A mi madre,estas memorias de una ciudad nunca olvidada.NOTA Los personajes y situaciones de esta novela, la segunda de ungrupo, -hermana, no sucesora de
Justine
- son imaginarios,como también lo es el narrador. La ciudad misma no podríaser menos irreal.Como la literatura moderna no nos ofrece Unidades me he vuelto hacia la ciencia para realizar una novela como un navíode cuatro puentes cuya forma se basa en el principio de larelatividad. Tres lados de espacio y uno de tiempo constituyenla receta para cocinar un continuo. Las cuatro novelas sigueneste esquema. Sin embargo, las tres primeras partes sedespliegan en el espacio (de ahí que las considere hermanas,no sucesoras una de otra) y no constituyen una serie. Seinterponen, se entretejen en una relación puramente espacial.El tiempo está en suspenso. Sólo la última parte representa eltiempo y es una verdadera sucesora.La relación sujeto-objeto es tan importante para la relatividadque he debido emplear los dos tonos: el subjetivo y elobjetivo. La tercera parte, Mountolive, es una novelaestrictamente naturalista en la cual el narrador de Justine y Balthazar se convierte en objeto, es decir, en personaje. Estemétodo. no debe nada ni a Proust ni a Joyce, pues a mientender sus métodos, ilustran la noción de "duración" deBergson, no la relación "espacio-tiempo".El tema central del libro es una investigación del amormoderno. Estas consideraciones pueden parecer un pocopresuntuas e incluso grandilocuentes. Pero valga la penatratar de descubrir una forma, adecuada a nuestro tiempo,que merezca el epíteto de "clásica". Aunque el resultado sea"ciencia-ficción" en la verdadera acepción del término.L. D. Ascona, 1957