperador Carlos Maynes (cuyo tema es la “ley de escocia”: una reina acusada injustamente de infidelidad por dar a luz gemelos), y el Cuento del emperador Otas (circa 1360-1370), basado directamente en un poema francés, cuya fuente es una leyenda oriental.

§ De tema hagiográfico: La leyenda el Fermoso cuento de una sancta emperatriz , recibe por parte de Gautier de Coincy el tratamiento hagiográfico necesario para poder ser incluida en este apartado y convertirse, con el tiempo, en un texto de aventuras. El tema de la leyenda de San Eustacio o “Placidas”, que aparece en De un cavallero Plácidas (1360-1370), en Chrónica del rey don Guillermo de Inglaterra (procedente del poema francés Guillaume d’Angleterre atribuido a Chrétien de Troyes), y en Estoria del rey Guillelme.

§ Sobre temas de la antigüedad clásica nace la Historia de Apolonio , texto en prosa procedente de una colección de exempla recogidos en Gesta romanorum , y no en la fuente del Libro de Apolonio (texto en verso del siglo XII procedente de la Historia Apollonii regis Tyri) como cabría esperar. También sobre temas clásicos se conoce la Historia del noble Vespasiano emperador de Roma , novela de tipo bizantino, muy al gusto de la época.

§ De literatura de ficción podría clasificarse la Historia de la linda Melusina , que narra el castigo de una mujer a convertirse en serpiente (en otras versiones, en sirena) de cintura para abajo una vez por semana. Las metamorfosis hombre-animal son uno de los motivos folklórico-literarios de mayor pervivencia.

§ Dentro de la literatura de viajes habría un apartado de guías de peregrinos (intención religiosa) en el que se incluiría la Fazienda de Ultramar, pero también los de pura aventura, muy cercanos a la literatura de ficción, como el Libro del conoscimiento de todos los reinos e tierras e señoríos que son por el mundo (escrito por un franciscano español nacido en1305)

Siglo XV

A partir de este siglo, en cada reinado suelen redactarse dos o más crónicas en prosa, cuyo interés sobrepasa lo meramente histórico y estatal, además suelen redactar crónicas también las grandes casas nobles.

Crónicas reales

MONARCA REINADO OBRAS

Juan I 1379-14 06 Tercera crónica general (circa 1390), derivaría de la Primera Gran Crónica alfonsí. Crónica general de 1404 , se basa, al parecer, en la versión galaico-portuguesa de la Primera Crónica General de Alfonso X el Sabio Crónica de Juan I (López de Ayala) Enrique III El Doliente 1406- ¿? Crónica de Enrique III (López de Ayala) [inacabada] Juan II ¿?- 1454 Crónica del serenísimo rey don Juan II (1417) de Galíndez de Carvajal, si bien habría otros redactores, como el converso Alvar García de Santa María. Está inspirada en las crónicas de López de Ayala. Crónica del halconero de Juan II , de Pedro Carrillo de Huete, autor muy objetivo, que hace alusión a personajes de la época como el marqués de Santillana y Fernán Pérez de Guzmán. Fue refundida por el obispo Lope de Barrientos con el título de Refundición de la crónica del halconero. Atalaya de las crónicas (1443) de Alfonso Martínez de Toledo, Arcipreste de Talavera.

Mar de Historias, (circa 1450) crónica de reinados, obra de Fernán Pérez de Guzmán, que imita el estilo de los clásicos. Crónica de los reyes de Navarra (1454) de Carlos de Aragón, Príncipe de Viana [Hermano por parte de padre de Fernando el Católico], que maneja fuentes como la Biblia, San Isidoro o el Tudense, y se explaya en la descripción del diluvio o de la dominación romana y goda, pero no tanto en la Navarra contemporánea.

Enrique IV 1454-14 74 Crónica de Enrique IV , de Diego Enríquez del Castillo, que consiste en un texto de alabanza a este rey, que le concedió numerosos cargos. Crónica de Enrique IV , de Alfonso de Palencia, más hostil al monarca, pues su autor tomó parte por el bando del infante Alfonso y no por el de Isabel, la futura reina de Castilla. El texto está escrito en latín y muestra clara influencia de Tito Livio, aunque no es un texto excesivamente retórico, a diferencia del de Diego Enríquez. Destaca el uso frecuente de la narración en primera persona y el interés por justificar sus acciones.

Isabel I de Castilla 1474-1 504 Crónica de los señores reyes católicos don Fernando y doña Isabel , de Hernando del Pulgar, es una obra de gran rigor histórico y de tendencia humanística en la historia castellana, que pretende ceñirse al modelo de historiografía marcado por Tito Livio.

Es patente cierto grado de preocupación estilística en su redacción. Crónica de los Reyes Católicos de Diego de Valera Valeriana, de Diego de Valera Memorial de diversas fazañas, de Diego de Valera Historia de los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel , de Andrés Bernáldez, cronista oficial y primero que realiza una crónica completa de su reinado, con gran rigor histórico y estilo natural y sobrio, y lengua a veces en estilo familiar.

Crónicas particulares

Estos textos pueden ser clasificados a su vez en crónicas o en biografías colectivas; entre los primeros cabe destacar los siguientes títulos: • Victorial o crónica de don Pero Niño, conde de Buelna , escrita por Gutierre Díez de Games entre 1435 y 1448, la cual es considerada por A. Deyermond como un libro de viajes, ya que narra los viajes de Pero Niño, mostrando su vida de caballero como modelo.

• Crónica de don Álvaro de Luna atribuida a Gonzalo Chacón y escrita entre 1453 y 1460, que tiene como finalidad principal la de reivindicar la figura de este “valido”.

• Relación de los hechos del condestable Miguel Lucas de Iranzo , texto de autor no determinado, que abarca de 1458 a 1471, época de la que ofrece numerosos datos de la vida cotidiana.

• Libro del Paso honroso de Suero de Quiñónes, del escribano Pero Rodríguez de Lena, que asistió a los hechos históricos narrados (sucedidos en 1434) como notario. Este texto mezcla lo caballeresco con lo jacobeo.

Entre las biografías colectivas, cabe señalar dos textos, el primero de ellos es Generaciones y semblanzas , final del Mar de Historias de Fernán Pérez de Guzmán (circa 1450), primera colección de retratos en lengua castellana, contiene 34 biografías breves de personajes castellanos (reyes, nobles, clérigos) de los reinados de Enrique III y Juan II. El estilo de esta obra es conciso.

Inspirada en ella escribió Hernando del Pulgar Claros varones de Castilla , colección de 25 retratos de personajes ilustres castellanos a los que compara con otros de la antigüedad clásica, dedicada a la reina Isabel de Castilla. La obra está redactada con un estilo bastante elaborado, léxico culto y abundantes recursos retóricos.

Prosa histórica novelada

La Crónica Sarracina (circa 1430) de Pedro del Corral es, en opinión de A. Deyermond, un texto de aventuras pseudohistóricas dentro de una crónica, puesto parte de una base real (Proclamación de Don Rodrigo primer rey de España) y narra hechos históricos (Conquista de España). También Historia de la Doncella de Francia podría considerarse como historia novelada. El texto trata de Juana de Arco y su importancia y representatividad en la historia de Francia.

Prosa didáctico-moral y religiosa

El principal autor de este tipo de textos es Enrique de Villena (1384-1434), hombre a caballo entre el humanismo y el oscurantismo medieval. Este descendiente de las familias reinantes de Castilla y Aragón, fracasó en política, a pesar de su gran ambición, por lo que se dedicó a la vida cultural, manteniendo amistad con Juan de Mena y Iñigo López de Mendoza (Marqués de Santillana) y levantando recelos entre la nobleza y el clero por sus prácticas como brujo y nigromante, que provocaron la quema de muchos de sus libros y tratados sobre astrología y ciencias ocultas (por mandato del obispo Barrientos)

Hombre extremadamente erudito, hasta el punto de conocer lenguas orientales y clásicas, además del italiano y el francés, además de primer traductor de la Eneida al castellano (y por tanto protohumanista) es autor de:

• Libro de los doce trabajos de Hércules, anterior a 1417, primero escrito en Catalán, pero traducido poco después, por él mismo, al Castellano. Se trata de uno de sus obras más divulgadas y más compleja, en la que mezcla la mitología clásica con la ética medieval.

• Libro de aojamiento o fascinología , escrito entre 1422 y 1425 es el único de sus textos “mágicos” que se salvó de la quema. Es una peculiar mezcla de tratado de medicina y supestición sobre el mal de ojo y sus formas de curación, en el que cita autoridades como Platón, Aristóteles y algunos sabios judíos y árabes. Del mismo tipo es el Tratado de la lepra.

• El Tratado del arte de cortar del cuchillo o Arte Cisoria es el primer manual sistemático de cocina y etiqueta cortesana en lengua castellana, de muy poco interés literario, pero estilísticamente ampuloso.

• Tratado de la consolación (1423) Textos del mismo tipo son:

• El manual para predicadores Espéculo de los legos, traducción de 1447-1455 del Speculum laicorum del escritor inglés Rogerio de Oveden (s. XIII).

• El texto de controversia entre el amor loco y el buen amor, con importante carga misógina, Tractado como al ome es necesario amar, de Alfonso de Madrigal, el Tostado, autor también de Confesional , Tratado sobre la Misa y Catorce questiones, este último, de carácter filosófico.

• Libro de las claras y virtuosas mujeres , del valido don Álvaro de Luna, presenta 25 biografías de mujeres desde el comienzo del mundo hasta el cristianismo, todo ello en un tono familiar y muy expresivo.

• Visión delectable de la philosophia e de otras sçencias, de Alfonso de la Torre, es un compedio de saber enciclopédico medieval, a través de alegorías, el cual muestra influencias de San Isidoro de Sevilla (vertiente enciclopédica), Marciano Capella y Alain de Lille (para la alegoría), además de la Guía de vacilantes de Maimónides (en su vertiente científica). El texto es un buen ejemplo del retraso cultural español, puesto que todavía se reeditaba en el Renacimiento español, si bien es verdad que se leía también en Italia.

• Vencimiento del mundo , de Alonso Núñez de Toledo es un sermón destinado a la lectura privada, que previene contra las tentaciones del mundo, frente a las que recomienda el ascetismo.

• Defensa de las virtuosas mugeres de Mosén Diego de Valera, quien también es autor de un texto para la formación del futuro Fernando el Católico, del mismo tipo que el Speculum principis, denominado Doctrinal de príncipes, y también de Breviloquio de virtudes y de Tratado de providencia contra fortuna , ambas de tipo espiritual.

• Compendio de la Fortuna , un intento por explicar la existencia del mal en el mundo y la desigualdad social, y Jardín de nobles doncellas , escrito por encargo de Isabel de Portugal, como manual para la formación de la infanta Isabel, y de mayor interés literario que el anterior, son obras de Martín Alfonso de Córdoba.

• Tratado de la perfección militar, es un texto alegórico y con similitudes con los libros de viajes, obra de Alfonso de Palencia.

• Dialogo de vita beata (1463) de Juan de Lucena, muestra influencias de Séneca y de Boecio. En la obra el Marqués de Santillana y Juan de Mena dialogan, moderados por Alonso de Cartagena, sobre tópicos medievales como las armas y las letras ola vida rústica y la cortesana.

• Ysopete Ystoriado es un texto de finales del siglo XV, en el que se combinan las fábulas de Esopo con otras fuentes com el Disciplina clericalis de Pedro Alfonso o la obra latina del humanista italiano Poggio Bracciolini, interesado por los manucritos clásicos y viajero por toda Europa.

• Calila e Dinma en la versión integrada en el Exemplario contra los engaños y peligros del mundo, preparado por Juan de Capua e impreso en Zaragoza en 1531, puede considerarse también un texto de finales del siglo XV.

Prosa satírica

En este apartado se incluyen los textos de Alfonso Martínez de Toledo, arcipreste de Talavera y capellán del rey Juan II, entre los que destaca el Corbacho o Reprobación del amor mundano , de 1438, como la más representativa de la primera mitad del siglo XV, pero no la única, puesto que también es autor de Atalaya de las crónicas, de carácter histórico, y de dos obras hagiográficas, la Vida de San Isidoro y la Vida de San Ildefonso . El Corbacho debería haber recibido el título de “Arcipreste de Talavera”, tal y como lo deseaba su autor, pero a partir de la edición de Sevilla de 1498 se le conoce con el título actual de “Corbacho” y el subtítulo de “Reprobación del amor mundano”, a pesar de que su fuente principal no es el Corbaccio de Bocaccio, sino varias obras de misoginia medieval como el libro III del Tractatus de Amore de Adreas Capellanus, textos de San Agustín, el Libro de Buen Amor , el Pseudo-catón y Francesc Eiximenis, además de la literatura gnómica, todo ello mezclado con técnicas de retórica religiosa.

Esta obra, que nos ha llegado a través de un manuscrito conservado en la biblioteca de El Escorial, y de varias ediciones del siglo XVI, posiblemente basadas en otros manuscritos, trata de las malas mujeres y de las naturalezas de los hombres, con la intención de reprobar el amor mundano y alabar el amor de Dios, pero no tal como lo hace el arcipreste de Hita, sino de forma más seria y moralmente más rígida, con un estilo popular, que da impresión de realidad y demuestra que su autor era consciente de estar dirigiéndose a un público muy heterogéneo.

Prosa de ficción: novela sentimental

Características

Las influencias de este género son muy variadas, desde la novela sentimental italiana, en la que destacan la Fiammetta de Bocaccio (1343-1345), y la Historia duobus amantibus Eurialo y Lucretia (escrita en latín en 1444) por Eneas Silvio Piccolomini, traducidas ambas al castellano en el siglo XV y que aportan la narración sentimental en primera persona (Fiammetta ) y el intercambio epistolar entre enamorados (Historia duobus amantibus...); pasando por elementos de literatura artúrica y caballeresca, la lírica de cancionero basada en el amor cortés y la alegoría y recogiendo incluso influencias folklóricas. El conflicto amoroso es el eje principal de estos textos, que suelen organizarse mediante la yuxtaposición de alegorías, episodios caballerescos, refinamientos cortesanos en una estructura frecuentemente epistolar en el que tienen cabida los debates feministas, los aspectos psicológicos y emotivos e incluso algunas notas autobiográficas, pero en los que casi nunca hay acción externa, de manera que suelen resultar obras lentas y minuciosas, con escaso diálogo y protagonistas abstraídos de la realidad circundante, que en algún caso encubren a personajes reales. La relación amorosa descrita se ajusta a las normas del amor cortés, extremadamente idealizado y abstraído del espacio y el tiempo. Este tipo de textos se cultivó hasta bien entrado el siglo XVI, aunque con el paso del tiempo fueron incorporando elementos de otro tipo de narrativa que la relacionará con las novelas de bizantinas y las clásicas, al estilo de Heliodoro y Aquiles Tacio.

Autores

Son tres los autores destacables en este género: Juan Rodríguez del Padrón (o de la Cámara), Diego de San Pedro y Juan de Flores.

Juan Rodríguez del Padrón es el autor de Siervo libre de amor (1340) en opinión de Mª Rosa Lida de Malkiel, primera novela sentimental en castellano, que sorprendentemente tiene poco que ver con la Fiammetta de Bocaccio y con la Historia de duobus amantibus de Piccolomini, ya que presenta las desdichas amorosas de su autor, de forma autobiográfica. El apartado más interesante de este texto de Juan Rodríguez del Padrón es, sin duda, su tercera parte, titulada Estoria de los dos amadores Ardanlier e Ilesa , que narra los hechos caballerescos de su protagonista masculino en países extraños, para servir a su dama, que le corresponde cruelmente. Aunque al final se casan, el final es trágico.

El Triunfo de las Donas (texto anti-misógino que pretende responder a un texto misógino del poeta catalán Mosén Pere Torrelles), la Cadira de honor, y el Bursario (traducción de las Heroidas, de Ovidio) y algunos poemas, son también obras de Juan Rodríguez del Padrón.

El segundo autor destacado de este tipo de textos es Diego de San Pedro, del que poco se sabe, a parte de que se muestra, a través de sus textos, como un gran conocedor de la vida de la corte, y de que pertenecía a una familia de conversos.

Escribió el Tractado de amores de Arnalte e Lucenda, publicado en Burgos en 1491, y la Cárcel de amor , publicado al año siguiente, que es la sublimación del género en lengua castellana, por lo que fue una de las novelas más leídas tanto en su siglo como en siglos posteriores, dentro y fuera de la península; ambos textos son tristes y presentan un final desdichado.

En la Cárcel de amor, que fue condenada por la Inquisición a causa de las frases irreverentes que aparecen en ella, a la comparación del sentimiento amoroso que se compara con el misticismo religioso y al suicidio del protagonista, el propio autor se presenta como intermediario entre los amantes, facilitando su intercambio epistolar.

Juan de Flores es el tercer autor citado, del que conocemos Grimalte y Gradissa y Grisel y Mirabella, dos novelas sentimentales, de estilo similar al de Diego de San Pedro, impresas hacia 1495.

En estas obras podemos comprobar la evolución del género, puesto que aparecen ya elementos mágicos y fantásticos, que las acercan al género de aventuras, además de que la relación amorosa se consuma, sin que ello evite el final trágico, típico en el género sentimental. La primera de las dos novelas citadas, Grimalte y Gradissa , es hasta cierto punto autobiográfica, puesto que el autor confiesa esconderse tras el protagonista masculino, además de presentar la influencia de la novela sentimental italiana a modo de continuación de la Fiammetta de Bocaccio.

Otros textos que pueden ser clasificados como novela sentimental son:

• Triste deleytación, de autor catalán anónimo, aunque escrita en Castellano, y que muestra gran influencia de los libros de caballerías y de la poesía de cancionero.

• Sátira de felice e infelice vida , que no es satírico y fue escrita en Castellano por el condestable don Pedro de Portugal. Se trata de un texto con pocos elementos novelescos, pero con rasgos comunes con las novelas sentimentales (estilo enfático, erudición, uso de la alegoría, infortunio amoroso del protagonista, autobiografía)

• Cuestión de amor, novela anónima impresa en Valencia en 1513, que incorpora elementos históricos (personajes reales bajo seudónimo en su primera parte, y sin ellos en la segunda; situación espacial: Corte napolitana)

• Tratado notable de amor , de Juan Cardona y escrita antes de 1484, de la que se conoce muy poco.

• Repetición de amores, obra breve de Luis Ramírez de Lucena, escrita antes de 1497 que comparte con el género sentimental la forma autobiográfica y la técnica epistolar. La componen un cuento, dos cartas, una disputa casuística amorosa sobre unos versos de Torroellas y un discurso sobre las armas y las letras.

• Proceso de cartas de amores, de Juan Segura, es considerada la primera novela totalmente epistolar aparecida en Europa; en ella se inserta la breve historia sentimenal con aventuras al modo bizantino Quexa y aviso de un caballero llamado Lucindaro contra Amor y una dama .

Prosa filológica

Son también tres los autores dignos de mención en este apartado. El marqués de Santillana es el primero de ellos, por su interesante y breve historia de la poesía de su tiempo tanto española como de otras lenguas romances, que realizó como prólogo a sus poesías y que conocemos como Carta Proemio al Condestable Don Pedro de Portugal . En este texto el marqués reniega de sus obras de juventud (Canciones y Decires) y propone una poesía útil, que sea “fingimiento de cosas útiles, cubiertas e veladas con muy fermosa cobertura” y la clasifica en tres grados (sublime, propio de los clásicos griegos y latinos; mediocre, para las lenguas romances que imitan a los clásicos; ínfimo, propio de la poesía en lengua vulgar que no sigue modelos clásicos, como pueden ser los romances) El marqués de Santillana es también, aunque hay dudas sobre su autoría, autor de la primera colección de refranes en lengua castellana, que aparecen ordenados alfabéticamente bajo el título de Refranes que dicen las viejas tras el fuego .

El segundo autor a destacar es Enrique de Villena, por su Arte de trovar, que dedicó al marqués de Santillana, y que conocemos de forma fragmentaria. Se trata de un manual de preceptiva poética en el que se informa de la organización de juegos florales y de la influencia de la poesía provenzal en la castellana, además de ofrecer las primeras nociones de fonética de la lengua castellana.

El tercer autor es Elio Antonio de Nebrija o Lebrija (1444-1522), que merece este reconocimiento por su Gramática sobre la lengua castellana , publicada en Salamanca en 1492, uno de cuyos méritos es ser la primera de las lenguas modernas que se realizó, equiparando el romance castellano a las lenguas clásicas y dotándole de unas normas fijas además de proponerlo como pilar básico para la identidad nacional. El texto fue dedicado a la reina Isabel I la Católica. A parte de la Gramática, Nebrija elaboró una Ortografía y un Diccionario Hispano-latino en romance. Como precursor de Nebrija puede citarse Alonso de Palencia, humanista de sólida formación,

responsable de Opus synonimorum o Universal vocabulario en latín y romance , que fue impreso en 1490. En este mismo género hay que incluir también el Arte de poesía castellana , una especie de manual poético del siglo XV, que incluye cancionero y cuya finalidad es enseñar a trovar y ofrecer un breve compendio de historia de la poesía.

Literatura de viajes

Dos obras destacan en este género, la primera, de Pedro Tafur, un viajero por afición, que recorrió toda Europa y el Mediterráneo entre 1436 y 1453 y que tiempo después narró sus viajes en Andanzas e viajes de Pero Tafur por diversas partes del mundo . Se trata de una obra muy amena, en la que comenta los rasgos exóticos que encuentra en cada una de las ciudades que visita, sus leyendas y costumbres locales y las peculiaridades que le llaman la atención.

El Viaje a Tierra Santa , impreso en Zaragoza en 1498 e ilustrado, también presta atención a los rasgos exóticos y las particularidades lingüísticas de las zonas visitadas, pero se trata de una traducción libre en la que se han incorporado las valoraciones personales del traductor.


LA ESCUELA DE TRADUCTORES DE TOLEDO

Frente a la pobreza y el atraso en que se hallan los reino cristianos hispanos, destaca la notable maestría en las traducciones de textos principalmente árabes pero también hebreos, que convierten a la península, a partir del siglo XII, en un punto de intercambio y encuentro de textos científicos y humanísticos árabes y hebreos, hindús y persas (previamente traducidos al árabe) y clásicos (latinos y griegos), que accederán a través del Castellano a Europa. El fenómeno de las traducciones surgió como necesidad en el siglo X en el monasterio de Santa María de Ripoll, uno de los centros culturales de la península, junto con el de San Millán de la Cogolla, Santo Domingo de Silos y Sahagún, pero no pasó de ser una práctica monástica hasta que la reconquista de Toledo, en 1085 y su carácter de ciudad abierta y heterogénea la llevó a necesitar un puente de conexión para trasladar los textos científicos y humanísticos árabes y hebreos al latín (y viceversa), puesto que los eruditos árabes y hebreos solían tener dificultades en la comprensión de las lenguas clásicas: Así es como surgió el borrador en romance castellano, el cual no supuso el abandono de las versiones latinas, hasta que no se produjo una mayor demanda de textos en lengua romance, al generalizarse el consumo de textos y la lectura. El fundador y figura clave de esta escuela de traductores fue el monje cisterciense francés Raimundo de Sauvetât, que llegó a ser arzobispo de Toledo y Canciller de Castilla entre 1126 y 1152, el cual convirtió lo que hasta entonces había sido una actividad esporádica en un trabajo de erudición realizado por intelectuales, traductores y escribas, por lo que hasta la ciudad se desplazaron y en ella se establecieron especialistas y hombres de cultura hebreos, algunos huyendo de las persecuciones almohades, además de eruditos llegados de todas partes del Mediterráneo, como Miguel Escoto, traductor de Aristóteles y Averroes.

Dirigió la escuela de Traductores también Domingo Gundisalvo, arcediano de Segovia, que fue el primer pensador occidental que incorporó el influjo árabe al mundo latino, posiblemente por influencia de su maestro y colaborador, el judío Juan Hispano o Juan de Sevilla (El sevillano o Hispalense), filósofo de la escuela de Avicena, cuyo pensamiento adaptó Domingo Gundisalvo al enfoque cristiano.

Este organismo es también responsable de la entrada del pensamiento griego en Occidente, a través de traducciones, en su mayoría de textos árabes sobre fuentes persas, que a su vez reproducían originales griegos.

El modelo de la escuela de traductores de Toledo procede de la escuela de Chartres francesa, que reúne a los intelectuales y traductores franceses de los siglos XI y XII; Se trata de una escuela episcopal en la que se pretende conjugar el pensamiento intelectual y la mística, por lo que difiere de aquellas, ya existentes en su época, en las que el objetivo básico era la difusión cultural.

Toledo fue núcleo cultural, a través de su escuela de traductores hasta bien entrado el siglo XV.


ALFONSO X EL SABIO

Vida

Alfonso X, hijo de Fernando III El Santo, nació en Toledo en 1252 y heredó el trono de Castilla y León treinta años después. Como monarca demuestra una sana ambición política y cultural que le conducen a pretender grandes hazañas, que sí logrará en el ámbito cultural, aunque no en el político.

Debido a problemas testamentarios, se desencadena una guerra civil al final de su reinado, entre él y su hijo Sancho, que subirá al trono como Sancho IV El Bravo. Alfonso X El Sabio morirá en Sevilla en 1284, única ciudad que le mantuvo fidelidad total en la lucha civil.

Presencia en la Escuela de traductores de Toledo

El monarca logra continuar la labor iniciada por el fundador de la escuela, Raimundo de Sauvetât, reuniendo en la ciudad cristianos, hebreos y árabes que colaboren directamente con él en su labor enciclopédica y divulgadora. En Sevilla el rey formará un núcleo de traductores semejante al de Toledo, de las cuales surgirán traducciones importantes, decoradas además con hermosísimas miniaturas; también en Murcia, a partir de 1269 se creará un nuevo núcleo de traductores, esta vez dirigido por el intelectual musulmán El Ricotí.

La labor alfonsí en las escuelas de traductores, y sobre todo en la de Toledo, es la culminación de un largo período de crecimiento cultural, que sin embargo, no encontrará continuación en su sucesor, Sancho IV, quien se limitará a acabar alguna obra comenzada en el reinado de su padre.

El monarca persigue, con su labor intelectual, una finalidad enciclopédica, puesto que desea recopilar todo el saber científico de la época, pero también demuestra cierta intención divulgadora, de la que se deriva que el Castellano sea una lengua de cultura, lo cual depende directamente del método de trabajo en la escuela de traductores.

El rey escogía el contenido de las obras a realizar y orientaba a sus colaboradores, además de financiar la empresa y dar unidad a los textos, corrigiendo el estilo y la lengua, pero, salvo contadas excepciones, no redactaba las obras directamente. Los colaboradores seguían el modelo de trabajo implantado por el fundador, Raimundo de Sauvetât: Los textos que se traducían desde alguna lengua oriental eran trabajados por un equipo intelectuales y traductores hebreos (trasladadores) que creaban una versión oral en romance, que era trasladada al latín por un equipo de intelectuales y traductores cristianos, el paso intermedio solía ser recogido por algún escriba, puesto que, como ya señalamos, estas versiones romances no tuvieron interés alguno hasta que no se generalizó la lectura, siglos más tarde.

El propio monarca supervisaba estas traducciones y, de no ser de su agrado, podía pedir que el texto fuera trabajado por otro equipo. Una vez la traducción estaba realizada, el rey, con la colaboración de los compiladores, realizaba una labor de depuración de estilo y compaginación.

El material sobre el que se trabajaba, que podía estar escrito en hebreo, árabe, latín o romance, procedía del acumulado por el propio monarca en Toledo y Sevilla, si bien, también se pedían códices a los monasterios.

Creación de la prosa castellana

Pronto fue el monarca consciente del valor del romance castellano como puente de unión y relación entre cristianos, hebreos y árabes, en todos los estamentos sociales, de ahí que pronto mostrara su preferencia por el texto en romance, por delante del resultado traducido al latín (consultaba la versión de los trasladadores en romance), de manera que sin pensarlo comenzó a conceder categoría de lengua culta al incipiente Castellano.

Ya hemos señalado que el propio rey se encargaba, ayudado de los compiladores, de dotar de unidad estilística a los textos, para ello se servía de la norma toledana, castellanizada, sin caer totalmente en los rasgos del habla de Burgos, en cuanto a la grafía, la consolidó de tal manera, que hasta el siglo XVI no se produjo una nueva reforma; también el vocabulario y la sintaxis fueron sus caballos de batalla, puesto que superó la arcaica sintaxis heredada del latín vulgar y amplió enormemente el léxico, a partir de derivaciones y sustituciones de palabras latinas por otras romances que designen realidades similares del momento.

Toda esta labor no impidió que los textos presentaran fluctuaciones, arcaísmos, e influencias de lenguas romances próximas como el provenzal o el catalán. Por otra parte hay que recordar que el propio Alfonso X prefirió el gallego como lengua para sus composiciones poéticas, las Cantigas.

Obras

El propio monarca es autor destacado de textos jurídicos, historiográficos, científicos, de entretenimiento e incluso líricos.

Obras jurídicas son:

Fuero real Primer texto redactado por el monarca y único, de carácter jurídico, que llegó a promulgarse durante su reinado. Su principal característica es que fue un intento de legislación aplicable a todo el reino, superando a los fueros que regulaban cada ciudad. Setenario Obra miscelánea en la que se mezclan contenidos jurídicos, científicos (enciclopedia) y didáctico-religiosos. Espéculo Texto de menor importancia, que nunca fue promulgado. Es posible que se trate de un borrador de Las siete partidas.

Las siete partidas Código jurídico más importante de toda la Edad Media, no en vano fueron el vehículo de entrada del derecho romano en Galicia y Cataluña, y el más amplio en cuanto a recopilación legislativa. Fue compuesto entre 1256 y 1265 pero se aplicó a partir del Ordenamiento de Alcalá (1348) y estuvo vigente durante varios siglos.

En esta obra se regulan todos los aspectos de la vida, desde los puntos de vista individual y social. El texto pretendía recopilar y reformar el ámbito jurídico, según el deseo manifestado ya por el monarca anterior, Fernando III, dejar para la posteridad un ordenamiento legal sólido y dar a los súbditos principios para conocer el derecho y la razón, para ello requirió colaboradores como Juan Alfonso (Notario de León), Jacobo Ruiz (Jurista italiano, ayo de Alfonso X), Fernando Martínez (Obispo de Oviedo), o el maestro Roldán, por lo que no es extraño que se trate de un texto redactado en varios estilos (determinativo, justificativo y raciocinativo)

Además de diversos redactores, también bebió de múltiples fuentes, entre las que pueden destacarse:

• Del derecho romano: Digesti, el código justiniano con las glosas posteriores de los juristas italianos.

• Legislación eclesiástica: Decretum de Graciano y las Decretales (colección de leyes canónicas)

• Opiniones de San Isidoro de Sevilla, Séneca y Aristóteles sobre los más variados temas.

• Doctrina de los romanistas de la Escuela de Bolonia, de carácter innovador, a la que perteneció Jacobo Ruiz, ayo del monarca y colaborador en la redacción de este texto. La inclusión de estas doctrinas supone el abandono de la legislación de tradición visigótica.

• Textos literarios como los exempla del Disciplina Clericalis y las sententiæ de la literatura gnómica oriental.

• Textos jurídicos del momento. El número siete no es gratuito en esta obra, pues cada partida comienza con una de las letras del nombre del monarca (ALFONSO), que son siete, a parte de que se emplea de forma simbólica en numerosas ocasiones dentro del texto. Cada partida trata de:

- Primera partida: Código canónico. Resulta literariamente interesante puesto que informa de la existencia de teatro tanto sacro (En torno a los momentos fuertes de la liturgia) como profano, al prohibir la representación de éste último en las iglesias.

- Segunda partida: Código legal para el monarca y los grandes nobles. Habla de la guerra y las relaciones entre el pueblo y el monarca.

- Tercera partida: Sobre la administración de la justicia.

- Cuarta partida: Sobre el matrimonio y el parentesco.

- Quinta partida: Sobre transacciones económicas y pleitos entre las personas.

- Sexta partida: Sobre testamentos y herencias.

- Séptima partida: Sobre delitos y penas.

A parte de por su importancia jurídica, el texto destaca por su tolerancia con respecto a los judíos y los musulmanes, y por la gran cantidad de terminología novedosa que aporta.

Obras históricas son:

Estoria de España o Crónica General se trata de un proyecto (inacabado) de texto histórico sobre el territorio peninsular 300 años posterior al primer intento de historia de España, obra de Al Raˉzí, titulado Historia de los Reyes de Al-Andalus.

No se conserva el texto íntegro sino que se conoce por crónicas posteriores que lo han transmitido parcialmente, ni tampoco se conoce con exactitud la fecha de su redacción, que pudo haberse iniciado en torno a 1270 (Según Menéndez Pidal, que se basa para ello en la petición del monarca al prior de Santa María de Nájera y al cabildo de Ávila algunos textos necesarios para comenzar su labor de redacción), y que todavía estaba en proceso en 1289, bajo el reinado de Sancho IV.

Sobre el Manuscrito de El Escorial, en dos tomos, realizó R. Menéndez Pidal una edición en 1906 bajo el título de Primera Crónica General, Estoria de España, que mandó componer Alfonso X El Sabio y se continuaba bajo Sancho IV en 1289 , la cual refleja con gran fidelidad la parte más antigua del texto, basada en el manuscrito que historia desde los primeros pobladores hasta la invasión árabe, y alejándose bastante de su intención de mostrar el texto con fidelidad en la parte siguiente, para la que se sirvió de un manuscrito del siglo XIV, en el que se narra desde el inicio de la Reconquista hasta Fernando III (reinado del padre de Alfonso X), que surgió del trabajo de ensamblado de los códices y cuadernos de trabajo del taller alfonsí, que quedaron abandonados con la subida al trono de Sancho IV, quien paralizó el proyecto de redacción.

El rasgo de originalidad historiográfica es el inusitado y truncado interés por lo hispánico (podríamos decir que por lo “local”) frente al enfoque de las crónicas historiográficas medievales; este afán no pudo aplicarse en la totalidad de la obra, y quizá este fuese el motivo de abandono de la obra inacabada (Según Francisco Rico) Lo que sabemos que se redactó, fue estructurado de forma muy desigual, tomando como criterio a cada uno de los dominadores de la península, así arranca de la historia sagrada (Moisés es uno de los primeros personajes históricos que se reconocen), continúa con la historia de España antes del Imperio Romano, continúa, tras el imperio, con las invasiones germanas y árabe, y finaliza con el reinado de Fernando III.

Entre sus fuentes se hallan:

-La Biblia

-Obras de historiografía y literatura latina como los Césares de Suetonio, las Historias de Paulo Osorio, el Speculum historiale de V.Beauvais (El Bellovacense), las Crónicas de Eusebio y San Isidoro, las Heroidas de Ovidio y la Farsalia de Lucano; pero también de historiadores árabes, que se dejan entrever en el enfoque socio-económico de la narración y en la nueva perspectiva a la hora de plantear los hechos.

-Libros de viajes y geografía de la antigüedad, como los textos de Ptolomeo

-Textos medievales como las crónicas de El Toledano y El Tudense

-Textos épicos, lo cual es novedoso en este género y en su época. Esta aportación dota a la narración histórica de estilo artístico. De no ser por esta costumbre, bastante extendida en la historiografía medieval, pero nunca tan ampliamente practicada como en esta obra de Alfonso X, no habría llegado hasta nosotros noticia de casi la totalidad de los textos épicos en lengua castellana.

-Tradición oral, aunque de forma poco abundante. Desde el punto de vista literario el texto muestra a las claras el espíritu renovador del rey, a través de la agudeza crítica y el interés por el detalle, hasta entonces nunca visto, y también el interés por mostrar los hechos no sólo en orden cronológico sino también interrelacionados, lo cual sólo es fruto de una profunda labor de coordinación de fuentes y de cierta conciencia de estilo narrativo, que la aleja de las áridas historias latinas anteriores, gracias al manejo de recursos como la amplificatio. La lengua empleada en la redacción de la obra es sencilla pero eficaz y todavía mantiene algunas de las formas de captatio y otros recursos propios del lenguaje oral. La labor historiográfica de Alfonso X El Sabio creó escuela, a raíz de la creación de la Primera Crónica se fueron redactando (en siglos posteriores) textos con similares características e intención en todos los reinos peninsulares, tanto como simples traducciones al gallego, portugués, aragonés o catalán como en textos con mayor nivel de originalidad, entre los que deben señalarse:

- Recensión del texto, realizada por Don Juan Manuel, con la intención de hacerla asequible al público menos especializado.

- Refundición de 1344 redactada por don Pedro, conde de Barcelos, que fue traducida al Castellano poco después. A esta crónica se añaden los hechos históricos posteriores al Sancho IV y se desecha, por anticuada, la materia épica primitiva, sustituyéndola por nuevas versiones, aportadas por los juglares contemporáneos a Alfonso XI)

- Crónica de 1404, refundida también e inspirada esta vez en los romances contemporáneos.

Cada uno de los textos originados por la Crónica alfonsí creó, a su vez, escuela y tuvieron continuadores e imitadores.

General Estoria , Estoria General o General e Grant Estoria, pues con todos estos títulos la designaba su autor, pues no parecía decidirse por ninguno de los tres. Nos ha llegado a través de la historia y crítica literaria con el primero de ellos. Del texto, que parece haberse comenzado a redactar antes de 1274 (Según Francisco Rico), sólo conocemos aproximadamente 30 manuscritos que nos permiten sólo reconstruir el relato parcialmente. Se trata de la historia universal más antigua de este tipo, escrita en romance, que se ha conservado, y pretende historiar, de forma rigurosa, los acontecimientos desde la creación del mundo hasta el reinado de su autor, sin embargo queda interrumpida al llegar a San Joaquín y Santa Ana (padres de la Virgen María), quedando la obra inconclusa, a pesar de lo cual se trata de un texto valiosísimo por su enfoque “general” que le lleva a “contarlo todo” como dice Mª Rosa Lida de Malkiel.

Las fuentes de este texto son más variadas y más numerosas que las de la Estoria de España y eran clasificadas por los colaboradores (cuyos nombres no han pasado a la historia) en:

Biblia, comentarios bíblicos e historia cristiana

Antiguo Testamento, fuente básica en la que se insertan los demás materiales a modo de amplificatio.

Comentarios bíblicos.

Historia scholastica de Pedro Coméstor (S. XII)

Canones de Eusebio de Cesarea.

Textos medievales de Godofredo de Monmouth, Gautier de Châtillon, Pedro de Riga, Lucas de Tuy (El Tudense) y Rodrigo Jiménez de Rada (El Toledano) La Estoria de España.

Autores de otras religiones Antigüedades judaicas de Flavio Josefo.

Versiones hispanas de leyendas clásicas como la del sitio de Troya o la vida de Alejandro Magno.

Metamorfosis de Ovidio. Sobre este texto se aplica la fórmula de Euhemero, que explica que la tradición y el paso del tiempo convirtieron en dioses a personas de la antigüedad que habían sido dignas de reconocimiento por sus méritos.

Autores clásicos.

La intervención del propio Alfonso X no se limita a marcar el plan de trabajo y corregir el estilo de redacción, sino también a aportar sus propios pensamientos en ocasiones, por lo que no se trata de una “historia universal” tal y como se entendería en la actualidad, al plantear una concepción del tiempo basada en la figura de Cristo, el cual avanza (y con él los hechos) hacia el mayor conocimiento de Dios y la civilización (concepto antropológico de la historia) La lengua en que se redacta la obra es objetiva y clara, sin desdeñar las metáforas y el tono apocalíptico. El vocabulario es inmenso.

Las Obras científicas son en su mayoría tratados de astronomía o astrología, traducidos del árabe, que en ocasiones habían tenido como fuente algún texto griego y que es general se basaban en el antiguo sistema de Ptolomeo. Nos interesan sobre todo los prólogos de algunas de estas obras, ya que muestran la forma de trabajo del monarca y sus colaboradores. Libros del saber de astronomía Colección de tratados astronómicos a los que el monarca debe su fama de sabio. Fueron comenzados en 1255, algunos son simples traducciones y otros fueron elaborados de forma directa por los colaboradores del rey. Su principal dificultad reside en el vocabulario manejado, ya que resultó complicado trasladar la terminología existente en latín, griego o árabe al romance.

Dentro de esta obra se halla el Libro de las figuras de las estrellas fijas que son en el ochavo cielo (ochava esfera) , formada sobre originales árabes y hebreos, el Astrolabio llano y El Cuadrante , que se mantuvieron vigentes como manuales de uso de dichas herramientas de navegación hasta el siglo XVI.

Tablas alfonsíes Manual sobre el movimiento de los planetas, la medida del tiempo y los eclipses, se trata de un texto original sobre las comprobaciones realizadas en el observatorio del monarca en el castillo de San Servando en Toledo (en torno a 1262 y 1272) sobre un manual de astronomía del hispano-árabe (cordobés) del siglo XI Al-Zarqˉali cuyas teorías se basaban en las de Ptolomeo.

Muy difundidas a lo largo de la Edad Media, las teorías expuestas por esta obra alfonsí fueron revisadas por un astrónomo francés en el siglo XIV y se divulgaron por toda Europa a lo largo del Renacimiento.

Libro de las cruzes Obra astrológica, precedente de los libros de horóscopos actuales.

Libro complido de los judizios de las estrellas Obra astrológica. Picatrix Manual de magia y astrología traducido en 1256 de un original árabe del siglo XI.

Libro de las formas Solo conservamos un índice de su contenido. Se trataba de una compilación de tratados.

Lapidario Texto alfonsí, comenzado a redactar antes de su llegada al trono y finalizado en 1279, con toda certeza obra de su médico personal Yhuda Mosca, que parece ser su traductor del original árabe obra del sabio Abulays, quien dice haberla traducido de un original caldeo.

Se trata de una compilación de manuales muy breves sobre las propiedades de la piedras preciosas, atendiendo al signo astrológico bajo el que son descubiertas, lo más destacado del texto son la 50 ilustraciones que contiene sobre animales y representaciones zodiacales. No nos engañemos creyéndolo un texto científico pues es fiel a su época, por lo que contiene grandes dosis de superstición.

Obra recreativa es el Libro de Axedrez, dados et tablas que consiste en una traducción del árabe.

Las jugadas aparecen ilustradas con miniaturas y comentadas. Se trata del mejor manual de este tipo en lengua romance medieval.

Obra lírica son las Cantigas de Nuestra Señora, más de cuatrocientas (aunque sólo 10 son obra directa del monarca y el resto fueron encargadas al poeta Arias Nuñes, que coordinó la redacción del texto) recogidas en varios códices diferentes y que aparecen acompañadas de música e ilustradas con miniaturas. Según la moda lírica del momento, fueron compuestas en galaico-portugués y expresan la devoción del monarca por la Virgen.

La obra se conserva en cuatro manuscritos (Toledo 1257 y El Escorial, posteriores a 1279) Los temas, muchos de ellos refundidos en la literatura posterior, fueron tomados de textos como el Speculum historiale de V. Beauvais (El Bellovacense), Les Miracles de la Sainte Vierge de Gautier de Châtillon, Gesta Romanorum y Mariale Mágnum que fueron regalados a Alfonso X por el rey San Luis de Francia; es probable que conociera también la obra de Berceo y otros textos orales transmitidos por los juglares.


DON JUAN MANUEL

Vida

Escalona 1282-1348. Siguiendo su testamento, fue enterrado en el convento dominico de Peñafiel, que había fundado y en el que había depositado su obra. Sobrino de Alfonso X.

Estilo

Primer autor español con conciencia de escritor y de la propiedad intelectual de sus textos, por lo que se preocupó por la forma en que éstos eran transmitidos, hasta tal punto que pedía a sus lectores que si encontraban errores en los textos, acudan a los manuscritos originales para comprobar si se trata de errores de copista o del autor. En este mismo sentido son frecuentes las justificaciones sobre su estilo, que se caracteriza por la selección y preocupación por el lenguaje y por el deseo de claridad y concisión. Amplia enormemente el léxico castellano y destaca por la modernización y agilización de la sintaxis de la lengua, por lo que se le considera el creador de la prosa artística castellana.

Gracias a su profunda preocupación por la conservación y transmisión fiel de sus obras podemos conocer toda su producción, que él mismo catalogó en dos ocasiones (Prólogo general, al frente de toda su producción y anterior a éste el prologuillo del Conde Lucanor) Se trata de obras de género religiosodidáctico medieval, si bien, se aleja de la mayoría de los moralistas de su época en que no sólo concede importancia a la salvación espiritual sino también al equilibro en los intereses materiales (honor, hacienda, situación social) Su producción literaria se puede situar entre 1325 y 1335, si bien los textos más antiguos que conservamos de sus obras datan del siglo XV, en el intervalo se han perdido algunas obras y otras ha quedado mal copiadas, mutiladas o incompletas.

Obras

Una característica de todas sus obras es el hecho de que el autor aparece en todas, bien como personaje, bien a través de referencias personales. Libro de las armas. Texto de carácter autobiográfico, para la exaltación de su persona y su linaje, en el que se explica el escudo de armas de la familia Manuel.

Libro de los castigos y consejos a su hijo o Libro infinido.

Recopilación de consejos dirigidos a su hijo Fernando, la obra, que fue redactada en estilo ágil y claro, está repleta de referencias personales. Libro de la caza. Tratado de cetrería que sigue la tradición alfonsí, también contiene múltiples referencias personales.

Crónica abreviada. Resumen, capítulo por capítulo, de la Crónica General alfonsí.

Libro de los estados o Libro del infante. Texto dividido en dos partes, la primera más breve y novelesca, está fuertemente relacionada con Barlaam y Josafat mientras la segunda es de tipo didáctico y nos interesa por el enfoque social que nos ofrece de la aceptación del estado o categoría social como forma de lograr la salvación.

Libro del caballero et del escudero. Texto enciclopédico-instructivo para la formación de caballeros, que se basa en el método de la pregunta-respuesta de un joven a un anciano caballero. Don Juan Manuel señala que se trata de un texto a imitación de otro libro, del que no da referencias, pero que probablemente fuera el Llibre de l’ordre de la cavaylería de Ramón Llull, al que es afín, pero no podemos despreciar otras fuentes como los textos de su tío Alfonso X y los tratados latinos sobre esta materia.

Tratado de la Asunción de la Virgen. Posiblemente su última obra, pues no aparece en su catalogación. Se trata de un texto religioso-doctrinal para la proclamación de la autenticidad de la Asunción de María en cuerpo y alma.

El Conde Lucanor. Obra más popular de Don Juan Manuel, acabada, como él mismo indica, en 1335 y que cita con varios títulos: Libro de los exsiemplos del Conde Lucanor et de Patronio , Libro del Conde , Libro de Patronio , Libro de los enxiemplos .

La primera edición del texto data de 1575, de manos de Argote de Molina, bajo el título de El Conde Lucanor , titulo que desde entonces ha adoptado. Se compone de cinco partes y dos prólogos, siendo el leit motiv la presencia de Patronio y del Conde Lucanor como personajes en todas ellas.

- Primera parte: Serie de exiemplos (algunos manuscritos conservan 49, otros 50 y alguno incluso 51) en los que Patronio alecciona al Conde. Todos ellos tienen estructura fija (Planteamiento del problema mediante un diálogo inicial, exempla que cuenta Patronio al Conde, aplicación de la enseñanza del exempla por parte del Conde, reflexión del propio Don Juan Manuel sobre el consejo dado, versos sentenciosos, a modo de moraleja) Los textos tienen una estructura lineal y cuentan con fuentes muy diversas entre las que pueden señalarse las fábulas clásicas, los cuentos orientales, las crónicas y la tradición eclesiástica, si bien ello no es obstáculo para que el autor desarrolle su creatividad y originalidad actualizando el tema y dándole unidad estilística. Las descripciones y el movimiento psicológico de los personajes representan un gran progreso en la prosa de ficción castellana.

En opinión de Macpherson el texto es un intento de justificar el modo de vida de la nobleza castellana, es pues un texto de “consumo interno”, de un noble, para los nobles de su época.

- Segunda, Tercera y Cuarta partes: Serie de sentencias breves con un estilo más oscuro y difícil que en la parte anterior (en parte siguiendo el consejo de su amigo Jaime Xérida, que consideraba su prosa excesivamente sencilla).

- Quinta parte: Ocupada en la salvación del alma, y muy diferente al resto de la obra.

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